lunes, 23 de noviembre de 2015

A LA MERCED DEL VIENTO.- (MICRORRELATO) cuarto capítulo



Son los gigolós, esos jóvenes esculpidos, casi perfectos, engreídos y presumidos, los que se creen que lo tienen fácil, cuando ven a una mujer de edad madura caminando sola por la ciudad…Son tan prepotentes y vanidosos, que se piensan que todo el monte es orégano, tan sólo porque son guapos y jóvenes, y mira por dónde uno se cruzó en mi caminar…Empezó a seguirme y en las paradas de los semáforos, procuraba colocarse a mi lado y encima mirándome, y aunque ya me había dado cuenta, ni siquiera me giraba. Nunca me han llamado la atención los muchachos más jóvenes que yo, además que se me ocurrió pensar que éste lo que buscaba era tema de una noche, como si una estuviera deseosa. El caso es que lo perdí de vista y seguí adelante haciéndome mil preguntas sin respuestas…Me sentía aturdida por los últimos acontecimientos ocurridos entre tú y yo, amor mío, pues cada vez te comprendo menos, eso de que un día me quieras tanto y al otro pases de mí como si tal cosa, no me entra en la cabeza, y no puedo entenderlo. Ya me conoces lo suficiente como para saber cómo debes comportarte conmigo, pero se ve que tienes una lucha interior que te domina y te subleva a la vez…Y por eso me encuentro cabizbaja y meditabunda por la calle, y mira por dónde, éste chico al lado que no para de observarme para que le sonría y le pare. Cada vez lo tenía más claro, que lo único que buscaba era algo que yo ya sabía pero que se iba a dar con un canto en las narices…En casa me ahogaba, porque eso de estar con la incertidumbre agolpándome los sesos me irritaba de tal manera, que parecía que de un momento a otro me iba a estallar la cabeza, haciéndome pensar que nunca me has querido, y aunque reconozca que a veces yo he sentido lo mismo, al momento reacciono y sigo el camino que me dicta el corazón…Pero tú eres tan calculador…La verdad es que nos portamos como adolescentes, debe ser que no hemos crecido aún, o es posible que nos encante éste tira y afloja para que no se nos acabe la pasión, por eso cuando tú te alejas de mí, yo te dejo ir porque no me gusta forzar la situación, además me encanta esa manera tuya de querer, aunque a veces me pone de los nervios, y estallo…Es como si lo tuvieras todo programado, o quizás se te haya ido de las manos esas expectativas que tenías proyectadas en tu estilo de vida…O es posible que de verdad no me quieras y no sabes por dónde tirar, por eso como te conozco tan bien, nada más verte me dije, a mí misma que ya no te me escapabas. Alguien ha de dar la cara, no me gustan las medias tintas, además que en éste mundo una ha de enfrentarse a la realidad, cogiendo al toro por los cuernos, y no que tú estás ahí como dejando al tiempo pasar, como si de esa manera, el decidiera por ti…Por eso te paré y te bombardeé de frente y mirándote a la cara, y tú que estás siempre controlando, te quedaste patidifuso y sin reaccionar, sobre todo cuando te lancé la pregunta infernal, la que yo no quería saber y la que tú temías contestar…Reconozco que ahí no tuve piedad, pero una ya está harta de tanto devaneos, así que ni me lo pensé…Te quedaste mudo, con el culo al aire y sin mirarme, porque agachaste la cabeza…Sería ante el temor de tu contestación y del valor que mostré a lanzártela…Parecías un niño al que han cogido haciendo travesuras mascullando entre dientes incongruencias, pero que cacé al vuelo, y dándome la espalda reanudaste el camino…No estaba dispuesta a que te largaras por piernas. Todas las personas se merecen una explicación y yo no iba a ser menos, quería dejar zanjado el tema de una vez para siempre, pero de frente, alto y claro, así que grité tu nombre y volví a la carga arremetiendo con todas las interrogantes que tenía en mi interior…Sabes que soy luchadora y guerrera, y eso te molesta, sobre todo, cuando ves que si tú me dejas, paso, me da