martes, 6 de noviembre de 2018

LAS IRAS DE LA PASIÓN.- (MICRORRELATO)


Oye, tú, escúchame…te he buscado por todas partes, te he estado esperando y al ver que no aparecías seguí mi camino adelante…ya no puedo estar más tiempo sin ti…me duele el corazón, los sentidos se me desbocan y no sé qué pensar si es que me quieres o es que esto se acabó…dímelo porque necesito saber por dónde vago yo…tengo un mal presentimiento…algo va a ocurrir…vienen a rescatarme, a apartarme de ti…pues…Hay alguien por ahí que no me para de insistir…que si le gusto, que me desea, me dice cosas de amores…secretos ocultos…intimidades sexuales…me dice que me ama…¿Qué te ama? Sí, sí…que me ama y está continuamente repitiéndomelo, y yo la verdad es que me gusta oírselo decir porque…Me enciende las carnes de una manera que mejor ni te cuento, vaya a ser que te entren los mil demonios y vengas corriendo, pero…Me enamora el sueño y cuando me acuesto y cierro los ojos…lo sueño…Sueños verdes, muy verdes y pecaminosos…calentitos…dejé caer sigilosamente, así como la que no quiere la cosa… ¿Calentitos? ¡Explícate! ¿Qué quiere decir esos de calentitos? ¡Hala, ya le están comiendo los celos! Me estaba entrando una risita de esas irónicas y falsillas…pues…Estos hombres son como niños, o mejor dicho, como el perro del hortelano que ni comen ni dejan comer, y con tal que la ven interesada en cualquier otro que no sea él se ponen a parir de un burro…Seguí provocándolo con frases insinuantes y pervertidas…pues…Que está buscándome como un loco por las calles…por las redes sociales donde dejo la estela de mis sentimientos…Es un hombre alto, grande, guapo…sólo que hay un impedimento…¿Cuál? Insistió al momento…No me atrevo a decírtelo…¿Por qué? Porque quizás no te lo vas a creer…Yo de ti me lo creo todo porque sé de lo que eres capaz de hacer… Me enfrenté a él con los brazos en jarras y le reté… ¿De qué soy capaz? ¡Anda, dímelo en la cara! ¡Atrévete! Estás deseando de echar toda esa rabia que te envenena, ¡anda suéltalo ya! Si sé que estás deseando de decirme todo lo que piensas…tienes la cabeza llena de malos pensamientos, y…¿sabes por qué? ¿Por qué? Me contestó rápidamente…Porque el ladrón se cree que todos son de su condición…Se acercó a mí sonriendo, bueno no, estaba interpretando ese papel que tanto me gustaba a ver y que hacía tan bien…Era un actor de primera…pues…Eso de sacarme de mis casillas le encantaba…Le excitaba porque ya me lo dijo una vez… ¡Me encanta cuando te enfadas! Eres tan visceral…eres una mujer muy apasionada…Y lo soy, ¡vaya que lo soy! Pero sólo con él… Me gustas…le dije…No sé cómo lo haces pero me derrites con esa sonrisa de perro…perro ducho y buscavidas, esos que no paran de correr por la pendiente…Esa pendiente en la que caminamos tú y yo sigilosamente como sabuesos vagando por extramuros…Estoy pensando, me encuentro sola en mi cuarto, es el rincón de mis soledades donde me escondo de la gente, del hombre que me habla de amores…Un desconocido al que un día besé en la oscuridad de una tasca al pasar, no sé qué pasó por mi mente…me dejé llevar por esa ansiedad que me domina cuando no sé nada de tu vida…Me da rabia, me enfado conmigo misma y se me llena el alma de ira…no lo puedo remediar…A veces pienso que no he crecido, que no he madurado…debe ser cosas de la edad…pues…Temo que ya no te guste, que te hayas cansado de mí, que te fijes en otra mujer mucho más joven que yo, que ya no te llame la atención mi piel, mi rostro, mis cabellos, los que tanto te gustan acariciar cuando me haces tuya, y por eso…Salí en su busca enseguida, me hice la encontradiza para que me viera pasar, y me vio, ¡vaya que me vio! Que estaba escondido detrás de una esquina para verme pasar de largo y nada más que dar tres pasos sonó el sonido de mi móvil, y cuando leí el mensaje me volví y ahí que estaba sonriendo…No imaginaba que fuera tan alto y tan joven…mucho más joven que yo…Me sonrió y al momento empezamos a hablar como si nos conociéramos de toda la vida…Era un hombre sencillo y afable, cercano…Entramos en la primera tasca que vimos al pasar, y mientras nos servían el café no paraba de mirarme la boca…Era como una invitación al libertinaje, a la osadía…al deseo…Deseo de probar otros labios que no fueran los suyos…Tenía una gran curiosidad por saber a qué sabían otros labios…Mientras lo observaba me preguntaba si estaría bien o mal que me diera ese capricho, total no era para tanto…pues…Me lo estaba pidiendo a gritos con la mente, con los gestos de sus manos, con los ojos que no se apartaban de mi boca…Me arrimé a la suya y lo besé con furia y descontrol sin pararme a pensar…Era como una antorcha de fuego quemando las iras de la pasión…

No hay comentarios:

Publicar un comentario