¡Hola amigos! Me llamo
Trinidad y estoy… bueno, no, ya no estoy aquí, sino allí, al otro lado de la
vida o la muerte o ¡qué sé yo! Creo que estoy en ese lapsus de tiempo en que
una no sabe ni cómo, ni porqué, aún tengo algo de aliento... Me encuentro en un
laberinto transitorio del destiempo, donde cada ánima camina por donde la lleva
su último aliento tropezándose unas con otras, enredando a todo espíritu,
mientras mis suspiros van retrocediendo y reviviendo aquellos momentos tan
alocados de mi juventud… Ahora y en el ya inmediato, o sea, actualmente, porque
no sé dónde estoy, ni si soy o no soy, si existo o no, pero sé que vago, creo
que lo mismo que en la vida se prepara uno para trabajar, ganar dinero y vivir
cómodamente, ¿por qué a nadie se le ha ocurrido preparar a la gente a morir
mejor? Sería fabuloso tener un buen morir, porque lo que más temo es tener un
mal morir, por eso se me ha ocurrido que mientras tanto, entre que me voy o me
quedo, he decidido contar mi historia y aunque estoy segura de que no tiene
nada de particular, me viene de maravilla, ya que me entretiene y me olvido de
este lugar tan estrafalario, je, je... Me gustaría pedir perdón a todos los que
antes desprecié... Era tan superficial que medía a las personas por lo que
tenían, ya ve, ¡qué tontería! aquí está todo el mundo como su madre lo trajo al
mundo, ¡vamos en pelota picada...! Además, estoy rodeada de vulgares, porque a
quién le gusta ver al que está al lado con la boca abierta y roncando, sin
contar las ventosidades que se les escapan a más de uno sin querer... Es un
sitio tan extravagantemente espectacular, que los espíritus errantes se
desmadran totalmente, ya que muchas veces se creen que están en el Circo del
Sol viendo saltar a los acróbatas voladores, y otros piensan que están
comprando en las Galerías La
Fayette de París... Hay un desconcierto tan grande, que hasta
yo misma me las veo y las deseo para poder discernir, y cuando consigo
visualizar bien, trato de explicarles que no alboroten tanto, y que se
tranquilicen. Que no tengan ningún temor, y ya para rematar, les digo que lo
único que pasa es que ahora están en El Otro Barrio, y tarde o temprano tendrán
que adaptarse. Bueno, eso lo digo porque me siento todavía con fuerzas para
seguir aquí, porque algunos llegan que no hay ni por donde cogerlos. Lo peor es
cuando llaman a los familiares para identificarlos, que los pobres no paran de
gritar que sí, que son ellos, y la madre o el padre diciendo al mismo tiempo
que no lo puede reconocer con seguridad… Igual que me ocurre a mí que me
desdoblo en este vagar errático y mi aliento se dispara meciéndose en un vaivén
tridimensional…En éste lugar tan estrambótico, los lamentos, los ronquidos y
los gemidos, se mezclan unos con otros, y yo ya no sé ni quién soy, ni por
dónde vago, pues hay tantos alientos que están en la misma situación que yo,
que me confundo en la manera de expresar mis sentimientos, ya que me educaron a
la antigua usanza, o sea, sin perder la compostura, y claro, aquí llegan toda
clase de indigentes de edades y épocas diferente, y no es lo mismo el argot
popular de los que nacieron el siglo pasado que el de los jóvenes de ahora. Los
espíritus errantes no tienen miramiento con nada ni con nadie y vagan por ultratumba
como perico por su casa. El caso es que hoy hay aquí una afluencia de heridos
enorme. Las ambulancias no paran de salir y más llegan. Parece ser que ha
habido un accidente de tráfico, y entre los graves y los muertos, las quejas se
entremezclan con mi aliento y a veces hasta me enredo entre ellos,
interpolándose tal cantidad de tacos, que averigua quién lo suelta. Por lo que
se masculla, se deja entrever que ha habido un tiroteo entre la policía y unos
ladrones que estaban atracando un banco, y en la huída dos coches colisionaron.
En fin, estos son los rumores que me llegan desde el otro lado, y por eso de
vez en cuando suelto una palabra o frase malsonante, y me da una rabia que te
cagas, ¿lo ves? Ya se ha cruzado algún aliento actual, porque jamás se me
hubiera ocurrido. No comprendo como aquí, que es un sitio de lo más remoto y
primitivo, que ya antes de la prehistoria existía, se dé este tipo de
vocabulario. Debe ser, que no paran de llegar espectros de todos los tiempos…
No os podéis imaginar el revuelo que se forma entre los que entran y los que
salen, sobre todo por éstos últimos, ya que no están conforme con haber llegado
antes de tiempo y se lían a gritar y a forcejear tanto, que al final salen
vivitos y coleando, de tal manera que empujan y pisotean a otros, que, cansados
de la vida, los perturban y sacan de sus dulces sueños, y los pobres lo único
que quieren es que les dejen dormir en paz... También tropiezo con muchísimas
ánimas benditas que no están de acuerdo con haber llegado hasta aquí, y tengo
que animarlos y aplacarlos, sobre todo cuando se cruzan con los comatosos, pues
éstos últimos están ahí impávidos, con los párpados cerrados, pero con
rapidísimos movimientos de los ojos de un lado para otro, como si estuvieran
asistiendo a un partido de tenis. Parecen que están pendientes de la puerta de
salida y de entrada para salir pitando. Por cierto, el otro día vi a la madre
de mi padre y tenía el semblante tranquilo y sereno. Se ve que estaba deseando
llegar. Era muy viejita y seguro que estaba cansada de vivir. Tenía casi cien
años, ¡Virgen Santa! Unos tantos y otros tan pocos… Ahora que estoy más allí
que aquí, o como se dice normalmente, ahora que estoy con un pié en EL Otro
Barrio, soy feliz, sobre todo porque ya no tengo miedo de nada. Estoy muy
tranquila y nada perturba mi alma. Mis sentimientos están en una infinita calma
que no sé expresar bien, pero sé que me gustaría pedir perdón a todos mis seres
queridos si en algún momento les hice daño o a algunas amigas. Eso es lo único
que me estremece en el estado que estoy, por eso pienso que aún me queda un
poco de aliento, y fíjate si tiene que tener fuerza que algunas veces me lleva
hacia atrás, y otras hace como si se adelantara en el deambular del tránsito… A
veces creo que estoy en un gran salón de baile, donde casi todo el mundo está
tranquilo y como esperando que alguien los saque a bailar o algo parecido. Yo
tengo la sensación de estar pululando de flor en flor, igual que una mariposa,
medio inconsciente, pero al mismo tiempo me encuentro muy relajada. Además,
parece que estoy viendo una película. Si, la película de mi vida, porque
algunas escenas parecen como si ya las hubiera vivido… Si, si, me son muy
familiares… Por favor, tú, mi querida hermana, cuenta más o menos cómo era yo
cuando estaba presente para que me comprendan un poco. Estoy segura de que
sabrás hacerlo muy bien, ya que no me ha dado tiempo a mí. No te puedes
imaginar la rabia que tengo de no poder hacerlo yo, claro que como realmente no
sé en qué lugar estoy, tendrás que apañártelas tu solita, pero no te preocupes,
que entre las dos saldremos airosa de ésta, tan sólo tendrás que escuchar a la
llamada de tu corazón…
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