sábado, 11 de enero de 2020

AHORA QUE COINCIDÍ CONTIGO.- (MICRORRELATO)


¡Ay Dios mío de mi vida y mi corazón! Estoy abatida de dolor, no puedo más, no tengo fuerzas para seguir viviendo...soy un desastre de persona, no valgo para nada... Me encuentro en el peor momento de mi vida y ya no sé qué hacer... tengo el corazón roto, hecho pedazos...nadie me entiende, nadie me escucha, nadie comprende mi forma de ser...sólo él...Es el único hombre que me habla con dulzura y me mira con atención, con deseo, con amor...amor bello y auténtico, el mismo que siento yo por él...vaya, es la primera vez que siento bondad en mi interior...nunca he tenido éstos sentimientos, ni cuando era jovencita...Quizás sea por mi forma de ser que siempre me guarde para alguien rico y guapo...jamás me fijé en los chicos humildes, los encontraba poca cosa para mí, eran muy normales y corrientes, me veía superior a ellos, y ahora, mira cómo estoy, temblando y agonizando de amor...será por mi edad, ésta edad madura y a destiempo...pues...Soy mayor para éstos sentimientos tan tardíos y puros, y por eso...Me duele el alma...nunca había sentido ésta sensación tan placentera y amarga a la vez, y por eso...Tengo miedo, me asusta...me intranquiliza...me llena de estupor tan sólo el pensar que me pueda ver desnuda y no gustarle, imaginándome la cara de desagrado que pondría si de verdad no le atrajera mi cuerpo... pues...Ya no tengo la piel tan lisa y tersa como antes, ni mis pechos está firmes y densos...mi barriga es algo pachucha...se notan mucho las estrías de los embarazos, además hay sequía en la intimidad de mi vida... Créeme, Dios mío, sé de lo que hablo porque yo misma he puesto cara de asco cuando veía a la gente muy mayor alrededor, ya ves, como si la juventud fuera eterna...he sido siempre tan superficial y banal...mirando a todo el mundo por encima del hombro, como si fuera la reina, dándome importancia...me he creído especial...más que nadie...hasta con la propia familia... Recuerdo una vez que vi por la calle a una prima mía, y como era feílla, además de paleta vistiendo, pasé por su lado haciéndome la desatendida para no saludarla...me avergonzaba de ella, y en otra ocasión, en la piscina, un tío mío que era bajito y gordo, lo mismo, y es que cuando lo vi caminando hacia mí con un bañador que le llegaba justo hasta las axilas, una gorra visera que le tapaba hasta la nariz, yo me dije... tierra trágame...¡Madre mía de mi vida, qué cosa tan horrorosa! Es que soy tan simple, no miro nada más que el exterior de las personas...Dios mío, no valgo nada, sólo me gusta estar rodeada de gente rica y bien vestida, sobre todo con ropa de marca...Nada me distrae, todo me aburre, lo único que llama mi atención es estar sentada en cafeterías de lujo en la costa y ver pasar a personas glamurosas y con mucho poderío...gente guapa, chicos jóvenes, esos son los que me atraen de manera especial... Todavía no comprendo por qué me casé con un empresario de poca monta... Claro que al principio ganaba los dineros a espuertas... quizás fuera eso lo me llamó la atención de él...pues...Pensaba que iba a vivir como una verdadera condesa...¡Qué equivocada estaba madre mía de mi vida...! ¡Qué error más grande...! He sido tan egoísta y avariciosa que al final me las veo y deseo para seguir adelante, y por eso...Estoy aquí rezando...pues...Me he enamorado de un hombre que he conocido en el centro donde trabajo...lugar donde me encuentro al cien por cien feliz, es como un paraíso, la gloria...Mi casa es un infierno...las desgracias me persiguen en ella, y desde que mi hijo se separó más...raro es el día que no haya un disgusto...Con esto de tener que compartir la niña, mi nieta, en su casa, cuando le toca a él, me vuelve la vida del revés...pues...Entre que no aporta nada de dinero y a nosotros no nos sobra, aquí no hay un sólo día que reine la paz, además que tengo que hacerme cargo de la niña para llevarla y traerla al colegio, y no es que me cueste trabajo, pero a veces me quejo, y ni eso puedo, y yo...Quiero y necesito vivir mi momento...Hacer lo que me da la gana, y al libre albedrío de mis sentimientos, que son fuertes y llenos de pasión... Una pasión que estoy sintiendo por primera vez en la vida, porque con mi marido nunca... bueno, los primeros años, como era joven, la novedad, los hijos, en fin, la familia, las apariencias, pero ahora que siento latir mi corazón...No quisiera morir sin saber a qué saben los besos y abrazos de estar enamorada por primera vez...y a mis años...No quiero perder la oportunidad de hacer el amor con deseo y pasión, ya que jamás amé a mi marido...Me grita, me habla con malos modos, me insulta, me llama vieja y que no sirvo para nada, que no he trabajado en la vida, que soy una dejada, descuidada, que me creo alguien...Es verdad, soy así de nacimiento, pero he decidido cambiar...y cambié, ¡vaya que lo hice! La empresa de mi marido quebró y como siempre ganó el dinero en negro, no le ha quedado más que lo justo para comer, pero como me llamaron de la bolsa de trabajo, me presenté enseguida y me colocaron en un instituto de fregona...¡Madre mía de mi vida...! Yo fregando aulas enormes, anchos pasillos, escaleras gigantescas, y para colmo, estar codeándome con las tres compañeras de la limpieza, que aparte de feas, gordas y casi analfabetas, me miraban con ojos de arpías porque, aunque éramos de la misma edad más o menos, yo tenía una imagen perfecta...Alta, rubia, guapa, delgada y tenía gestos y ademanes de una mujer de grandeza...pues...Aires de grandeza siempre tuve como si fuera una condesa...debe ser que de pequeña, de las cuatro hermanas, me llamaban la condesita por bonita y creída...hasta ahora...Ahora que coincidí contigo, ahora que siento que soy mejor persona...más cercana...más sencilla y humana...

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