viernes, 14 de agosto de 2015

CON LA POESÍA DE SUS PALABRAS.- (MICRORRELATO)



Y esos ojos llenos de fuego que me queman hasta la mirada cuando te veo venir con cara de hombre descarado y como pidiendo guerra…me están dando ganas de pecar…Así no podía seguir porque me daba cuenta de que toda esta aventura era una lucha sin cuartel, sin entrada ni salida, una carrera vertiginosa donde el desequilibrio emocional estaba llegando a límites insospechado, sacando a flote mis más bajos instintos, pues cuando me ves pasar caminando tan tranquila, me desatas los peores pecados de mi vida…Amante infiel…Me estas arrastrando a tu mundo, a los bajos fondos, ahí donde la locura y la pasión se dan la mano de una manera descomunal, y es que estoy tan dentro de ti que hasta me ahogas con tus pensamientos siempre tan llenos de deseo…Y eso es lo que me gusta a mí de ti, que me provocas y me desatas como si tuviera siempre ganas de comerte desde los pies a la cabeza, esos besos tan apasionados y hambrientos que me queman la garganta, el pecho y hasta los malos pensamientos que me arrastran a pecar, sacando todas las miserias que tengo guardadas entre cejas, ¡vaya que sí! Que somos esclavos de nuestras propias miserias dejándonos arrastrar a esa cierta debilidad que nos gusta a rabiar…Estaba caminando sola por la calle hablando con las flores esas tan bonitas que están a lo largo del camino, era como si quisieran comunicarse conmigo, o era yo que las comparaba en su color con los besos de pasión, y es que la mente se me va por los andurriales de la ciudad y se pierde por caminos intransitables donde te veo venir hacia mí…Son historias de mujeres que desencantadas con sus hombres se dejaron amar incontrolablemente mi amor…quizás como tú y yo…A lo lejos el murmullo de la gente que están pendientes cuando sales, cuando entro…Envidian sin pudor ésta gran pasión…Se conforman o no pueden salir corriendo, escapando como tú y yo…Somos tan rebeldes e inconformistas, incondicionados a ésta  sociedad donde cada cosa en su lugar, que no nos adaptamos a la realidad tal cual, o es posible que seamos unos irresponsables egoístas y nos encante vivir la locura de nuestro existir…Es la gran aventura de la vida llena de emboscadas que nos provoca a ir siempre más allá…Ya no te puedo querer, ya no te puedo amar, ya no puedo a tus brazos volver…Ya llegué a mi tope, ya llegué a la realidad, ya llegué a comprender la fantasía de tu verdad o mía quizás…Déjame deambular por donde quiera, deja mi mente volar por lugares sin fronteras, déjame ser la princesa de mis novelas secretas…Ya no te conformas con las nieves de tus inviernos y quieres atrapar las primaveras de mi edad otoñal…Y arrebatarme la esencia de mis novelas de amor...Te quieres involucrar en cada historia con los pecados de mi memoria...mis aventuras pasionales...Quieres ser el protagonista de mis encuentros furtivos donde nos enredamos entre besos y abrazos prohibidos…Y por eso estás aquí buscándome por todas partes, airado, loco perdido, con la mirada de los demonios que te están comiendo poquito a poco, preguntándote…¿dónde estará ésta que no la veo? Te siento, te siento dentro de mi pecho como si fueras una serpiente venenosa, enroscada, picoteándome las carnes por dentro para que salga a tu encuentro. Eres como las espinas de las rosas clavaditas en mi garganta, y yo sólo quiero alejarme de ti porque ese amor nuestro es como la arena del desierto, esas que tienen fuego en cada átomo, sin agua, solas, como las dunas de la memoria que a veces te traen a mi recuerdo y otras se te pegan al cuerpo como rémoras…Yo no quiero ese amor tan violento, que yo sólo quiero un oasis para mi cuerpo, descansar bajo esa palmera tropical y beber agua fresca del manantial, agua limpia y cristalina, para la garganta y la vida…Tú eres un volcán lleno de lava ardiendo, insaciable y me quieres arrastrar a una vida miserable, llena de barrancos, con hierbas altas para que no nos vea nadie donde poder esconderme de todos y hacerme la vida a tu antojo, manejarme como muñeca de trapo, y yo quiero vivir la vida alegre de mis novelas…Me ahogas, me oprimes el alma, el corazón se me saldrá del pecho, quieres cada vez más y más…Somos adultos y consagrados, tenemos una vida ancha, amplia y llena…He tocado fondo, mi mente no da para más…Se ha vuelto tan hipócrita y formal…a la sociedad…¡Corre, corre, corre, ven a mis brazos, vuelve a mí…! No me hagas sufrir tanto, me ahogo, me asfixio, algo oprime mi corazón…No me llames más, no me busques más, no podemos seguir, no tenemos futuro, tan sólo en las palabras de mis relatos, o quizás en las vivencias de mil indignados…No insistas tanto, déjame marchar, no puedes a una gaviota sus alas cortar…No me llames ni me grites con las voces de tu llanto, mira que me vuelves loca y me iré a tu lado volando…Y ahí que estabas tú, sentado, cabizbajo, con las palmas de las manos oprimiendo tus sienes, y la mirada encerrada entre tus pestañas para que no se te escaparan las lágrimas…Con los hombros cansados, un puñal en el pecho clavado y tus labios en un gesto malogrado…Estabas llorando mi amor, fíjate que sin haberte visto aún, yo ya sabía cómo me estabas buscando…¡Corren, corren mis pies sobre el asfalto! Y de un salto te abracé la cabeza con mis manos, te atraje hacia mi boca y acallé los quebrantos que te estaban ahogando, y dos lágrimas rodaron por mi rostro como dos bolas de fuego, esas que de tus ojos salieron brotando hacia mí, como si me estuviera gritando desde allí… ¡No te alejes más de mí…! Me senté a horcajadas sobre sus rodillas y empecé a abrazarlo y aspiró el aroma de mi cuerpo dejando caer su cabeza en mi pecho…Acaricié su oído con la cal viva de mi lengua, escarbando dentro de ella mientras balbucías…No me abandones nunca, no vuelvas a desaparecer de mi vida, no te alejes de mí que llevo noches y días muriéndome pensando que ya no eras mía…Y yo seguía y seguía con la ardiente letanía de mi boca buscando la suya, llenando su cuerpo con ardientes palabras de pasión…Y él sólo susurraba despacito acariciándome la espalda…Las palabras más bellas están en tus ojos…y yo…Me dijiste que me encontrabas extraña, y te dije que me sentía tranquila y serena…luego me recogiste el pelo en una coleta y me besaste los hombros con la furia de los demonios, y abrazándome contra tu pecho me agarraste la cabeza y me besaste con la saña de la mordaza acallándome la boca con la poesía de las palabras y me acariciaste el alma…El arco de tu ventana está lleno de estrellas y cuando tú te asomas, sale el sol y se van ellas…

No hay comentarios:

Publicar un comentario