sábado, 30 de abril de 2016

EL RASTRO QUE DEJASTE EN MIS BESOS.- (MICRORRELATO)



No quiero ni pensar que me dejes de querer, tengo miedo de perderte…No se pierde lo que nunca se tuvo…las cosas pasan por algo, si no hubiera sido peor…Perdida me hallo entre las ruinas de su vida…me quiere arrastrar a sus brazos y me niego…me niego a seguir su juego…me ahoga, me oprime el pecho…me está asfixiando con su llanto exclamando mis encantos…me necesita, me ama…no, no…no quiero entrar más en su terreno donde sólo me encuentro los desperdicios del fango…he de salir corriendo…¡corre, corre…! No voy a servir a tu llanto…¡Corre, corre…! No mires atrás, que te está esperando…sigue tu camino limpio hacia él…¿quién es él? El último hombre de tu vida…sí, sí…míralo…está ahí…No…ya no está…resurgiré de mis cenizas como Ave Fénix…soy fuerte como álamo y volveré a gritar mi canto…Seguiré luchando por lo que amo…por mis raíces, mis ideales…mi amor…ese amor que me incita a escribir cada día nuevas historias de mujeres de edad madura que viven en una nube…como yo…Una nube rosa, transparente…flotando en el cielo y por la noche me ilumina la mente y salgo dorada, risueña…brillante como las estrellas…de mi tierra…No sé qué es lo que le atrajo de mi…puede ser esa manera de expresar mis sentimientos sobre papel rodado…o mojado de lágrimas...lágrimas que caen solas sin advertirme siquiera que ellas tienen su propia identidad como alientos húmedos y transparentes…y yo no las puedo ver, pues mis ojos se dejan cegar por su pasión…Me enamoré de un tipo que no era para mí, y aún sabiéndolo más de mil besos le di, hasta mis más oscuros secretos le conté con pelos y señales, y cuanto más ocultos e inconfesables, más quería saber de mí…Todo, lo quería saber todo, como si quisiera meterse dentro de mi cuerpo…Parecía que me estaba auscultando el pecho con esa mirada inquisitiva que tenía por absorber cada pecado mío, y me despellejé toda enterita, me descuartizó con el interrogatorio de su corazón…era como una sanguijuela, un chupa tinta, y me ensañé de la manera más provocativa y cruel, seduciéndolo con las escenas más ardientes de mi ser, incitándolo a caer en mis redes como un pervertido sexual…Lo estaba abriendo en canal, y desde lejos pude entrever su estado emocional con la sutileza de una experta y variopinta mujer fatal…Reconozco que fue toda una estrategia para atraer su atención, y por eso le mostré cada rincón inhóspito de mi alma y de mi corazón…me estaba deleitando con cada línea de mis mensajes tan ardientes que hasta echaban chispas nuestros cruces de palabras…y sucumbió ante mí…Me invitaste a una cena peligrosa, llena de excentricidades, de las cuales pude salir airosa por el giro tan inesperado que ocurrieron después de besarte la boca…Una boca contagiosa y juguetona, ansiosa de morder como perro viejo que eres…¡con qué sutileza me incitaste a que me lanzara sobre ti…! No te esperabas esta ansiedad mía en el besar que te gustó y te descontroló por completo…y te enamoró los sentidos…¡Qué atrevimiento el mío…! Tendré que investigar el por qué me enamoré de ti…Me conquistaste con tal que te vi caminar hacia mí, que a la primera ojeada me hablaste de los deseos de tu cuerpo como si me estuvieras comiendo poquito a poco…y yo que lo sentí me dieron ganas de tirarme para ti y decirte al oído… ¡Oye, tú, que me has dejado con las ganas…! No te merezco amor, que tú te mereces una mujer decente, recatada, casi monjil…de esas beatas y puritanas que en tu entorno deben existir un montón…Y se asustó al ver el temple y el percal de ésta clase de persona que era yo, pues aunque era perro viejo, no se podía imaginar hasta dónde puede llegar una mujer cuando se encapricha de un tío…son de las más peligrosas, parecen gatas con las uñas a punto de arañar espaldas…Son tan férreas las pasiones ocultas…Me llevó, me llevó o quizás me dejé llevar…me gustaba a rabiar dejarme arrastrar…y desapareció del mapa de mi vida…Tendré que averiguar la parte oscura de tu ser…algo se me escapó en aquellos momentos de pasión…descifrar los besos que me pedías con la mirada como si fuera parte de un contrato de por vida, un experimento más de tu estilo, vaya usted a saber, el por qué a tu boca me lancé poseída de una fuerza misteriosa, y por mucho que me exprimo los sesos aún no lo puedo concebir en mí forma de vivir…Ahí, a lo loco, como si estuviera ida de la cabeza…¡qué cosas me pasan…! ¡Oye, escúchame! Pon tus cinco sentidos en lo que te voy a decir…te necesito de noche y de día, de tarde y de mañana y tú ni apareces ni te dejas ver por esta ventana…estás escondido, oculto tras la línea de fuego que separan las llamaradas de mi deseo…dime que no me quieres, dime que ya no te importo, dime algo por Dios, que muero de tanto como desespero…y por eso sigo el rastro que dejaste en mis besos…

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