domingo, 8 de octubre de 2017

LOS LATIDOS DEL CORAZÓN.- (MICRORRELATO)


Y ahora resulta que estoy llorando de rabia, de ver cómo se esconde de mí…Mi madre siempre decía que una mujer no debe llorar por un hombre y heme aquí, llorando como una magdalena por haber cometido el error de enamorarme de ti, y lo peor de todo, arrastrarme como una imbécil, que nada más verte salí como una zorra en tu busca para arrojarte a la cara todas mis inquietudes, el dolor que me causaba tu ausencia, ¡qué idiota…! Así te habrás crecido, pues, ¿sabes que te digo? ¡Que no me importa! En caliente no me importa, pero ahora en frío, sí…Nunca debí entregarte mis emociones ni mi intimidad…y por eso…Me siento de lo más ridícula en éstos momentos y me arrepiento de haberte dicho nada, pero la injusticia y la rabia me mata, ¿te enteras? sobre todo cuando has pasado de mí como si fuera una desconocida, como si días antes no me hubieras besado y acariciado, eso es lo que más me ha dolido…Me he sentido traicionada, pero…Será la última vez que derrame una lágrima por ti, ¡lo juro por mi santa madre! He sido muy ignorante creyendo que me amabas, ¡qué pena…! Y por eso…Voy a sacudir mi melena al viento para que se vayan todas las cargas negativas…pues…Tengo un millón de ilusiones y sueños y renaceré de nuevo…No volveré a llorar por ti jamás…Te he querido más que a nadie en el mundo y tú me has robado los suspiros, mis suaves caricias, mis besos ardientes, mis susurrantes palabras de amor, mis gritos de placer, mis frases eufóricas en la plenitud de la pasión…mis jadeos…mis gemidos…mis sentimientos...Eres una persona fría y hermética, demasiado calculadora para mi forma de ser, y lo único que te ha guiado a mí han sido mis debilidades, mis impulsos terrenales, mi vehemencia, mis ansiedades…y el poco orgullo que tengo, más bien ninguno. Mi orgullo son mis padres, mis raíces, mi tierra…y el dios de mi credo…El orgullo tan sólo lo utilizo en el baño como papel de celulosa, ¡fíjate para qué me sirve! Para nada…Creía que era la única mujer de tu vida, y me negaba a admitir que hubiera otra. Reconozco que me ha costado mucho dolor y sufrimiento, pero ya acepté la gran derrota y no lucharé por tu amor ni una sola hora de más. Sé que en tus miras existe otra mujer, aunque me lo niegues mil veces, y no comprendo por qué, parece que tengas miedo…no sé a qué…Antes me seguías por todas partes…Eras mi sombra…ahora eres la de ella…Mi único error ha sido amarte y haberme olvidado de mí, pero he aprendido a aceptarla como bagaje de la vida, dándome cuenta de que nunca me has querido…Me has engañado y te has llevado los mejores años de mi juventud…Estaba obsesionada por sus besos y sus caricias. Era adicta a ellas ¡maldita esclavitud! Lo esperaba con el alma en vilo sabiendo que estaba con otra…Se la daba de fiel y sincero conmigo y poco a poco lo fui conociendo a través de sus silencios, sus desapariciones…Intuía que daba vueltas por otras partes para no cruzarse conmigo, pero estaba tan enamorada que no lo quería ver hasta que me quité la venda cuando lo vi frente a mí, y lo que antes hacía, rozarme cualquier lado del cuerpo, que para mí eran sus besos, en ese instante salió huyendo...Fue la peor sensación de mi vida, como si me hubiera clavado un puñal por la espalda. No lo dudé un segundo...Reconozco que me dejé llevar por mis impulsos. Me rebelé contra todas las normas cívicas y los demonios de mi cuerpo florecieron del mismísimo infierno…Me enfrenté retándole y por fin pude ver claramente cómo se escondía tras la saña del traidor…Sentí en mis carnes la crudeza de su acción…Lo acorralé…¡Oye tú! ¿Quién yo? Sí, sí tú… ¿Por qué te escondes de mí? Yo no me escondo de ti…Me dijo con descaro y los labios medio cerrados…Le sonreí con la risa del sarcasmo y me di la vuelta, pero antes de seguir andando, levanté la mano en un puño con el dedo índice alzado…Lo hice con toda la rabia de mi corazón, nunca me había atrevido porque pensaba que ese gesto era vulgar. No lo sé ni me importa, pero en ese momento me dejé llevar por la ira y por los sentimientos espontáneos de mujer visceral que ama con las debilidades del alma...pues...Me cansé de deshojar la margarita, ya no soy una niña aunque sienta que mi espíritu nunca creció ni maduró. Se quedó allá, en la edad colegial, y te aprovechaste de toda esa pasión que me desborda por los cuatro costados, porque tú, lo mismo que yo, necesitas sentir en los labios besos ardientes de pasión…los míos, los que jamás volverás a besar porque ahora pertenecen a los latidos del corazón…



No hay comentarios:

Publicar un comentario