jueves, 7 de septiembre de 2017

ENTRE REJAS Y POSTIGOS.- (MICRORRELATO)



Dicen las malas lenguas que cuando una pareja se rompe es porque una tercera persona se interpone entre ellos, y verdad debe ser cuando desde hacía tiempo te veía rondando a otra mujer…y…llenita de ira te engañaba con la misma moneda de hiel…pues…Más de una vez estuve dejándome mecer por los brazos de otro querer, ¡los mismos de ardientes que los tuyos! No te vayas a creer que has sido el único hombre de mi vida, no, no…para nada, que para un buen revolcón o un quita penas, tan sólo se necesita tener el cuerpo ardiendo…y la sangre en llamas…Como una perra me utilizaste mi amor, que allá donde ibas te seguía sin perdón…Me dijiste que me amabas y me lo creí, me pediste que no te dejara y te seguí…y lo único que hacías era reírte de mí…Sólo me querías para tus juegos morbosos. Hacía cualquier cosa con tal de no perderte, ¡fíjate si te amaba! Que allá iba sumisa y obediente…Me tenías dominada, sometida, y lo único que he conseguido es malvivir como una delincuente…Una zarrapastrosa pidiendo limosna de amor…un beso más, una caricia, un te quiero, que cada vez que me lo decías se me llenaba la vida de aliento y armonía…Me he arrastrado hasta ti llorando de pena, y cuando me veías te dabas la vuelta...era como si me clavaras un puñal en el corazón…He sufrido tus desprecios como golpes en el estómago, aún así, cuando me sonreías me tenías comiendo de tu mano, ¡qué imbécil era! Entonces no me daba cuenta, me gustabas mucho, ¿te enteras? ¡te deseaba más a que a mi vida! Y todo esto, ¿para qué? Para nada. De nada me ha servido tantos sacrificios. Me has humillado, me has pisoteado el alma y me has roto las esperanzas, ni siquiera tengo ilusiones de seguir viviendo, y si en éste momento muriera, sería como un bálsamo para mi dolorido corazón. Me has tratado como a una rata callejera. Te has reído de mí sólo para beneficio propio, queriéndome y odiándome a la vez, deseándome como hembra corrupta. Me has vapuleado, y has jugado con mis sentimientos a tu antojo tirándome al barro como si fuera un despojo…Estaba pasando por el peor momento de mi vida, y por eso lo conocí, ¡qué tonta fui! Luego me di cuenta de que era esa clase de hombres, que hasta que no consigue lo que quiere no cede en su empeño…ya me lo advirtió la otra…No le hagas caso a ese tío que le gustan todas y sólo caen las tontas…La ignoré pensando que me lo decía por celos o porque ya estuvo con ella, el caso es que me empezó a gustar y en esos momentos tan delicados que estaba pasando, más…Una mañana sentí unos pasos detrás, me di la vuelta, lo paré en seco y me colgué a su cuello…Cayó a mis brazos sin fuerzas y sin resistencia…Estaba casado, me dijo, pero en trámites de separación, más o menos como yo…Pobre mujer…ignoraba que estaba conmigo y con otras más…pues…Murmullos y rumores se oían a lo lejos estando pisando los mismos suelos…Hay una rata royéndome las entrañas de tantos sufrimientos…Me hierve la sangre de impotencia…Estaba cansada de tantos galimatías…Venía caminando de frente, triste y apagado…Tenía el gesto contrariado y la amargura reflejada en la cara…Sentí el frío hielo de su mirada sobre mis ojos como dardos envenenados, acostumbrado como estaba a verme sometida a las mentiras de su vida…Ahí fue cuando descubrí toda la verdad, la que tantas veces me negaba…Estaba buscándola como antes me buscabas a mí, y por eso sé que nos engañaba a las tres…Me sentí como un estorbo para los vicios que escondía bajo el yugo de su batuta, siempre alerta a cualquier mujer que se le apeteciera a su insaciable hambruna…Me armé de valor. Me daba igual lo que pensara de mí. No estaba dispuesta a dejarlo escapar. Ahora o nunca…Lo paré en seco y mirándolo a los ojos le dije…¡Estás con otra! ¡Mentirosa! Me dijo con la voz temblequeando…y siguió andando…Sentí la frialdad de sus manos en mis carnes, las mismas que acariciaba cuando se le apetecía…y que tanto me gustaba…No hiciste nada, ni te volviste para abrazarme y besarme la boca, ni me dijiste te quiero…ni siquiera te has atrevido a decirme en la cara que ya todo se ha terminado entre nosotros, ¿sabes por qué? Porque en lo más profundo de tu alma sabes que no puedes pasar de mí…Ese será tu mayor castigo…Y seguí mi camino volando como ave sin destino, liberándome de esa fiera que tenía bullendo entre rejas y postigos…





No hay comentarios:

Publicar un comentario