sábado, 13 de enero de 2018

CON LA COQUETERÍA DE MI MIRADA.- (MICRORRELATO)



Sé que andas tras mis pasos, allá donde la tierra fue testigo de nuestros abrazos, que seguiste mi rastro como un galgo a buscar las huellas mías pensando que ya no te quería…Quizás algo te hizo titubear aquél día cuando te arrastré por los barrancos para robarte los besos amados, que te los arranqué a trompicones y reptando…pues…Como una ladronzuela te asalté bordeando tu cuerpo de arriba abajo, dejándote maniatado contra la pared de aquel antro…y tú que lo estabas deseando te dejaste hacer como si fuera la primera vez…Y por eso de esta inquietud mía sabiéndote paciente observador, que sin pronunciar palabras algunas, las escucho dentro del corazón…No soy tuya, ni mía, ni de él, sólo del libre albedrío del momento que me traen y me llevan por los derroteros de los sentimientos…que…Fui infiel a tu boca, pero jamás me quité la ropa…pues…Nunca me desnudé para nadie que no fueras tú, ni mi alma siquiera, que eres el único hombre que conoce mi cuerpo por dentro y por fuera, ¡vaya que sí! Que a pesar de haber tenido el tiempo y la ocasión, no pude con esa traición, ¡te enteras! Y mira que intento apartarte de mi vida, de mi mente…de mi yo…hasta tuve una cita con un amigo para dejarte en el olvido y nada más que despedirme, ya estaba arrepentida de haberme besado con él, ¡fíjate qué cosas! Que lo besé con ahínco, poniendo toda la carnaza en el asador…y reaccionó a lo bestia, con ganas…vayas a creer que no, que se quedó todo enganchado a mí de una manera que…mejor lo dejo a tu imaginación…que me besó con unas ansias…el caso es que nos morreamos como si estuviéramos necesitados de pasión…no tengo remedio, ¿sabes? Ya no sé qué hacer para echarte de mí…pues…Lo nuestro no tiene cabida en la sociedad…Somos como dos barquitos a la deriva de las olas del mar, rumbo al horizonte donde no hay ni brújula ni capitán que gobierne éste timón, que es el corazón que nos maneja a su antojo en el interior del camarote como dos polizontes perdidos en alta mar… ¡Ay mi amor, cuánto dolor en éste encierro mental! Esclavizada estoy a amarte eternamente y lo que es peor aún…Tener tanta urgencia de ti como si fueras el talismán de mis poemas inacabados sorteando los obstáculos que me presentan las rimas y los pareados…Y es que tengo una ilusión de verte y de estar contigo…Y tú nada más verme te entran unas ansiedades de tocarme y besarme, sin parar de mirarme la boca, y yo que lo sé, me paseo delante de ti con todas las pasiones desbocadas, sinuosa y sutil, acercándome para que sientas el calor que emana mi piel abrasiva por el roce de tus ojos chispeantes, que observa cada movimiento de mis caderas persuasivas y exigentes…pues…Me encanta seducirte con los giros de mi cintura caprichosa y provocativa, decidida a rendirte como objeto puro de deseo sabiéndote enamorado de mí…Juegos, sólo son juegos eróticos, donde tú y yo derrochamos alarde de la dicha de nuestro sentir, al límite del furor, de que esta pasión loca y tentadora no se acabe nunca, y que nos acerca cada día más…y… Tras los muros de éste escenario lleno de ardides y preámbulos, me explayo en la narrativa prosaica de letras aladas, huidizas y aferradas al amor romántico y carnal…no sé…quizás…Ahora nos vendría bien una ducha y luego te invitaría a cenar…Me dijiste la última vez que nos hartamos de jugar al escondite…Y yo que todavía estaba al borde de la luna estrellada bajo las llamas de tu yunque al rojo vivo, sólo podía ver cómo te brillaban los ojos de placer…pues…Te encanta verme retorcerme, oír mis suspiros y sentirme toda poseída bajo la fuerza de tu abrazo yugular, donde me debato entre oleadas de espasmos y calambres del acero de tu rayo de fuego…que cuando quise volver a la realidad, y darme cuenta de que estaba bajando de las nubes, sólo veía la picardía de tu sonrisa y te contesté…Es lo más bonito que me has dicho nunca…¡Cómo me gustaste aquella vez! No sabía yo de ese romanticismo tuyo, y es que a pesar de toda esta eternidad que llevamos juntos cada vez me sorprende más…Debe ser por eso por lo que no acabo de cansarme de ti…pues… Descubro algo nuevo en los momentos más íntimos de nuestro avatar enamorándome los sentidos, llenando mi corazón de motivos para no dejar de quererte jamás…Y la mente… no vayas a creer que no tengo mil y una razones para seguirte bajo la piel de tu sino, donde me encuentro contigo, acoplada a tus amaneceres y anocheceres…Y en la soledad de mis atardeceres me dedico a escribir con la ansiedad de tus ojos cuando me dices…Te quiero…tengo unas ganas de cogerte…estás para comerte…Y a mí que me encanta la conquista de tus palabras, te sonrío con la coquetería de mi mirada…Y juntos navegamos sin rumbo, buscando un sitio recóndito y escondido donde tus besos y los míos se encuentran al final del camino…

No hay comentarios:

Publicar un comentario