miércoles, 8 de marzo de 2017

CON LAS MISMAS ARMAS DE MUJER.- (MICRORRELATO)



Me duele el alma, es como una película de terror lo que estoy viviendo…tendré que empezar desde el principio… Soy muy inocente, me lo creo todo, cualquiera puede engañarme, aún así, soy consciente de ello…No me importa, me da igual, no sufro por ello y aunque sepa con toda seguridad que me estás utilizando para beneficio propio, me es indiferente porque pienso que necesites de mi ayuda…o quizás es que no tengas otra cosa que hacer, la verdad es que no me afecta demasiado y siempre he pensado que soy una mujer fuerte y libre de espíritu…Por otro lado, hay algo en mi interior que me incita a pecar con los peores sentimientos del mundo…pues… Te odio, te odio a morir y sólo te deseo el mal…Soy mala, muy mala y me gusta sentirme llena de rencores y con ganas de hacerte daño, hasta me regocijo y cuando sé que sufres por mí, me regodeo en recordarlo una y mil veces más…Yo era una persona normal hasta que me casé…Me casé porque tonteando con mi novio me dejó embarazada, aunque nos queríamos mucho y yo estaba enamoradísima de él, claro que entonces éramos tan jóvenes…Al principio todo era muy bonito, pero después de siete años de matrimonio, nuestras discusiones iban de mal a peor…pues…Quería vivir la vida como si no fuera padre, dejándome sola con el niño triste y abandonada a la merced de mi rabia y mal querer, anidando en mi alma un odio y un rencor que me atravesaba desde la cabeza a los pies… Soy mala de nacimiento porque Dios me hizo mala y no pienso cambiar, ni hacer nada por ser mejor, me da igual todo, además tengo motivos para seguir por las riendas del mal, sobre todo cuando mi marido me planteó separarse… Se había enamorado de otra, que según él, era la mujer de sus encantos, que le hacía feliz y dichoso en la cama, que era ardiente y apasionada, y que al fin sabía lo que significaba el auténtico amor. Que ya no podía seguir conmigo, que lo nuestro había sido un error de juventud, y que no pensaba sacrificar los mejores años de su vida ni por el niño, ni por mí… No sabía lo que era el sentimiento del deseo hasta que lo conocí…pues… Cada vez que pensaba en él, los latidos de mi cuerpo se disparaban como si fueran dardos afilados punzándome el pecho, y el estómago se me llenaba de mariposas bailoteando la danza del fuego, y aunque sabía que no era libre, la imagen de sus ojos desnudándome por dentro me llegó a enamorar, y una mañana que estaba paseando por una callejuela estrecha, sentí los suspiros de su alma que emanaban tras mis espaldas…mi pulso se aceleró de tal manera que no me atrevía ni a respirar, hasta que no pude más y me giré…No podía soportar tanta hambre de mujer en su mirada…Jamás en mi vida había visto tanta ansiedad por mi cuerpo, y sin dudarlo, me acerqué a él y lo besé…te quiero…te quiero…No paraba de repetir…y seguí mi camino…pero...Me buscaba de día, me buscaba de tarde y me buscaba de noche, y antes del alba me hablaba con los brazos ardientes de pasión…me rodeaba la cintura y me decía…vida mía…vida mía…y me despertaba toda ansiosa por tenerlo junto a mí… A partir de entonces no pasaba un solo día que no me lo encontrara, y sin decir palabras, oía sus voces desde lo más hondo de su corazón diciéndome que me amaba…Mi alma se llenó de amor hacia él y todo lo que rodeaba su morada, y por eso le dije que no podía seguirle…Sentía pena por ese hijo tan pequeño y bonito que tenía y no quería tener sobre mi conciencia el haberle robado a su padre…Así que decidió hablar con su mujer y contarle todo lo que sentía por mí, pidiéndole perdón y el divorcio… Ahí empezó mi agonía de verme convertida en la mujer más mala del mundo…No estaba