lunes, 21 de octubre de 2024
CUANDO LA LIBIDO DESPERTÓ.- (MICRORRELATO)
¡Ay Dios mío, qué desgraciada soy! Me
siento morir, me duele el alma y no sé qué hacer…Llevo toda la mañana llorando
de pena, tengo el corazón destrozado, si me muriera ahora me daría lo mismo,
hasta lo agradecería…No comprendo por qué ha jugado con mis sentimientos, por
qué me ha utilizado, ¡si nos conocemos desde niños! ¡Era mi amigo! Eso es lo que
más me ha dolido, no sé ni qué pensar, sólo sé que me siento engañada a la que
han tomado el pelo…¡Tonta más que tonta! No tengo remedio, me he enamorado como
si tuviera veinte años de un hombre que no se merece nada más que mi desprecio,
y la verdad es que no me lo esperaba, sobretodo porque nos hemos criado juntos…Será
mejor que empiece por el principio…Me quedé huérfana de padre a los once años y
a los doce tuve que ponerme a trabajar en la cocina de un bar fregando platos,
y como los dueños me conocían me trataban con mucho cariño, y cuando
necesitaban una ayuda en la cocina, enseguida acudían a mí por lo que estuve
aprendiendo mucho en gastronomía, además siempre estaba con su hijo, un año
mayor que yo, del cual me enamoré locamente, lo mismo que él de mí…Entonces
tenía dieciséis años y él diecisiete, y a escondidas de ojos ajenos, cuando
coincidíamos en cualquier rincón, nos dábamos las manos y algunos besos rápidos…Éramos
muy jóvenes e inocentes, apenas tuvimos roces, tan sólo miradas y risas picaronas,
que sin decir nada, me alegraban el día, hasta que una mañana desapareció de mi
vida yéndose al extranjero para aprender a cocinar como un gran chef, mientras
yo me incorporé en la cocina, ganando unas pesetas para ayudar a mis dos
hermanos y mi hermana la pequeña, ya que mi madre como portera, no le llegaban
para todo el mes…Fueron pasando los años y a los veinticinco conocí al que
sería el padre de mis cinco hijos, cuatro varones y una chica que llenó nuestra
vida de alegría y de dicha, hasta que una tarde de invierno, el dolor y la
tristeza cubrió mi casa de llanto, quedándome viuda antes de los cuarenta con
cinco adolescentes a mi cargo…He trabajado como una fiera, pasando penurias y
necesidades, criando a mis hijos sin ayuda de nadie, pero gracias a Dios que
nunca faltó un plato de comida para mis hijos, además fueron buenos estudiantes
y hoy en día viven bien, están casados y me han hecho abuela, por lo cual me
siento muy orgullosa y llena de vida, a pesar que llevo viviendo sola un montón
de años, pero como soy muy activa, entro y salgo con mis amigas a todas partes,
y no me pierdo ni un fin de semana para irnos al cine o a bailar, lo mismo que
los viajes del Imserso, por lo que mis hijos me regalaron un móvil, y por eso…Mirando
el facebook lo encontré…Encontré al primer amor de mi vida, ése al que entregué
el primer beso y que a escondidas nos reíamos con picardía…A partir de ése momento
empezamos a chatear todos los días, teniendo unas conversaciones, que sin
darnos cuenta iban subiendo de tono, haciéndome soñar por las noches apasionantes
escenas de amor, donde el sexo aparecía con tal fuerza, que después de cuarenta
años sin haberme acostado con ningún hombre, a la libido despertó, y yo…Que me
encuentro a solas haciendo vídeos llamadas con él, de repente, una de ésas
conversaciones subiditas de tono, tuvimos sexo ardiente como si fuéramos
jóvenes enamorados…A partir de entonces no había charlas en las que no se
hablara nada más, de que teníamos que tener un encuentro en persona, para pasar
una noche en un hotel…Te quiero y te deseo vida mía, me decía siempre…Me pintó
una noche loca…Estaba radiante de alegría y súper enamorada de ése hombre al
que con quince años le di mi primer beso, y ahora a punto de cumplir los
ochenta, ha despertado en mí unos sentimientos tan locos, que me siento joven…Mi
corazón se desbocaba cada vez que oía el sonido del chat…pues…Después de un año
entero chateando, hemos quedado en vernos antes de navidad, ya que no vive
solo, en cambio yo sí, y aunque para esas fechas tan señaladas me voy con mi
hija, queremos estar juntos antes, por lo que me dijo…No sé qué pasará después
de estar toda la noche contigo cariño, somos demasiados mayores…Yo tampoco mi
amor, pero al menos ya puedo morirme tranquila y bien despachada, le dije emocionada…Al
otro día mirando el móvil, me bloqueó, y por eso…Necesito desahogarme con
alguien y no sé a quién acudir, me da mucha vergüenza contarlo, temo que me
tachen de guarra por mi edad…Mi hijos son hombres casados y no lo entenderían y
a mi hija ni se me ocurre, me moriría de vergüenza, sólo te tengo a ti, mi
querida hermana, la única que me conoce y comprende sin juzgarme, sabiendo que no
fui consciente, cuando la libido despertó…
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario