sábado, 21 de octubre de 2017

ESA DIABÓLICA COMPLICIDAD.- (MICRORRELATO)



Él la espiaba a todas las horas del día…ella seguía sus andanzas antes del alba…Él la quería a ratos…ella para su vida... Él la buscaba entre los cañaverales verdes del río…ella descalza por la orilla de la playa... Él la deseaba en sus noches solitarias y ella lo amaba desnuda en los amaneceres entres sus sábanas blancas...Una demoníaca posesión nos une a ti y a mí es esos encuentros locos e intensos, lo mismo que una batalla de pasión donde me aferro a tus labios y te como a besos, mientras tus manos fogosas no paran de acariciar cada átomo de mi cuerpo hasta perderse por lugares recónditos…y sin retorno…Una lucha de vocablos voraces se enredan en un duelo salvaje de lenguas…Estaba acostumbrado a que lo parara en medio la calle furiosa perdida, echándole en cara el daño que me causaba y ya no me quedan ni ira ni palabras, tan sólo una pena triste y conformada…pues…Ya no pienso decirte nada para que te quedes con las ganas y ahora serás tú el que me grite y me digas lo que quieras, que yo ya paso de ti y de tu indiferencia…Iba caminando cuando de repente sentí unos pasos tras de mí…me giré y ahí estaba él…Quieto, mudo, impertérrito, esperando que yo dijera algo…Ha venido a por mí dispuesto a liarla, lo conozco bien, es su estilo, su filosofía, la única manera que tiene de actuar sabiendo de mi debilidad…Esa forma de mirarme, retándome a lanzarme hacia él, arrebatándole toda su virilidad siempre dispuesto a batirse con la locura de mi existir, a lo bestia, y él que lo sabe me arranca todos los besos de la boca y los suspiros de mi pecho salen exigentes, pidiéndole más, mientras sus manos ardientes se pierden entre los cañaverales verdes de mi cuerpo y pensamientos verdes…Cediendo a su lengua voraz que se enreda con la mía en una batalla infinita de lujuria, donde el morbo se adueña de piernas y brazos bajo la sombra del árbol aquél…Me lo quedé mirando con el talante éste que me impera de mujer atrevida y valiente, enfrentándome con descaro y sin dilaciones, en una palabra, pisando fuerte y rompiendo moldes…Y él pasando de toda ésta parafernalia, sabiendo de mí mascarada, seguro de sí mismo, expectante a la ingenuidad de mi interior, indagando con la parsimonia que lo caracteriza…Con la sutileza de su silencio y mirada escrutadora que todo lo adivina e involucra a mi honesta debilidad…Y yo ahí, toda interrogante, hablando sin parar…No lo dudé un instante y me dejé caer de espalda sobre el árbol aquél al cual me abrazo para sentir todo su poderío…Impregnándome de buenas vibraciones…Acerco la oreja a la corteza de su tronco y contengo la respiración para poder retener sus latidos…pues…Es tan sensible mi escucha, que hasta puedo oír los susurros del viento atravesar las ramas como si fueran las voces de los amantes, que a su cobijo dejan sus huellas entre la tierra y las raíces bajo ella…Quizás aún perduran los suspiros desde entonces, ahora…y siempre…Son momentos lúdicos de placer…sólo eso, momentos de amores secretos con sabor de miel con queso…Una tímida sonrisa lasciva asoma por las comisuras de sus labios retándome…Dos ojos burlones no paran de mirar furtivamente mi boca, mi pelo, mi talle, mis piernas, mis brazos, mis manos de gestos elocuentes…Mi alma se debate entre el sentido común y sus ansias de hacerme zozobrar…pues…Tenía ganas de tocar fondo…mi intimidad…Una lucha de amantes adictos al sexo están a punto de explosionar en una fusión de lenguas que necesitan catar tan rico manjar, ¡bendita droga! Elixir para los infieles que pagan aranceles con el sabor de la pituitaria…y algo más…Míralo, ya lo está haciendo de nuevo…Me rindo, no lo puedo soportar, me tiene a sus pies…pues…Lo amo a pesar de sus idas y venidas, lo deseo de todo corazón, con todas las fuerzas de mi alma…No puede ser bueno éste sentimiento mío que trasgrede lo prohibido transformándome en un ser irracional, una fiera con ganas de lanzarme a su cuerpo y abrazarlo, sentir sus latidos en mi pecho y someterlo a mi antojo como si fuera un perro…Me invade esa chispa que dicen por ahí que con el tiempo desaparece sin más…la química quizás…Es como una posesión infernal…Una atracción poderosa que me arrastra como si fuera imán él, y yo metal cuando lo tengo frente a mí…Petrificada me quedo observando los movimientos de sus gestos ardientes cuando me atrapa y saca la hembra iracunda y con ganas de sexo, pidiéndome guerra desde sus más bajos fondos… pues…Esa diabólica complicidad que me ata y desata a las libertades del alma, es la única estratégica forma de amar a la que no renunciaré jamás…Porque me apasionan los sentimientos, porque me gusta y porque te deseo como agua a fuego… Porque te llevo en la sangre que recorren las venas de mi cuerpo, porque me arden hasta los pensamientos y porque saca la hembra que envenena tus besos…Porque te veo de lejos, de cerca y cuando no te veo… te siento como si estuvieras serpenteando con tu lengua alrededor de mi cuello…

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