martes, 14 de mayo de 2019

DESDE ULTRATUMBA.- (MICRORRELATO)


Señor mío, yo no soy mala, tan sólo una mujer ultrajada…perdóname…no sé qué es lo que pasa conmigo, ni siquiera sé si estoy aquí o allí…creo que mi alma permanece latente aún…pues…No para de persistir…está activa y tengo miedo de lo que es capaz de hacer o no, pero parece como si estuviera enviándole mensajes a ella, mi hermana, la que siempre estuvo a mi lado, la que me cuidaba…la que acariciaba mis espaldas cuando estaba postrada en la cama sin poder moverme…Ayúdame, te ruego que me ayudes y no me dejes llevar por las fieras que me rodean…Yo lo quería, lo amaba, sabes que me casé enamorada, con muchas ilusiones y esperanzas en una nueva vida, pero cambió…El carácter se le agrió, no sé porqué…Me hizo la vida imposible, no supe detenerlo…apenas podía con mi cuerpo…la enfermedad me tumbó…Tuve cuatro hijos…pues…Llegaron de dos en dos y a partir de entonces la vida se truncó…Es una historia muy larga, triste y amarga, no quiero contarla, ¿para qué? Ya no sirve de nada, para eso está mi hermana, la que tiene la pluma con alas…La veo desde aquí, está comprando en el supermercado…Es el mismo supermercado donde antes nos encontrábamos las dos y nos reíamos mucho juntas, y ahora va el que fue mi marido con esa y me temo que los vea porque de repente he sentido unas palpitaciones extrañas salir de mi alma… Le estaba insuflando mis sentimientos a través de ultratumba, y sin poderlo evitar la dirigí hacia ellos Madre mía lo que acabo de ver…! Estaba tan tranquilita comprando en el supermercado cuando lo veo muy sonriente…Sí, sí, a ése, el ex cuñado…Se me quedó mirando como esperando… …¡Me acerqué, lo saludo y le digo con la más irónica de mis sonrisas…¡Hola! De repente se da la vuelta la que estaba de espalda a mí y frente a él en esos momentos, me mira con sus ojuelos pequeños…el pelo todo rizado, a lo afro barato y rubia de bote…Se me queda como diciendo...¿Y a mí...? Yo no sé qué es lo que pasó por mi cuerpo y mis entretelas, no lo sé muy bien, pero te juro por lo más sagrado que no era yo…sino ella…mi hermana…La madre de mis sobrinos y esposa del ex cuñado…Pasé justo frente a ella despacio, tranquila y sosegada…como retándola con la mirada...¡Ojo con ojo, frente con frente, cara con cara! Como dos fieras salvajes que se tantean a lo flojo y seguro. Casi la rodeé toda entera de arriba abajo. La observé desde la cabeza a los pies con una ojeada de asco que me vino por las venas, y pasé por su vera como si no existiera…Se quedó traspuesta…¡No se esperaba esa mirada intimidatoria, instigadora, desafiante…! No, no, mi mirada no... La de mi hermana…era la mirada de la que estuvo antes que ella, la que se suele decir…la primera escoba y la segunda señora…Creo que se metió dentro de mi cuerpo…Era su alma porque no podía soportar lo que estaba viendo tras la puerta… Sí, sí…la puerta que todo lo cierra pero que todavía sigue alerta entre el cielo y la tierra, pero…¡Hijo de mala madre! ¡Si a mí me has dicho que me ganara la vida con el moño…! ¡Que valía menos que una mierda de la calle! ¡Que no servía para nada…! ¡Si me has insultado hasta la saciedad durante más de veinte años…! ¡Mal tratador! Que sin cuchillo me has ido matando poquito a poco con tus palabras llenas de veneno hacia mí... ¡Y hacia mi familia…! Que venían a casa a verme cuando tú no estabas…¡A escondidas! ¡Como si fueran unos ladrones…! Y ahora la llevas a ella de la manita…¡Asqueroso de mierda! Que me están saliendo las iras tras mis rejas…Las rejas que todo lo tapa y lo calla, pero yo, yo…Yo te veo a través de los ojos de la pluma de la libertad, ¡mal esposo! Que me has maltratado toda tu asquerosa vida, y ahora la llevas de viaje a las islas…A las islas que yo quería ir y que todavía estoy esperando que me lleves de luna de miel, ¡Mamarracho, zopenco! Te maldigo mil veces aunque estén vivos mis hijos…Sí, ¡mis hijos! Esos que yo he llevado en mi vientre durante nueve meses y he parido... y cuando han nacido me he quedado hasta las tantas de la noche contándole cuentos, mientras te quedabas en la tasca de la esquina tomándote unos cuantos cubas libres y llegabas a casa bien cargadito pidiendo cena…y dándome guerra…¡Maldita sea tu estampa! Que todavía me quedan unas poquitas fuerzas que saco fuera a través de las letras de mis agallas porque me da la santísima gana…Dime, so zampabollos, ¿desde cuándo estabas liado con ella? Sí, sí…Esa que decía que era mi amiga…¡Asquerosa y embustera! Que te has hecho la tonta y la buena mientras yo estaba enferma para acostarte con ése en la habitación de al lado…Ése que decía ser mi esposo amado estaba deseando de que me fuera para cogerte de la mano y llevarte a las islas de afuera…y yo llenita de dolores en la camita esperando que me llevaran hacia el otro barrio, pero…No olvides nunca que en el pecado llevarás la penitenciaSalí del supermercado trastocada y todavía no sé si fue ella o fui yo las que los retó…

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