Hay que ver la rabia que tengo, pero rabia mala, mala, de esas que te carcomen las entrañas…No sé por qué habré vuelto a caer en más de lo mismo, me odio a mí misma, y…Mira que lo estaba viendo venir, hasta yo misma me estaba avisando de que éste es un maremoto de pasión, y yo…¿Para qué voy a hablar? No tengo remedio y lo peor es que me gusta, aún así me hacía la fuerte sabiendo de antemano, que…Volvía, éste no se rinde, tiene la paciencia del santísimo Job, y yo, erre que erre, toda empoderada y muy segura de mí, como si no me conociera ya a éstas alturas de la vida…Nada, muy chula y enterada de que no me iba a vencer, y caí en sus brazos como una pasmarota, y es que…Tengo un cuajo…No tengo fuerzas para nada, la debilidad me somete y me domina, ya lo decía mi madre…¿No quieres caldo? ¡Pues toma dos taza! ¡Ay madre mía de mi vida! ¡Ay por Dios bendito y todos los santos del cielo! Que he vuelto a caer, que me ha vencido su hechizo, pero…¿Qué pasa conmigo Dios mío de mi vida? ¿Qué pasa por mi cabeza cada vez que lo veo? ¿Me estaré volviendo loca? ¡Es que no hay por dónde cogerme! ¡Que estoy más para allá que para acá! Que lo mío no tiene remedio, que parece que se lo estoy pidiendo a gritos y él viene como una moto a pillarme y me hincha a besos, y ahí ya…Me pierdo, no tengo nada qué hacer, y por eso…Estoy hecha una furia…¡Tonta más que tonta! Que no tienes voluntad, que no vales un duro, que te tiene dominada, que eres una arrastrada…pues…Así es como me siento ahora mismo, una mujer que no tiene el valor de enfrentarse a la realidad de la vida y que se cree, que con cuatro besos y tres achuchones, ya lo tengo todo…¡Ay si mi madre levantara la cabeza! ¡Menuda era! En fin, lo hecho, hecho está, así que no me vengas ahora con maturrangas y te aguantas, haberlo pensado antes que ya eres muy mayorcita para tanto tejemanejes…¿Quién habla ahí? ¿Quién eres tú para armarme la bronca? Pues, ¿quién va a ser, so alma de cántaro? Yo, la señora doña perfecta que convive contigo…La verdad es que tiene toda la razón, que mucho golpes de pecho, mucho pedir perdón y mucho arrepentimiento, y con tal que pasan varios días sin verlo, me entran los mil demonios, y es que es lo que yo digo…¿A quién se le ocurre enamorarse con los años que tienes hija mía? ¿No te das cuenta que todos los tíos van a lo que van? Vamos, blanco y en botella, más claro no te lo puedo decir…¡No se salva ni uno! Que éstos tipos no dejan a sus mujeres ni muertos, éstos quieren la olla en casa y la cebolla en la calle…Que el hombre es así por naturaleza, ¡unos licántropos! Y luego los ves en misa rezando como si no hubieran roto ni un plato, mucho golpes de pecho y aquí no ha pasado nada, mientras tú, tonta el culo…¿Me estás insinuando que soy gilipuertas? ¡Pues claro que sí! Eres tontaelculo, todo seguido…Estás hecha un mojón, porque no tienes otro nombre, destrozada perdida, llorando como una magdalena, toda ojerosa y encima culpándote de todo el fregado, y lo que deberías hacer sin perder un minuto más de tu vida, es…¿Qué, qué debo hacer lista de los demonios? Darte una buena ducha, ir a la peluquería, lavarte el pelo y que te corten la melena, y ya verás cómo se te va toda la rabia que tienes a tomar viento fresco, y la próxima vez que lo veas, te paras frente a él con los brazos en jarras, lo miras a los ojos con una sonrisa de oreja a oreja, te subes el vestido hasta las ingles mostrándole un pedacito del tanga, ahí que se le salgan los ojos de las órbitas, y cuando quiera echarte mano, lo dejas con las ganas bien frescas, y…Dándole la espalda seguí adelante con presura y gallardía, y ahora que se coma él la cabeza…
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