Te
vi a lo lejos, sabía que vendrías a buscarme, lo sabía y por eso me asomé al
balcón, y cuando me viste te llevaste los brazos al pecho y me lanzaste un
beso, ese beso que yo deseo tanto y que atrapé con el pensamiento…y ahora te
siento en mis sueños…me arde todo el cuerpo…Es tan bello seguir estando
enamorada y vivirlo con tanta pasión…A veces creo que son pajaritos en el aire,
si, si, eso debe ser porque cuando me recitaste esa poesía tan bonita, dos
lágrimas rodaron por mi rostro, ¡qué cosa me pasan! Soy tan romántica y
soñadora…Te dije que tenía alma poeta y me sonreíste con la mirada de joven
enamorado…Yo no sabía dónde me llevabas hasta que me encontré en aquella cama
contigo, ¡madre mía, qué alegría para mi cuerpo! Estaba tan emocionada y
contenta que empecé a dar saltos de alegría y tú al ver ese derroche mío de
besos y abrazos te pusiste tan nervioso…Me miraste a los ojos y te quedaste sin
saber qué hacer, mudo, impertérrito…Y yo insistiendo en comerte el cuerpo a
retazos lentos y apasionados y te dejé desarmado…Yo esperaba algo más, yo te
quería sorprender con las fuerzas de mi querer pero tú no me dejaste o es que
tenías miedo de ver la agonía de mi ser…Y por eso te alejaste de mí,
desapareciste como por encanto y yo que no entendía nada me quedé sola y
descarnada… No sé qué es lo que pasa por mi cabeza, pero me asaltan tantas
dudas…Y aquí estoy de nuevo, que ni te veo ni me ves…Me dolía el alma tan sólo
al pensar que ya no mostrara interés por mi y es que eso de que me ignoren me
parte por la mitad, necesito continuamente que me digan te quiero, es una
necesidad imperiosa la que tengo de escucharlo de tus labios, fíjate mi amor,
me acostumbraste a oírtelo decir y ya es pura necesidad. No debería ser tan
exigente porque es agotador, lo reconozco…Otras veces me siento segura y me lío
a dar saltos por la casa como cuando era una adolescente, ¡ay Señor, Señor…!
Debe ser que no he crecido lo suficiente y me da por pensar cosas extrañas…No
me quiere, ya no me quiere, y además miente más que parpadea, ¡vaya que sí! Que
te reíste de mí…Me engañaste, me dijiste que habías escrito una bella poesía
para mí y llorando me lo creí, y ahora me doy cuenta de lo ignorante que fui…Y
es que esto de que me tomen por tonta me fastidia a reventar, una cosa es que
me lo haga y otra que lo sea…Iba de una habitación a otra, mirando las paredes
mudas, comiéndome la cabeza, sintiéndome fatal, con una impotencia tremenda,
pues tan sólo al pensar que a mi edad me la den, me pone de los nervios, y por
eso me encerré en casa, para que no me viera, aunque la que más sufría era
yo…¿Qué fuerza misteriosa será esa que aún estando tan separados, cada uno en
una punta, es como si estuviéramos juntos? ¿Qué cosa tan rara será, Dios mío,
que es como si estuviera conmigo, aquí, hombro con hombro, sentado a mi lado,
hablando junto a mí? Es como si un hilo hubiera comunicado su mente a la
mía…¿Qué cosa rara será éste insistente pensar que no me para de decir? No
estés triste mi amor, que te quiero con toda la fuerza de mi pasión, no llores,
no pienses mal…Estaba escondida porque no quería verte más en mi vida y cuando
te vi de nuevo a lo lejos salí corriendo, huyendo de ti…Y mientras me alejaba
me tiraste los besos que el viento atrapaba... Aún los estoy sintiendo como
pedacitos de cielo, y cuando camino me acarician el pelo como aire fresco...y
marinero…Me buscaste y me encontraste, al final diste conmigo…Estabas ahí, tan
solo, tan triste y cuando me viste me abrazaste con los gestos de tus brazos,
te llevaste la mano al corazón, a los labios y me lanzaste un beso que en mi
alma atrapó en el aire…Me quedé sentada, quieta, pensativa y callada, dándole
vueltas a las cosas que me dijeron de ti, que estabas con otra y por eso ya me estoy imaginando que la
besas como a mí…Hay veneno en éste pensamiento que me está quemando por dentro
y estoy que no puedo…Deben ser los celos, no sé por qué si lo tengo a mis pies,
rendido, cautivo, pero no me conformo con eso que yo lo que quiero son sus
pensamientos…Y por eso estoy que me ahogo, que no puedo ni respirar es que he
vuelto a desconfiar, me asaltan las dudas, será que te quiero…Tenía que salir a
buscarte y pedirte explicaciones, porque sé que en el fondo me quieres a
rabiar, que te tengo loquito, pero es que hay algunos rumores pululando por ahí
de que eres un mujeriego y que te gustan todas, hasta que me di cuenta que sólo
eran pensamientos...Y por eso aquella mañana me fui a caminar sin rumbo,
buscándote con la mirada por lugares recónditos, donde los callejones sin
salida se perdían entre los latidos de mi torturado corazón…Y ahí que estabas
tú, parado frente a mí, mirándome, altivo, con la pregunta cayendo de tus
labios rotos de dolor…No podía imaginar el derroche de palabras que tenía
guardadas para echártelas en cara, pero cuando apareciste en la puerta de mi
casa, me quedé sin habla…Me colgué a tu cuello, me besaste la boca y te atraje
hacia mi cuerpo…y nos entregamos a la locura de la pasión, mientras los dos al
mismo tiempo hablando…Me dijeron que te habían visto con otra… Apenas podía
escuchar lo que me estabas diciendo…No hay otra más que tú, bonita mía, guapa,
eres mi vida…Y como en un carrusel de la feria, nuestros cuerpos se enredaron
dando vueltas entre besos y abrazos, mientras me acallabas la boca en un
derroche de pasión...con el fuego de mi veneno…
No hay comentarios:
Publicar un comentario