jueves, 18 de febrero de 2016

CLAMANDO AL CIELO.- (MICRORRELATO)




¡Ojalá que todas las fuerzas de la naturaleza de mis apasionados besos que te di, puedan más que tus razones multiplicadas por mil! Es tanto lo que te deseo y ansío que no habrá en el mundo poder más absoluto y grande que el mío… que te tengo que ver arrastrado a mis pies por un solo beso, antes que me olvide por entero de ti…¡Ojalá no me puedas olvidar ni un momento de tu vida! Porque si tú estás deambulando en la cabeza mía será porque no te quieras marchar, y para recordarme que un día fui tuya…que si llego a saber que desde aquél beso maldito, yo estoy para enloquecer, sigo caminando para adelante y no te vuelvo a ver…Despotricando por la vida como la peor de las bichas, iba echando sapos y culebras como malquerida y despechada mujer…Yo sabía que estaba dirigiendo los hilos de mi querer desde los adentros de su ser y no estaba dispuesta a dejarme manejar como un títere más en sus manos, así que le presenté batalla en una lucha encarnizada sin cuartel y desde mis más recónditos pensamientos lo atraje a mi encuentro sacando todos los demonios que llevaba dentro en aquellos momentos…y me lo llevé a mi terreno…¡Ojala mis húmedos besos no te dejen vivir ni un solo momento en paz por culpa de tu mal querer! Y clamaba al cielo y al viento con toda la rabia y el odio que me estaba consumiendo por dentro, que me salvara de sus garras y me enviara un ángel de la guarda, para salir de la trampa de sus palabras enmarañada con leves matices de pasión… De repente lo veo caminar hacia mí tranquilo y seguro, con una mano en el bolsillo metida, la cabeza hacia un lado y una ceja para arriba… y bajo la mirada, tenía escondida una socarrona e irónica sonrisa que lo delataba de mujeriego y ligón… Y yo que lo esperaba expectante, pensaba para mí…Como sea ese que llega ahí, veremos la que puedo liar porque me gusta a reventar…Y al ir acercándose se afirmaron todas mis expectativas…no pudo disimular el gesto de admiración al ver mi boca de cerca…y me lancé a por él… Quizás mi estado anímico y la soledad de mi alma, o el poco tiempo que llevaba desde que me había separado, me indujera a trabar amistad con cualquier tipo, y mira por donde había ido a parar en un lugar donde jamás se me hubiera ocurrido pensar, y estaba harta de tanta pena y soledad…Hacía más de tres meses que lo habíamos dejado después de más de una década de convivencia infernal…Habían sido muchos años de locura y pasión, y ahora, después de haberme tropezado con éste hombre en el camino, no creo que aquello que sentíamos el uno por el otro fuera auténtico amor. Éramos esclavos de nuestras propias debilidades, donde casi siempre imperaba un mal querer de encuentros y desencuentros desesperados y pocos buenos… Ese pulso que se echan las parejas sobre el poder el uno sobre el otro…Quien deja antes a quien…Y estando en ese pensamiento, lo abandoné hechizada por otro querer…Tengo el corazón arrebatado desde que tropezamos en la esquina y me robó un beso en la caída…y no sé si fue él quien lo buscó, o yo me dejé encontrar…quizás ese beso se entrometió entre su boca y la mía y desde entonces lo siento de noche y lo pienso de día… ¡Ay diosa del amor! ¡Duendecillos traviesos, Cupido…! Traérmelo de nuevo a mi lado para que me harte de besarlo y no pueda olvidarme ni de cerca no de lejos, que lo siento en el pecho, en mi alma y en mi cuerpo, pero donde más lo siento es en ese lugar que no me atrevo a nombrar por lo grave… y porque es pecado…pero se me están quemando hasta los arrabales del mismísimo infierno y echo fuego desde que amanece…hasta que me acuesto… Y aparece ante mí sonriéndome como si me conociera de toda la vida, y lo peor de todo es que yo tengo la misma sensación…quizás su cercanía, su modo de mirarme y la actitud, pidiéndome disculpas, ofreciéndome la mano y yo al quererla coger, se me acerca y me planta dos sonoros besos en la cara…Eso fue lo que me encandiló por completo y sin darme cuenta empecé a coquetear como si tuviera quince años, y él, típico sabedor del percal, jugueteó con mis labios de una manera tan sutil que ya no sé quién conquistó a quién pero fue un momento tan mágico, que