Señor mío, yo no soy mala, tan sólo una mujer ultrajada…perdóname…no
sé qué es lo que pasa conmigo, ni siquiera sé si estoy aquí o allí…creo que mi
alma permanece latente aún…pues…No para de persistir…está activa y tengo miedo
de lo que es capaz de hacer o no, pero parece como si estuviera enviándole
mensajes a ella, mi hermana, la que siempre estuvo a mi lado, la que me cuidaba…la
que acariciaba mis espaldas cuando estaba postrada en la cama sin poder moverme…Ayúdame,
te ruego que me ayudes y no me dejes llevar por las fieras que me rodean…Yo lo
quería, lo amaba, sabes que me casé enamorada, con muchas ilusiones y
esperanzas en una nueva vida, pero cambió…El carácter se le agrió, no sé porqué…Me
hizo la vida imposible, no supe detenerlo…apenas podía con mi cuerpo…la
enfermedad me tumbó…Tuve cuatro hijos…pues…Llegaron de dos en dos y a partir de
entonces la vida se truncó…Es una historia muy larga, triste y amarga, no
quiero contarla, ¿para qué? Ya no sirve de nada, para eso está mi hermana, la
que tiene la pluma con alas…La veo desde aquí, está comprando en el supermercado…Es
el mismo supermercado donde antes nos encontrábamos las dos y nos reíamos mucho
juntas, y ahora va el que fue mi marido con esa y me temo que los vea porque de
repente he sentido unas palpitaciones extrañas salir de mi alma… Le estaba insuflando
mis sentimientos a través de ultratumba, y sin poderlo evitar la dirigí hacia ellos
Madre mía lo que acabo de ver…! Estaba tan tranquilita comprando en el
supermercado cuando lo veo muy sonriente…Sí, sí, a ése, el ex cuñado…Se me
quedó mirando como esperando… …¡Me acerqué, lo saludo y
le digo con la más irónica de mis sonrisas…¡Hola! De repente se da la vuelta la
que estaba de espalda a mí y frente a él en esos momentos, me mira con sus ojuelos
pequeños…el pelo todo rizado, a lo afro barato y rubia de bote…Se me queda como
diciendo...¿Y a mí...? Yo no sé qué es lo que pasó por mi cuerpo y mis
entretelas, no lo sé muy bien, pero te juro por lo más sagrado que no era
yo…sino ella…mi hermana…La madre de mis sobrinos y esposa del ex cuñado…Pasé justo
frente a ella despacio, tranquila y sosegada…como retándola con la
mirada...¡Ojo con ojo, frente con frente, cara con cara! Como dos fieras
salvajes que se tantean a lo flojo y seguro. Casi la rodeé toda entera de
arriba abajo. La observé desde la cabeza a los pies con una ojeada de asco que
me vino por las venas, y pasé por su vera como si no existiera…Se quedó
traspuesta…¡No se esperaba esa mirada intimidatoria, instigadora, desafiante…! No,
no, mi mirada no... La de mi hermana…era la mirada de la que estuvo antes que ella,
la que se suele decir…la primera escoba y la segunda señora…Creo que se metió dentro
de mi cuerpo…Era su alma porque no podía soportar lo que estaba viendo tras la puerta…
Sí, sí…la puerta que todo lo cierra pero que todavía sigue alerta entre el
cielo y la tierra, pero…¡Hijo de mala madre! ¡Si a mí me has dicho que me
ganara la vida con el moño…! ¡Que valía menos que una mierda de la calle! ¡Que
no servía para nada…! ¡Si me has insultado hasta la saciedad durante más de
veinte años…! ¡Mal tratador! Que sin cuchillo me has ido matando poquito a poco
con tus palabras llenas de veneno hacia mí... ¡Y hacia mi familia…! Que venían
a casa a verme cuando tú no estabas…¡A escondidas! ¡Como si fueran unos
ladrones…! Y ahora la llevas a ella de la manita…¡Asqueroso de mierda! Que me
están saliendo las iras tras mis rejas…Las rejas que todo lo tapa y lo calla,
pero yo, yo…Yo te veo a través de los ojos de la pluma de la libertad, ¡mal esposo!
Que me has maltratado toda tu asquerosa vida, y ahora la llevas de viaje a las
islas…A las islas que yo quería ir y que todavía estoy esperando que me lleves
de luna de miel, ¡Mamarracho, zopenco! Te maldigo mil veces aunque estén vivos
mis hijos…Sí, ¡mis hijos! Esos que yo he llevado en mi vientre durante nueve
meses y he parido... y cuando han nacido me he quedado hasta las tantas de la
noche contándole cuentos, mientras te quedabas en la tasca de la esquina tomándote
unos cuantos cubas libres y llegabas a casa bien cargadito pidiendo cena…y
dándome guerra…¡Maldita sea tu estampa! Que todavía me quedan unas poquitas
fuerzas que saco fuera a través de las letras de mis agallas porque me da la
santísima gana…Dime, so zampabollos, ¿desde cuándo estabas liado con ella? Sí,
sí…Esa que decía que era mi amiga…¡Asquerosa y embustera! Que te has hecho la
tonta y la buena mientras yo estaba enferma para acostarte con ése en la
habitación de al lado…Ése que decía ser mi esposo amado estaba deseando de que
me fuera para cogerte de la mano y llevarte a las islas de afuera…y yo llenita
de dolores en la camita esperando que me llevaran hacia el otro barrio, pero…No
olvides nunca que en el pecado llevarás la penitencia…Salí del supermercado trastocada y todavía no sé si fue
ella o fui yo las que los retó…
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