Le inquietaba no estar a mi altura. Siempre había funcionado
muy bien sexualmente, y sólo con mirarme le ardía la sangre…pues…Llevaba dos
noches y una mañana que no habíamos parado, claro que eso para mí no era lo más
importante del mundo. Atrás se habían quedado aquellas locas hormonas en la que
el sexo era la cosa más exigente del mundo. Ahora me interesaban otras cosas
también. El caso es que cuando llegamos al hotel, le dije que entrara primero
al baño mientras hacía la maleta porque al otro día volvía a casa. Me sentía
muy triste, tarde o temprano mi relación con él estaba llegando a su fin, los
dos lo sabíamos, y estando pensativa me fijé en su móvil, ¡madre mía, qué
tentación tan grande! Pero no, no debía curiosear, eso no iba conmigo. Seguí
doblando la ropa y el móvil no paraba de mirarme. Era una auténtica provocación
para una mujer tan celosa como yo. Me dejé de formulismos y me lancé de cabeza.
Rápidamente busqué los mensajes y leí las palabras. Me puse muy nerviosa. Los
celos me carcomían por dentro, y sin más dilación me enfrenté a él…Cariño,
¿quién es esa señora? Es amiga mía desde hace años. Me dijo que la tienes
bloqueada y no puede entrar en tu muro...¿Y tú quieres que me siga? Si, ¿por
qué no? Es amiga mía y seguidora tuya…Empecé a ver claro y me di cuenta de cómo
la defendía…Pensé que ahí es donde estribaba la verdadera amistad y aunque era
lo más honesto por su parte el actuar de esa manera, yo sólo veía sexo entre
ellos. Y eso era algo que me dolía...No sé por qué se me ocurrió mirar el
móvil, el caso es que ya no tenía marcha atrás. En mi mente empezó a nacer la
duda. Ya no era mi amado, ese hombre que me enamoró y desde el primer momento
me abrí a él y le conté mi cruda realidad creyendo que venía a por mí, venía a
por cualquier mujer que le siguiera el royo, como yo. Y no es que fuera un mal
tipo, no, sino que estaba pasando por un mal momento y se decidió a meterse en
éste mundo, lo mismo me ocurrió a mí y me aferré a él, que sin querer le di forma,
como si fuera mi tabla de salvación. Me equivoqué. Siempre me equivoco. Soy muy
inocente, lo sé, pero seguí porque me enamoré perdidamente de un personaje que
yo misma me había inventado sin darme cuenta de que él siempre fue un hombre
con los pies en el suelo, y por eso empezó a mostrarse poquito a poco, hasta
que finalmente se mostró tal cual para que viera cómo era su alma. Entonces le
pregunté…¿Tanto la quieres? Me dijo que era una buena amistad de muchos años y
que a veces se veían para tomar algún aperitivo en la cafetería…Me comían los
celos…Peor lo pasará si me sigue el rastro, además creo que mientes, dime qué
interés tiene en mí, ¡dímelo, por favor! Me dijo que le estaba dando demasiada
importancia y que tan sólo eran amigos…Mírame a la cara y contéstame
sinceramente, ¿me quieres como yo a ti? No me gustaría perderte y quisiera
tenerte aquí o al otro lado…Quiero que seas ahora muy sincero por favor, te
prometo que no me voy a enfadar, pero necesito saberlo, ¿te acuestas con ella
actualmente? ¿Haces el amor con ella aún? Te ruego que no me mientas…Anda, por
favor, somos amigos desde hace años, ella tiene su pareja…Sigues sin contestar
a mi pregunta, quiero que me digas si es una amiga con derecho a roce o no, es
así de simple, necesito saberlo, nada más…¡Que obstinación! Si te quieres
quedar tranquila, te confieso que si…¡Lo sabía! En cambio yo lo dejé por ti
¿sabes? Te he dicho lo que querías oír…Bueno, es la vida, eres joven aún y
tienes necesidades, te comprendo, no me enfado, te lo prometo, lo único que
ocurre es que me haces caer de nuevo en los brazos de él porque me acosa
demasiado y soy tan débil…Ahora podré tener una excusa para hacer lo mismo que
tu. Me has hecho mucho daño, pero no te juzgo, eres libre, ¿quién soy yo? Nadie
importante tan sólo una más…No quiero que te enfades, para mi eres muy
importante, y estás totalmente equivocada. Entre nosotros no hay nada de nada,
sólo amistad…Si pero te acuestas con ella, bueno está bien, ahora no puedo
pensar y temo equivocarme y cometer una imprudencia, perdóname, pero hay cosas
que no me cuadran, ¿por qué sabes que la bloqueé? ¿Cuándo te lo ha dicho? Sabes
mi amor, ya soy muy mayor para comerme la cabeza con estas cosas, me duelen
mucho, te lo juro, me duelen en el alma y me siento muy triste porque he visto
por tus palabras que no te gusta que la haya bloqueado y te voy a decir que
pienso bloquear a todas tus amigas…Haz lo que creas conveniente y bloquea a
quien quieras, pero estás en un error y siento que pienses así, no hay nada de
nada…Ya, pero lo que quiere ella es enterarse de todo para saber por dónde van
los tiros, y qué hay entre nosotros, y eso es porque tu le has dicho que
tenemos una relación amorosa, y si tu se lo has dicho es por un motivo, nada se
dice por decir, siempre hay una intención. A ella le da igual mis comentarios,
sólo me sigue para ver qué es lo que escribo debajo de tus anuncios, te ruego
que no insultes mi inteligencia más, me duele mucho, lo siento, soy muy celosa
y me da mucha rabia que yo no pueda estar contigo siempre y ella sí, bueno no
te enfades conmigo, hoy estoy enfadada conmigo. Soy muy débil. Anda, dame un
beso y abrázame fuerte. No me dejes nunca, te quiero no lo olvides por favor
vida mía. Venga, voy a ducharme y espérame en la cama porque a partir de mañana
me tendrás muy desperdiciada…Estoy segura de que seríamos perfectos el uno para
el otro… Al otro día, mientras regresaba en el Ave a casa, la mirada se me
perdió en el horizonte y recordé aquellas palabras que una vez leí que decía
algo así: A quien ames dale alas para volar y un motivo para volver…
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