Sumisa y obediente sigo las huellas que me llevan a sus brazos, es tanto como lo quiero que no puedo negarme a sus deseos…pues…Sé cuánto está sufriendo, lo sé porque lo mismo me ocurre a mí…Fue aquella tarde cuando pasó por mi lado, y aunque no quiso mirarme a los ojos, sentí las voces que gritaban su garganta…Hizo todo lo posible por desviar la mirada, pero…Hubo un instante que nuestros ojos se encontraron, y aunque no nos dijimos nada, en esa mirada se dejó ver el dolor que nos embargaba…Sé que me sigue queriendo, que aún estoy clavada en su pecho…que llora en silencio y que todavía necesita sentir mis besos en sus labios secos, que…Sedientos están desde que te enamoraste de mi boca…y mi cuerpo…Quisiera no haberlo conocido nunca…Ojalá pudiera detener el tiempo justo en aquél momento cuando me pidió fuego…Pasó por mi lado con un cigarrillo en la mano, y yo que por entonces fumaba…saqué el mechero toda nerviosa, y él que observaba cómo me temblaban las manos, acercó las suyas a las mías con elegancia y respeto, y mientras encendía el pitillo, me dio las gracias mirándome el canalillo del pecho con la osadía del seductor…y sin respeto…pues…A partir de ese día, no había lugar o momento que no coincidiera con él, hasta que…En un arrebato de furor, lo paré, lo enlacé por el cuello, lo estampé en un paredón…y lo besé con la fuerza de un ciclón, y por eso…Hoy me arrepiento de aquél atroz atrevimiento, que por mucho que lo piense…No sé si fue él, que me incitó para tal atropello, o…Fui yo la que, inconscientemente, seguí las instrucciones del ardor…¿Qué pasó por mi mente? Hoy confieso ante el dios de mi credo para vaciarme por dentro…Me pesan los sentimientos que se agolpan en mi pecho…Quisiera detener el tiempo, volver atrás para volver a empezar de nuevo…Quisiera olvidarlo sin que me doliera su recuerdo…pues…Me siento como una niña perdida en un callejón sin salida…No sé qué hacer con mi vida…mi alma deambula por noches sin luna…el sol ciega mis ojos…no sé por dónde tirar ni qué pensar de mí misma…Casi siempre llego a la conclusión de que soy una mujer sin corazón…es como si su espíritu vagara conmigo haciendo caso omiso a mis sentimientos, o...Quizás sea tan egoísta, que yo misma me escude en tales patrañas para justificarme y quedar bien ante mi propio interés, porque…Me da igual todo, y por eso…Tengo miedo de no poder controlar mis emociones…El deseo sexual que siento por ese hombre me desborda…tiene algo en la mirada que cuando lo veo frente a mí, se adueña de mi voluntad y lo sigo como si no tuviera conciencia…Me lleva hacia lugares solitarios, y yo…Sumisa y obediente acato todo lo que su instinto animal me ordena…Se siente orgulloso de su virilidad que lo empodera ante mí exigiendo esto, aquello y lo demás, y yo que estoy poseída por la hembra dominante…Le dejo hacer lo que quiera su batuta, pero…Soy yo la que dirige la orquesta con los gemidos de mi voz…pues…Forma parte de la partitura de…Esa mujer empoderada que en su juventud siempre fue una rebelde ante la potestad patriarcal que le prohibía hasta fumar…Esa mujer buscada y hallada entre los umbrales de la noche brava…
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