Son esas dudas
razonables las que me hacen pensar mal de ti, pues ¿qué será que vi en aquellos
momentos cuando me crucé contigo y con ella para que saltaran todas las alarmas
de mi cuerpo? Algo me inquieta, algo me avisa de que estás con esa. Es la mujer
de la limpieza del centro donde tú trabajas, y sé que hay algo en ti o en ella
que yo veo y me traspasa el alma. No me equivoco nunca...o será que ya no me
fío de ti. Las mujeres tenemos unos duendecillos traviesos alrededor nuestro
que son muy especiales, y las cazamos al vuelo. Es la intuición femenina, que
nos alerta de que hay inquilinos fraudulentos al acecho, o una arpía de esas
que se interpolan sin darse cuenta en tu camino. Yo sé que la buscas, que la
rondas, pero lo que no comprendo es por qué sigues conmigo, pues no tienes
obligación y nada ni nadie te ata a mí. Lo que pasa es que tienes miedo de
algo, por eso cuando te comenté que tenía la sensación de que estabas con ella,
enseguida me dijiste que a ver si por mi culpa la echaban del trabajo, y a mí
eso, la verdad es que me descuadró bastante y por eso sigues conmigo, como si
yo fuera capaz de proclamar a los cuatro vientos mis malos pensamientos. Estás
muy equivocado. Te conozco como a la palma de mi mano y además que eres un poco
torpe, como la mayoría de los tíos que intentan engañar a sus parejas, ya que
son muchos años juntos, y empezaste conmigo con la misma técnica, o sea,
rondándome, buscándome por las calles, quedándote enfrente para que te viera
bien, cruzándote en mi camino, lo mismo que estás haciendo ahora con ella,
hasta que caiga rendida a tus pies, como hice yo, además que cuando te conté
mis dudas razonables, me dijiste muy engreído, que si me creía que todas las
mujeres eran igual que yo, tan fáciles y que me abalancé sobre ti y te arrastré
por el cuello y te besé…¡Claro que te besé! Si al final de tanto verte me
enamoré...Pero lo que a mí me ha dolido es que parecía que lo decías
arrepentido…Y eso me hace dudar todavía más de ti…Y por eso estoy pensando
mal…El caso es que si quisiera, podría cogerte infraganti, pero no. Yo no soy
de esas que persiguen a los hombres para pillarlos con las manos en la masa,
eso te lo dejo a ti, que no has parado de espiarme con tal que tenías una
duda…¿Te das cuenta? En el fondo somos iguales de posesivos y celosos, pero yo
en ese aspecto soy muy antigua, me doy a valer y no te voy a dar el gusto de ir
tras de ti como una perra apaleada, pidiendo limosna de amor, ¡para nada!
¡Jamás se me ocurriría! ¡Vamos hombre! Que está ya una muy mayor para ir por la
calle como una gata en celo, buscando a esa rata de alcantarilla montándoselo
con un gusano torpe y viejo...Y encima te crees el rey del mambo del lugar
donde trabajas, que estás siempre pendiente de las alumnas jovencitas, tan
lindas y guapas que van con sus pantaloncitos cortos y tú ahí mirando como un
baboso, pendiente de los culos, ¡mirón, que eres un mirón…! Yo sé que tú no
eres feliz con esa, no sientes nada por ella. Para ti es como una más del
montón, una amiga con derecho a roces, eso es, todo eso menos una mujer que te
arrebata el alma y te atrapa el corazón, como yo…La vida se te está escapando
de las manos y buscas sexo puro y duro en cualquier mujer que te lo ponga
fácil, en una comodidad física pero vacía de emociones e ilusiones, como el simple
hecho de ir caminando conmigo por la orilla del mar, los dos juntos riendo y
gozando del agua, de la luna y de los besos apasionados que nos damos
revolcados en la arena…Eso es lo que tú me dices y yo te sonrío porque son los
mismos sentimientos los que nos une en ésta locura nuestra de amor, una
aventura sin principio ni fin…Pero la aventura más emocionante de la vida que
hombre y mujer, como pareja, puedan sentir en su alma y en sus carnes llenas de
fuego siempre…Porque yo te deseo mucho, ¿te enteras? Y tú a mí también, lo que
pasa es que temes algo superior a ti, que no te deja dar el paso a ir más allá
de las leyes de la sociedad. Por eso tratas de buscar por otros caminos a otra
que no te tenga tan atado como yo, pero esa mujer jamás podrá llenar tu vida
como lo hago yo, no, y tú lo sabes, así que me da igual que estés con ella,
porque al final te arrepentirás cuando veas que ni fu ni fa, y aunque tenga
estas dudas razonables, siempre te querré, desnuda y sin piel...Escucha bien lo
que te digo…Te quiero de una manera irreal...porque imaginándome la vida sin
ti, apenas quiero estar aquí…Sólo existir en tu vivir, aunque sea deambulando
por los recovecos de tu corazón, tan desorbitado como está por las dudas
razonables de tu cómoda estabilidad, que no te deja en paz…renqueando entre ese
devenir que tienes pintadas en mi alma como si fuera un avatar…y yo esperando
un beso tuyo nada más…y tú queriendo traspasar los límites de la
realidad…Porque tú necesitas llenar tu vida con abrazos de mujer... los míos que
están llenos de amor...Y besar unos labios ardiente... los míos que están
suspirando de pasión...y escuchar en tu oído esas cosas que te susurro
yo...como cuando te pregunto…¿quién besa tu boca como yo? Y tú…nadie, nadie…y
¿quién te hace gritar de placer? Y me respondes…tú, tú…apenas sin voz...nadie
más que tú…y ¿quién juega con las caricias en tu cuerpo mejor que yo? Y
tú...sólo tú mi amor…mujer loca...mi mujer ante los hombres y ante Dios...
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