miércoles, 10 de febrero de 2016

EL SABOR DE LOS BESOS.- (MICRORRELATO) primera parte




En algún rincón del destino nuestros besos se dejaran atrapar por la búsqueda de su sabor…y yo mientras tanto me enredo saboreando…Caminaré sola, tranquila, y sosegada…sin volver la mirada atrás…Hay un beso escondido por ahí que no para de insistir…me dice que lo tengo enamorado, que me quiere y que no parará hasta posarse en mis labios…y yo aquí, aún sin decidir, pues no es la mente la que me empuja a seguir, sino el corazón el que se opone entre los dos…o…quizás es que me gustaría probar otro sabor…Es la montaña la que me enseña y atrapa mi atención, embargándome el alma de mil sensaciones que brotan desde lo más profundo de mi corazón, ejerciendo sobre mi cuerpo unas ganas de vivir, ¡madre mía de mi vida! que es como si acabara de nacer a la curiosidad del existir…Y esa montaña por la que camino por las mañanas bien tempranito, me muestra todas las maravillas del universo a cada paso que doy…El aire que acaricia mi rostro me renueva las emociones y una alegría multicolor recorre mi lápiz y mi amor…El viento me llena de energías positivas y el sol, ¡ay Señor! El sol me recuerda la niña que corría por las playas mías…Y la tierra, ¡la tierra por Dios! La tierra me llama, me advierte y me avisa…Ten cuidado chiquilla por donde pisas…Y me paro para ver cómo crecen las margaritas, cómo corretean los perros, las piedras que me revelan secretos y traiciones de mujeres y hombres, y cientos de florecillas a mi alrededor, y unos árboles tan esbeltos, hermosos y bellos, que no puedo por menos que dejarme abrazar por sus ramas alegrando mi vida y mi corazón, iluminando mi cuerpo de esplendor…Son como besos que flotan a mi alrededor, y que luego retrato con los latidos de mi razón transformándolo en una historia de amor, saliendo las palabras por los vericuetos de mi voz…Y me dictan con clamor…Ojalá el aliento de mis besos se te metan en el tuétano de tus huesos y te recorran por las directrices de tu cuerpo y los sentidos, para que no se te pueda olvidar ni un instante de tu vida cuando me dijiste…te quiero…Ojalá se te revuelvan las tripas en el estómago y te dobles de dolor por haberme mentido tanto…Y es que estoy rabiosa perdida y llena de odio…Otras veces me arrepiento y me enfado conmigo misma por ser tan perversa y cruel, pues sé positivamente que todo mal que se le desea a otra persona se vuelve contra ti, y por eso me arrepiento enseguida…Ojalá el terciopelo de mis besos te acaricien el recuerdo y te traigan a mi lado de nuevo y me digas al oído…regálame otro beso que me arden hasta los pensamientos…¡Ay madre mía, eso sí que me gustaría…! Que me tiene todo el día enardecida perdida, que no te quito ni un segundo de mi cabeza como si tuvieras la fuerza de habitar en mí. Y lo que no puedo comprender es la manera tan tonta de haberme enamorado de ti, pero, ¡si no eres mi tipo! Si hasta cuando di un salto para encaramarme a tu cintura, me quedé a medias por culpa de tu enorme cuerpo, ¡qué cosas me ocurren por Dios! Además eres un pueblerino y tienes maneras y formas de estar todo el día metido en el bar jugando al mus, salir los sábados de juerga a ver si pesca una buena tía para llevarte al coleto…porque eso me lo has contado tú a mí, ¡eh! Que no me lo he inventando…O sea que eres de esos tío antiguos que dicen…Sábado sabadete, camisa limpia y polvete…¡Uf, qué horror! ¡No me lo puedo ni creer! Nada más pensarlo me entran hasta escalofrío...Pues nada, aquí estoy yo dándole que te pego al coco sin saber qué hacer, si tirar para adelante o quedarme plantada como una maceta esperando que me caiga la lluvia del cielo…Aún no puedo olvidar las palabras que me dijiste al oído… ¡Qué bien besas! Eso me dijiste una vez…La primera vez que te besé…que te quedaste prendidos de mis besos…y yo pensé… Será porque habrá probado muchas bocas…y sus labios besados… Y por eso me callé, para que no supieras cuánto me gustaron los tuyos, y te quedaras con las ganas y la duda de cómo y de qué manera besé y besaron…Ni las circunstancias, ni el modo…Si dormida o despierta, desnuda o en la calle vestida y a la liguera fueron esos besos, que a ti tanto te gustaron y a mí me volvieron loca de pasión, que tengo unas ganas de pillarte desprevenido…Ojalá no puedas vivir ni un segundo sin el recuerdo de mis brazos rodeando tu cuello, acercándote a mi boca, a mis labios carnosos y hambrientos, con ganas de comerte poquito a poco, lo mismo que me ocurre a mí, que me duele hasta el aliento de los latidos de aquellos besos martilleándome los cinco sentidos…el cuerpo entero…y hasta más adentro…que me estoy quemando de tanto como te deseo…¡Madre mía qué barbaridad! Es como si mis frases tuvieran ganas de flirtear…Si yo supiera que mis palabras cruzaran fronteras…Si yo supiera que los gritos de mis letras te atrajeran a mi vera…si yo supiera que tú sufres en silencio por besar mi boca y acariciar de nuevo mis caderas…yo te juro por mi vida que no dejaría de escribir, porque si mis palabras vuelan sueltas al ritmo de mis maneras y sentir, es porque alas llevan para besarte en la boca, amarrarte a mi vera y gritarte muy bajito... ¡Qué ganas tenía de ti…! Continuará…

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