la palabra flirtear se instaló entre los dos, embaucándome a un coqueteo desbordantes de pícaras palabras e inocentes gestos de pasión…Y ahora mi ex no me deja ni un segundo de espiar, que me busca por todas partes y lo que era antes un desasosiego por verlo, ahora hasta me molesta y me escondo con tal de no pasar por su lado, dándole mil vueltas para no cruzarme con él, pero a veces siento como si me llamara de lejos y es tanta la insistencia que hasta me parece que lo veo a mi lado, que me abraza y que me besa en los labios…y me dice al oído…Vuelve a mis brazos, que aún te llevo en la sangre que me corroe por dentro el pensar que te hayas enamorado de otro…que te conozco…Y me estremezco clamando al cielo…Me estás martilleando la mente como un demonio eufórico y demente, traidor impío y sin piel, que lo único que quieres es revestir tu alma con la mía, diablo venenoso e infiel, y no te das cuenta de que mi boca ya no puede besar otros labios que no sean los de él…Y estando ahí, en mis tristes cábalas y ansiada soledad conocí a ese hombre por la calle, antes de llegar al circuito donde solía hacer mi recorrido diario de dos horas andando… Fue todo tan inesperado, tan sin pensarlo, ni calcularlo ni nada parecido, que todavía no me explico el cómo, el por qué, ni a qué ton te cruzaste en mi camino, me miraste y yo te sonreí…Ni siquiera sé el motivo por el que tú te giraste y yo te besé con descaro, con ganas…y con sed…Había algo bajo esa máscara de frivolidad que me hacía pensar que escondía algún secreto inconfesable, pero como tampoco me interesaba mucho no le daba importancia…Sólo quería seducirlo para volverme a enamorar…Quizás lo estaba utilizando de una manera maquiavélica, sin darme cuenta de que estaba cayendo en mi propia trampa…De vez en cuando, mi mente me atraicionaba y aparecía mi ex hablándome otra vez… Tú sabes de qué manera te deseo, que me estoy volviendo loco de tanto querer y no poderte tener, que me ahogo de deseo agonía por ti, y me estoy muriendo poco a poco de sufrimiento, de dolor, que es como si me prendieran fuego…Vuelve a mí que te necesito abrazar, tocar tu piel, tu cuerpo, repasarlo con la yema de los dedos, que lloro por ti cada instante... Me no duermo de pensarte y tú lo sabes porque me estás dictando las palabras que  me salen del alma como lágrimas de sangre…Me hacía dudar… Pero éste hombre tenía un no sé qué, que me atrapaba, y era tanto lo que ansiaba sentirme de nuevo enamorada, que con la habilidad de una gata, intercambiamos nuestros móviles…No hacía más que un minuto que nos despedimos, cuando sonó el silbato de un mensaje…Que si me apetecía tomar un café con él al otro día, y sin dudarlo acepté la invitación…Tenía una curiosidad morbosa por conocerlo, sin saber el porqué…Quedó conmigo a las diez y media en la puerta de la estación y lo esperé hasta hartarme, así que después de dos horas yendo de un lugar a otro, regresé a casa y antes de llegar al portal me llama al móvil disculpándose, contándome un rollo de muy padre y señor mío, pero que estaba allí…No sé qué es lo que pasó por mi mente, pues por más vuelta que le doy, aún no sé si era yo o era él, porque sin pararme a pensar, me giré y corrí…Corrí hacia allí mientras iba clamando al cielo con todas las fuerzas de mis deseos…¡Ojalá mis húmedos besos lo arrastre hasta mi cuerpo y jamás pueda vivir sin ellos…y sin el tacto de mis cabellos…! Era una fuerza superior a mí, sintiendo como si él me atrajera…algo misterioso estaba ocurriendo en mi interior, como si de un hechizo o encantamiento se tratara… Llegué exhausta, nerviosita perdida…Estaba como si fuera una cita con mi amante al que conociera y llevara mucho tiempo sin ver. No comprendía mi actitud hacia una persona que no conocía de nada, pero al que tenía unas ganas impresionantes de besar… me ardían los labios… De repente apareció por la esquina con una sonrisa lasciva que tenía escondida bajo la chispa de su mirada perdida…y yo que lo esperaba segura y desinhibida, desató en mí una sensación pecaminosa de poder, que me lancé derretida a sus brazos y lo besé…con ganas y con sed… y con la boca encendida…



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