igual, y si estás con otra, ¡ahí la tienes, ya te cansarás! Me tienes harta con tantas niñerías, porque lo que quieres es tenerme atada y segura, aparcada como si fuera un coche, utilizarme cuando me necesitas y después dejarme, ¡no me da la gana! ¡O todo o nada! ¡Y todo es lo que quiero yo! Porque todo te entrego sin remisión, y por eso me temes, ¿verdad? Temes tanta pasión. Te abruma y te desborda, por eso te alejas de mí, porque en el fondo sabes que ejerzo un gran poder sobre tu mente y tu cuerpo, y no lo puedes soportar y por eso te vas…Hasta te tambalean las piernas al verme pasar segura y tranquila, porque a ti lo que te gustaría es tenerme agarrada bien por los cinco sentidos, pero lo que tú desconoces de mí, es que yo tengo otro más incluido en el repertorio de la naturaleza humana, y es la imaginación, ¡la mía! Que con ella traspaso todo los límites, saltándome los sentidos y dándole la vuelta por donde yo quiero…Y tú siempre ahí, como alejándote cada día más y lo único que consigues es que yo me canse y te deje para siempre, ¡me aburres! Porque no sabes ni lo que quieres. Estás muerto de miedo y no te decides, por eso te escondes, como si yo quisiera atraparte, pero ¿tú quién te has creído que soy yo? Me di la vuelta y seguí mi camino…De repente el gigoló se pega a mí y me pregunta dónde se encuentra el Mercadona…¡Inaudito, no me lo podía creer! ¿Así es como se liga ahora? ¡Madre mía! Me giro, lo miro toda tranquila, y aguantando la risa, le digo…más adelante…Y él, todo poseído por ese machote engreído, seguro de sí mismo, pisando fuerte, como diciendo…Aquí están mis…Me dice que realmente lo que quería era entablar conversación conmigo…y yo sujetándome las ganas de reírme…Era patética la sonrisa que tenía pintada en la cara, con una picardía en la mirada tan descarada, que era para troncharse de la risa. Parecía una escena cómica de cualquier película española de humor de los años sesenta…Y él sin inmutarse, me dice que le había llamado la atención mis andares, que eran muy  sugerentes...Ahí ya no pude contenerme. Me giré, lo miré de frente a la cara…¡Guapísimo! Y con la seguridad que me caracteriza cuando quiero imponer mi criterio le dije a bocajarro…Pues a mí no se me apetece hablar con niños…Se quedó con la boca abierta y diciéndome adiós cruzó al otro lado de la carretera…¡Madre mía de mi vida! Yo que iba toda calentita, comiéndome los sesos por el amor de mi vida y me sale al encuentro un gigoló…No sé qué es lo que está pasando hoy en día por las cabezas de algunos muchachos, que con tal que ven a una señora caminar sola, dan por hecho que están ansiosas…¡Claro que estaba ansiosa! Pero por ti, haciéndome mil cábalas, imaginándome toda ésta conversación si te hubiera encontrado en mi caminar…A veces pienso que tienes miedo de perderme y por eso actúas de manera tan irracional y más miedo tengo yo que si me abandonaras me moriría de dolor…Bueno, eso era antes, ahora no, pues no quisiera ser esclava de tus decisiones, y menos de mis temores…En éste momento de mi vida, si me dejas, casi que me da igual, ¡fíjate, qué cosas me pasan por Dios! Debe ser que ya he madurado de verdad y es ahora cuando me doy cuenta de la gran realidad en la que vivimos, aunque pensándolo bien es tu realidad, porque a mí lo que me gusta de verdad es soñar…Soñar hasta que despierte a la cruda realidad…Esa tan real en la que una está al otro lado de la verdad…Y ahora resulta que estoy llorando, no sé por qué me preocupo tanto si soy fuerte como un álamo…Quizás esté equivocada…Señor mío, yo no soy mala, tan sólo una mujer enamorada…Señor mío, no me dejes a la merced de las garras del cruento y líbrame de todos los demonios que llevo dentro…¡Aléjame de ellos! Dame paz y cordura y llena mi vida de amores secretos…Esos que tengo dentro, son los que alimenta mi alma…y dejo a la merced del viento…


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