dispuesta a ceder tan fácilmente y menos, que lo arrancara de mi lado otra mujer, que al fin y al cabo no era nada del otro mundo, más o menos como yo…No, como tú no, para nada…pues… Soy incapaz de retener a un hombre a mi lado a la fuerza, y menos sabiendo que no existe nada entre los dos, ni deseo ni pasión, y que jamás volvería a amarme. Sería lo más vejatorio para él, y humillante para mí... La odiaba, le deseaba lo peor y no hacía más que pensar en cómo quitármela de encima. Desde que me levantaba hasta que me acostaba, no paraba de darle vueltas a la idea de que mi marido renunciara a ella…No podía soportar saber que se había enamorado por primera vez en su vida…No estaba dispuesta a ello y empecé a maquinar algo que revoloteaba en mi cabeza para tenerlo a mi lado hasta el día de nuestra muerte… Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre…Tú te vas a quedar toda la vida conmigo aunque seas un desgraciado… ¡Éstos se van a enterar de quién soy yo! Poco a poco empecé a darle forma a un bulo que me había inventado para que la gente hablara mal de ella, dejando caer que era una libertina de cuidado, y que se liaba con todos los hombres casados, de manera que hasta mi propio marido dudara de su fidelidad…pues... Más de una vez me tachó de frígida y que no ponía pasión en nada, y que esa mujer lo había enamorado por su entrega total sin reparos ni resistencias… Quería hacerle daño, todo el daño del mundo y que sufriera en sus propias carnes mi dolor…No sé si hablaron del tema o no, el caso es que me la crucé en la calle y pasó de largo con la altivez de una soberana y poderosa mujer… ¡La odiaba con todas mis fuerzas! Empecé a insultarla a voces para que toda la gente lo oyera, quería que todo el mundo supiera la clase de persona que se escondía tras esa máscara de honradez, que supieran cómo era en realidad… Me quedé callada sin decir nada, al fin y al cabo tenía razón…Pensaba que estaba llena de dolor y eso le hacía desvariar y despotricar insultándome de esa manera…En el fondo la comprendía un poco y le pedí perdón, diciéndole que lo lamentaba mucho, pero que ya no había vuelta atrás… No podía soportarla y me lancé sobre ella, venía un camión e intenté empujarla para que la atropellara…quería matarla…Forcejeamos, me sujetó los brazos y me miró a los ojos diciéndome…Ten mucho cuidado conmigo… En ese momento sentí todo el poder que ejercía sobre él…Tenía que poner manos a la obra urgentemente si no quería perderlo para siempre, tenía que recuperarlo… Yo tenía una amiga íntima, mi paño de lágrimas y ella sabía porque yo le contaba, además comprendía mi dolor…pilló a su marido en la cama con otra…Era la víctima perfecta para darle forma a la idea que estaba planeando…No te preocupes, que yo sé bien lo que se puede hacer para apartarlo de ella… Nada mejor en un lio de faldas, que presentar batalla con las mismas armas de mujer…Y ahí empezó mi verdadera agonía, sintiendo en mis propias carnes el mismo dolor de ella, cuando una mañana lo sorprendí escondido con la amiga besándose a brazo partido…Me la encontré en la calle, la miré a los ojos…Nunca busqué a tu marido, el destino lo puso en mi camino y cuando quise darme cuenta ya era demasiado tarde… ¿qué creías, que dejándolo te iba a  querer más? Ten un poco de dignidad…quizás piensas que es un capricho de la edad, y que tarde o temprano volverá reclamando tu amor… Lo conoces muy bien, y sabes perfectamente que tengo toda la razón, pero nunca cederás por odio hacia mí, porque si de verdad lo quisieras y tuvieras corazón, le habrías dado su libertad, pero… ¿sabes que te digo? Ahí lo tienes, te lo regalo…y seguí mi camino…

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