martes, 20 de octubre de 2020

BAJO LA SOSPECHA DE UNA AVENTURA.- (MICRORRELATO)

  Me gusta sentir las alas de mi libertad, pasear por barrios antiguos, perderme por callejuelas adoquinadas y rincones sin salida…ver a señoras sentadas en la puerta de su casa charlando con las vecinas…Me encanta ver las tascas abarrotadas de hombres, donde golpes de fichas y risas se mezclan con el griterío de los mercadillos ambulantes, y…Estando observando a tanto trasiego de gente, llego al centro de la capital donde anchas avenidas y escaparates de lujos te embullen de esplendor…Al momento el semáforo parpadea y una moto se queda paralizada junto al borde de la acera esperando que el verde me dé paso, y…Ese tipo motorizado, se queda mirándome descaradamente las piernas…Un risueño hormigueo recorre mis adentros, haciéndome sentir viva y segura…pues…Con mi falda negra de tubo estrecha estoy que rompo moldes, y yo…Coqueta y engreída como soy, me siento la dueña de su morbosa mirada y las ganas de tenerme bajo su mando y de rodillas, pero…Enseguida me viene al recuerdo aquella inocencia perdida a la que una herida mortal la hizo sangrar…Me morí…me morí cuando me dejó por otra…nunca fuimos novios, tan sólo había sido mi chico y yo su chica. Nadie nos habían tenido en cuenta, ni mis padres ni los suyos, los cuales desconocían nuestra historia…tampoco la pandilla, incluso sus amigos se reían cuando nos veían andar juntos camino del instituto, mofándose de nosotros con el apodo de…Los amantes de Teruel, tonta ella y tonto él, pero…Era la chica más feliz del mundo, sobre todo cuando mi mano y la suya se rozaban…Estaba tan ilusionada, tan enamorada…lo quería a morir…Fue mi primer amor, mi primer beso y mis primeros roces sexuales, y aunque nunca pasé de ahí, jamás olvidaré cuando me acompañaba hasta el portal y me despedía de él abrazada…Cuantas veces tuve que taparme el cuello con el pelo para que mis padres no vieran los rosetones marcados en el cuello…me daba una vergüenza…Entonces tenía quince años y él dieciséis y todas las noches de verano, nos sentábamos en los bancos de los jardines para besarnos…¡Qué poquito duró aquella aventura estudiantil…! Se enamoró de otra y me abandonó, a partir de entonces…Una arpía se instaló dentro de mi ser pagando justos por pecadores, usando a los hombres como pañuelos nasales y poco más…pues…Me rebelé contra todo mi ser volviéndome fría y calculadora mujer…Vivo la vida loca ajena a los sentimientos, y por eso…Crucé la carretera ignorándolo por completo, empoderada y vengativa por aquella vieja herida, pero…Nada más que doblar la esquina ahí que estaba esperándome…Un ronroneo me susurra por dentro…pues…Esto de que me sigan me apasiona los huesos…Paso de largo por su lado sin mirarlo, con la nariz apuntando al cielo, pero por el rabillo del ojo lo veo sonreír…Y sigo mi andadura bajo la sospecha de una aventura…

No hay comentarios:

Publicar un comentario