sábado, 29 de agosto de 2015

EL ANIMAL QUE LLEVO DENTRO.- (MICRORRELATO)



A veces me imagino que sigues conmigo…Cómo será que van pasando los años por mi vera y aún me creo que tengo dos primaveras, será porque cuando tú me miras me chispea el alma de alegría y de sentirme tan querida…Estaba caminando tranquila, sin prisas, pues sólo pensaba atrapar frases para poderlas plasmar en una aventura plagada de pasión, y es que llevo tantos días sin saber de tus besos y abrazos, que ya me están faltando, fíjate, lo mal que me acostumbraste mi amor, que ya no puedo estar ni un solo día sin verte, lo mismo que te ocurre a ti, que vas bufando como un perro callejero buscándome por todas partes, echando maldiciones por los cuatros costados, ¡vaya que sí! Que me lo dicen los tientos de los demonios que tienes dentro, porque te transforma en un ser diabólico cuando llevas tiempo sin saber de mí…Que el otro día me vistes pasar y te diste la vuelta para tropezarte conmigo, y haciéndote el desentendido me rozaste el cabello con tu aliento…Tranquilo, paciente, espera, que habrá otros momento para la primavera de mi cuerpo…Me viste pasar y me seguiste y yo que lo sabía empecé a coquetear con mi amigo y te quedaste mirándome echando fuego como si fueran diablos ardiendo en el infierno…Y si yo te dijera lo que pienso cuando me miras, te echarías a temblar y te irías corriendo…Y me miraste con un descaro, ahí en frente, para que te viera bien, con una chulería que te envolvía de arriba abajo, y yo, dándome por aludida te miré, reteniéndote la mirada, de una manera que casi te caes de espalda, parecíamos dos animales enfrentándose a una lucha interminable de a ver quién es el más fuerte...¿Qué te creías que eres el único que sabe decir picardías con los ojos? Que parece que tienes dos bengalas de fuego en la cara y en todo el cuerpo, ¡menos mal que me retuve a tiempo! Porque al momento saltaron chispas por todo el cielo como si fueran cohetes y se iluminaron mis sentimientos…Escribir bonito, alegrar la mente y volar bajito hasta el infinito…traspasar fronteras con la pluma bella de mis pelambreras…rodar por calles donde está la iglesia de mi alma entera…Y es que tienes una fuerza y un poder en la mirada que me habla sin palabras…Y me grita con la voz muda de lo más hondo de tu silencio, que cuando vamos a querernos de nuevo…Y a mí que me gusta más una odisea rocambolesca que una cena romántica y de ensueño, te sonrío con un ojo cerrado y otro abierto, y te susurro al oído que lo único que quiero es enroscarme por tus piernas como una serpiente, inyectarte la sangre de mi veneno y arrastrarte hasta mis adentros con el animal que llevo en el cuerpo, retorcerte el cuello con mis entrañas y me sientas toda entera entre pecho y espalda, y que me grites al oído, loca, loca… Que me tienes loca perdida con tanto miramiento, que me desnudas cada vez que paso por tu lado, que hasta me despellejas de arriba abajo con esos resoplidos que salen de tu garganta y me hueles el cuerpo con el olfato de carnero degollado, que parece que nunca te han tumbado en un pajar y te han comido el cuerpo entero a mordisco limpio como si fueras un churrasco asado, parecemos dos animales entregado a la juerga de la berrea…¡fíjate como me pones que parezco una mujerzuela, que hasta estoy perdiendo la compostura con tanto restregarme por la cara tus ardientes pensamientos, que ya me están entrando unos sudores por todo el cuerpo cuando me miras con las llamas de tu fuego, y es que te deseo con las ansias de una mujer mala…Si, si…esas que dicen por ahí…Esa es una mujer mala, de la vida…No mi amor, de la vida tuya y mía, y mala porque tú me provocas a pecar, me arrancas las ganas de besar y aún más allá…Mira que siempre fui una mujer recatada, casi sumisa, honesta, hasta me asustaban las cosas esas feas y malas que muchas me contaban que hacían cuando estaban en la cama y yo me ruborizaba, fíjate, en lo que me he convertido que ahora todo me da igual y lo encuentro hasta normal, y  hasta me atrevo a pedirte cada día un poco más, y te hablo al oído bajito…y te susurro palabras ardientes de amor, no de amor, no, son palabras de puro y encarnizado sexo compartido que sólo te las digo a ti mientras te acaricio lento y despacito, porque hasta me avergüenzo el decirlas alto y por eso te las repito muy bajito, y tú que me escuchas sacas ese demonio que llevas escondido y me arrastras hasta el infierno…Madre mía cómo me gusta bailar contigo esa danza alrededor del fuego y saltar por lo alto como en las verbenas de San Juan, de esa manera tan loca y audaz, sin temor a que nos vean arder desde la cabeza a los pies…como si fuéramos dos adolescentes a los que se les negaron crecer…Estaba sentada, tranquila, pensativa, casi ausente, pero una chispa de tus ojos se cruzó con los míos y me quemaste con el fuego de tu mirada…y es que cada vez que te veo me sacas el animal que llevo dentro…

No hay comentarios:

Publicar un comentario