martes, 27 de agosto de 2019

¡AY SEÑORA MÍA! - (MICRORRELATO)



Ya se agotaron todas las ansias que tenía de ti, bueno no…todas no, que me queda un suspiro escondido por ahí…ya lo dijo en cierta ocasión un especialista en alimentación, que siempre hay que dejar un hueco para otro pedacito de miel con queso, ya sabes, esos que dicen la gente que saben a besos…nunca quedarse saciada del todo y por eso…He decidido abandonarte, no volverte a ver y si tengo un deseo en ese huequecito lo apago con cualquier persona que no tenga sentimientos, da igual…Lo único que necesito es apagar ese fuego que me abrasa por dentro y echar fuera esa ansiedad…pues…Ya no te siento en mi sentir, ni tampoco en mi piel…se agotaron todas las caricias de pasión, o no…Puede ser que otras diferentes las vuelva a encender con los tientos del querer…quizás…¿Quién sabe hasta dónde puede llegar una mujer de esa edad donde peligran las ansias de amar? La llama de la vela se apagó y seguir resistiendo entre rescoldos, no…o sí, pero…No sacia los sentimientos del corazón, ni tampoco los gemidos de pasión…mejor será dejarte partir para que fluyan los deseos de vivir…pues…Hay un hombre al acecho…esperando…Está suplicando en silencio jadeos ardientes que apaguen los gritos de su carne y de su mente, y yo que lo escucho bajito y a mi lado…le insinúo entre risas y suspiros…No me tientes, no me tientes…mira que soy caprichosa y golosa de otros labios que me besen con lujuria…y otras cosas que hace tiempo que no saborea mi cuerpo…y mi boca…Me aclama, me grita, me llama...le quema mi nombre en la garganta...lo tiene fundido en el pecho y como antorcha ardiendo sale jadeando por ríos y meandros...Sólo quiere probar mis besos…Luego se irá, me dice…Me dejará tranquila...Lo sé, le digo...Eres curioso y juguetón, lo mismo que un niño travieso y a mí me gusta hacer travesuras, ¿te enteras? ¿Sí? Sí, pero tengo miedo, temo enamorarme de ti...Me escucha a través de las paredes del infierno y se vuelve replicando... ¡Ojalá te enamores de verdad! ¿Sabes una cosa? No, dime, le contesto al momento...No te dejaré escapar, te deseo a muerte, sería capaz de vender mi alma al diablo por pasar una noche loca contigo...No digas eso, le dije con la voz entrecortada…Eres un volcán de mujer, eres lo que me hace falta para llenar éste vacío que tengo y no me deja vencer el sueño...Eres mi debilidad y tarde o temprano te conseguiré… ¡Vaya! Eres el típico buitre…¿Por qué me dices eso? Porque conozco a los tipos de tu edad, son unos auténticos buitres, siempre rebuscando con las manos vacías…no se contentan con sus parejas, sino que quieren experimentar nuevas sensaciones y se piensan que una mujer de edad madura les pueden mostrar sabores diferentes, como si fueran la guinda del postre…Lo estaba poniendo a caldo y lo oía mascullar entre dientes…¡Ven, corre, vuela! Déjate llevar por los deseos de la carne…No, no…no me interesan los tipos más jóvenes que yo, me atraen los hombres de mi edad más o menos…No te creo, reconoce que te gustaría…podríamos probar una vez, lo estás deseando, me lo dicen las palabras que te guardas, eres muy lista...Estás llena de deseos, emanas fuego por los cuatro costados…¡Lánzate al abismo! Venga, no seas tímida, ¡atrévete! Un grito mudo recorrió las teclas de mis pensamientos…Dime, ¿a qué tienes miedo? ¿Me temes a mí? No, a ti no, sino a la reacción de mi cuerpo...Soy muy débil y reconozco que me atraes un poco, pero no…Estoy cansada de esperar...me abaten las dudas de los pesares, están siempre insinuando que no me debería quejar tanto y ser más flexible a la hora de amar…pues…Tienes fuego en los labios, están al rojo vivo, y…Siento que hay una curiosidad morbosa y latente en ti que tira con fuerzas de mí... Lo veo de rodillas, me abraza la cintura y besa lo que su boca alcanza...Me tiemblan las manos de ardor, mi corazón late de prisa, se me acelera el pulso de pensarlo…se me va la cabeza, todo me da vueltas…No es tan grave, me dicen los susurros del viento…Sólo quiere sentir mis abrazos, acariciarme la piel con su lengua de cien fuegos...Lo arrasa el hambre...Tiene la garganta seca, sedienta por traspasar mis piernas y lo que hay entre ellas...Es un volcán en erupción y quiere derramar su lava en mi vientre...¡Ay, señora mía…! Me dicen los ecos de su pasión…Le hierve la sangre por la curiosidad de saber a qué saben las caricias de una mujer mucho mayor que él…Es un morboso y ladino seductor, apasionado y atrevido don Juan, que está enamorado de todo lo relacionado al erótico acto carnal de una señora de edad… Está loco por zambullirse en las oscuridades oceánicas, perderse en los mares del sur y deleitarse con las delicias de las profundidades submarinas...Déjame montar en tu barquita, y vayamos a navegar sin rumbo, me dice…Déjate arrastrar señora mía, no temas nada conmigo, y si no te fías de mí, dejaré que dirijas el timón hasta que lleguemos a la orillita del mar…No temas nada a mi lado, mira que me tienes encandilado, soy hombre de palabra y lo único que quiero es besar tu boca, abrazar tu cuerpo y que me sientas dentro, y luego te suelto…

No hay comentarios:

Publicar un comentario