miércoles, 11 de noviembre de 2015

FANTASÍAS ERÓTICAS.- (MICRORRELATO) primer capítulo




 Me encantan los hombre grandes, fuertes y altos…¡bien criados! Porque a mí los canijos no me van…Veras…no es que los prefiera gordos, gordos que no puedan ni verse los pies…No, pero que tenga sus musculitos, sus brazacos y un hermoso torso, en una palabra, que sean tíos cachas, buenorros y guapetón, porque ¿a qué mujer le atrae un tío feo de escándalo?…¿A ninguna no? Pues eso...Lo mismos que a ellos les encantan tener a su lado una tía buena, con hermoso culo, amplias caderas, cintura pequeña y dos enormes tetas…o… ¿no?  Y lo dicen a bocas llenas, con derecho a proclamarlo a los cuatro vientos, tan campantes y tan frescos, y quedando muy machotes…Como si el desearlo, sentirlo y gritarlo sin pudor fuera patrimonio exclusivo de los hombres, ¿a que sí? Pues yo también lo pienso y lo digo con toda mi boca. Lo que pasa es que estoy en una sociedad muy machista todavía, y con tal que una es francamente descarada, frívola y atrevida en el pensar, sentir y decirlo…y…pregonarlo a los cuatro vientos, escribiéndolo con las alas del pensamiento…ya queda una como muy guarrindonga y punto pelota…¡Me indigno! ¡Soy una indignada! Y pienso montar palabras en medio de las frases y que vuelen mis letras con las alas de mis pelambreras…A veces tengo fantasías eróticas, ¡vaya que sí! Y no me avergüenzo de decirlo…Y ese hombre ya madurito que se cruza cada día en mi camino, se me queda mirando de una manera tan intensa…que me desnuda el alma…Y yo que lo sé coqueteo con ese interrogatorio infinito de traspasar más allá, y me dejo seducir con las dudas en su piel y le dejo entrever que quizás…ahora...o después…Tendrá un par de años más que yo, es delgado y serio y le recorre todo un misterio alrededor de su cuerpo que…y yo me pregunto…¿Qué tendrá éste hombre que sin conocerlo me provoca y me incita a besar su boca? Y andando por esos caminos de Dios o del diablo, ¡y yo qué sé…! Pues ésta mente lujuriosa me desboca a traspasar los límites de la sociedad…Y es que en el fondo me encantaría que me siguiera, me saludara y me sonriera…Que entabláramos una conversación distendida y nos perdiéramos por callejuelas y grandes avenidas…Entre la multitud…en cualquier mercadillo…Coquetearía con su mirada y los gestos de mi cara para llevármelo bajo la sombra de alguna  terraza, no sé…quizás mañana o entre sábanas después...desayunando tostadas y una tacita de café…Y es que hay algo indeciso en tu andar cuando te miro…que saltan chispas ardiendo por mi cuerpo…que emanan de la lujuria de tus pensamientos…y a mí que me encanta ese leve aire de fuego, te suspiro el aliento con la picardías de mis besos…para que se avive la llama de tus deseos…hasta mis adentros…Porque cada vez que te veo me dan ganas de darte un buen pisotón…Quizás tú no lo sepas, pero esa era la manera que teníamos las niñas cuando éramos pequeñas para demostrarle a un niño que nos gustaba…Y tú me gustas mucho, ¿te enteras? Me encantas…sobre todo cuando me miras…y me destapas…pero lo que tú no sabes es que yo salgo desnuda para que me tapes con los abrazos de tu alma… ¡Cómo me gustaría perderme en tu abrazo y dejarte abandonado a mis sentidos…! ¡Te quiero y te deseo! Eres el hombre de mi vida y ya no tiene vuelta atrás, y si yo te viera en éste mismito momento en medio del camino, doy un brinco y me arranco por bulerías y te doy un mordisco en el cuello que te dejo seco, sequito, seco…vampiro mío, que eres un chupa sangre de los que se cuelga a una y no la suelta en toda su vida, pero no te olvides nunca que yo soy la reina del condado de las tierras vampiresas…y que de mí ya nadie te aleja…Y por eso salgo desesperada a buscarte por todas partes donde tú y yo nos podamos abrazar, sin que nadie nos pueda molestar…Es tanto lo que te deseo que apenas puedo respirar, lo mismo que te ocurre a ti, pues todas las noches de madrugada me visitas y me hablas al oído…Me dices que te gusto mucho, que te has enamorado como un chaval y que tienes ganas de mí…Que no desesperes, que estás muy ocupado y que cuando tenga un rato nos iremos lejos de aquí…Por los campos, por los montes, y entre árboles y ramas altas nos perderemos con los besos que nos salgan de nuestra alma…Esos besos locos que están pendientes de nosotros dos cada vez que nos cruzamos, y que aletean a nuestro alrededor…Son como pajaritos en el aire y uno me ha dicho en el oído…Ese hombre que es delgado y serio, le recorre todo un misterio alrededor de su cuerpo, que me provoca e incita a besar su boca...o algo...más...y yo me pregunto…¿Qué tendrá éste hombre que sin conocerlo me induce a coquetear con su mirada? Será que los pensamientos se cruzaran aquella mañana...cuando me desnudó el alma con su mirada...Y por eso estoy yo aquí dejando mis palabras volar con las alas de la libertad…o…quizás…sólo sean pajaritos en el aire…o una fantasía más…


No hay comentarios:

Publicar un comentario