Tenía mucha curiosidad por saber cómo era su aspecto físico, y aunque
ya me había hecho una idea, sentía la necesidad de abrazarlo. Y por eso decidí
enviarle un mensaje en el cual le comunicaba que tenía que verlo ya. Cuando lo
recibió, me contestó rápidamente, que estaba muy ocupado y que no podría estar
conmigo ni un instante. Excusas y más excusas. No me creí ni una palabra. No sé
a qué le tenía miedo. Quizás temiera no gustarme, ya que, al mandarle tantas
fotografías mías y verme aún mona, él creyera que a mí sólo me atraían los
guapos. Pues sí, me encantan los hombres guapos, ¿a quién no? pero ahora no. De
jovencita sí. Ahora me fijo más en otras en las cosas que no se ven, y que en
una fotografía del año la nana de él, yo percibí. Vi la luz que desprendía la
mirada de sus ojos, la chispa de su sonrisa y lo que encerraba dentro del alma.
Esas cualidades las poseía él y aunque no lo conocía en persona, sabía que era
un hombre bueno, y por muchos mensajes que recibía de los internautas
poniéndolo a parir de un burro, ninguno me convencía. Era el mejor tipo del
mundo. Sentía que me quería de verdad y jamás me haría daño. Él pertenecía a la
gente de palabra, como son todos los ceutíes. No era del pelotón de lo viles y
cobardes. Nunca me traicionaría ni abusaría de mí. Yo presentía que era sincero
conmigo, me lo decía el corazón y mi corazón nunca me ha engañado. El caso es
que lo convencí para verlo en persona y quedamos en que al otro día cogería el
Ave para Barcelona, ya que él vivía allí desde hacía muchos años, y mira por
donde yo tenía a una hermana que se fue muy jovencita, conoció a un tipo muy
majo se casaron y comieron perdices. La llamé rápidamente y le dije que iba a
pasar tres días en Barcelona. Llené una maleta de ropa, la más moderna y bonita
que tenía. Quería sorprenderlo. Que cuando me viera se quedara con la boca
abierta, en una palabra, que se volviera loco de pasión. Una vez sentada en el
tren, me hacía mil preguntas sobre su aspecto físico y seguía pensando el
motivo de su temor, hasta que llegué a la conclusión de que quizás tuviera la
figura de un intelectual, bueno, al menos éste es muy inteligente y eso sí que
me pone en cantidad. Al final me adormilé un poco cuando de repente el tren
llegó a la estación. En ese momento lo llamé para saber la hora y el lugar del
encuentro. A las once del otro día en el mismo centro de la Plaza de Cataluña. Me dijo
que llevaría un ramo de flores rojas para que yo lo reconociera y como él sabía
perfectamente cómo era mi aspecto, le dije que me buscara entre la gente. Mi
cuñado estaba en la estación con mi hermana. Nos abrazamos, nos pusimos al día
y cuando llegó la noche no pegué ojo. Al otro día nada más que levantarme di
como veinte vueltas al piso de mi hermana. Seguía estando muy nerviosa. Me tomé
una tila y rápidamente empecé a arreglarme, repasando cada detalle de mi cuerpo,
arrasando con todos los pelos que pudieran estorbar cada roce de sus manos.
Después empecé a pintarme los ojos de todos los colores del cielo, parecía el
arco iris. Me lavé la cara y me eché colorete y cuando me miré al espejo tenía
una huerta de tomates en el rostro, ¡madre mía! pero ¿qué me ocurría? ¡Si solo
es un hombre! Finalmente empecé a vestirme y me desvestí más de siete veces.
Parecía una adolescente en su primera cita. No me decidía por nada porque lo
que yo quería de verdad, es que cuando me viera se quedara con la boca abierta,
en una palabra quería sorprenderlo. Me puse un traje de chaqueta precioso y me
colgué collares y pendientes, nueve pulseras y un broche en la solapa, además
me coloqué una horquilla con mil brillantes en la melena. Parecía un árbol de
navidad. Miré el reloj, me desnudé enterita y a la ducha. Me puse unos leguis y
un jerséis ceñido. Me colgué la mochila y salí pitando de allí. Estaba decidida
a enamorarlo tal como era yo en realidad. Iba a por todas. De repente me veo
rodeada de una multitud de caras desconocidas. Me sentía un poco perdida y
rezando a mi virgencita, le rogué con todas mis fuerzas, que no se hubiera
echado atrás, cuando de repente veo un ramo de flores rojas abriéndose camino
entre la gente...Continuará…
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