miércoles, 10 de mayo de 2017

ENAMORADA DEL AMOR.- (MICRORRELATO)



A quien ames, dale alas para volar y un motivo para volver…Eso pensaba yo, que volverías de nuevo a mis brazos, pero se ve que me equivoqué…quizás  me dejé llevar por esa frase tan elocuente y sabia que había leído en una página de esas que tanto fluyen por éstas redes sociales…Estaba convencida que tarde o temprano estaríamos de nuevo juntos, pero pasan los días, las semanas y los meses y cada vez te siento más alejado de mí… Triste y abatida me encuentro andando por las calles, apenas sé nada de ti y cuando te veo, más alejado te siento…Mi mente navega en un mar de dudas donde casi siempre la incertidumbre de que ya no me amas se apodera de mi alma, y tan sólo quisiera morir… Una vez me dijiste que cuando me sintiera triste, recordara que me querías con todas las fuerzas de tu ser, que nunca me dejarías de querer, y yo me lo creí, ¡fíjate qué ignorante soy…! Debe ser ésta fe ciega que siempre he tenido en ti…Y ahora según pasan los días, no sé porqué me imagino que te hayas enamorado de otra mujer, y eso me duele, ¿te enteras? Se me rompe el corazón de pensarlo y tengo ganas de llorar…He ido varias veces a buscar tus besos y abrazos por todos los caminos donde tú y yo paseábamos juntos, y aún sabiendo que ya no me amas, si me llamas salgo corriendo descontrolada hacia ti, atravesando valles y montañas, lo mismo que hacía Madame Bovary, para encontrarse con su amado… Me gustaba ese fuego que emanaba de tu mirada, y me dejaba llevar hasta lo más profundo del infierno, donde tú eras el demonio que reavivaba los rescoldos de mis llamas… No me daba cuenta de nada, tan sólo veía por los ojos de tu cara, caminaba por tus piernas y me dejaba hacer todo lo que querías, cuando sentía los toques de tu aldaba en la entrada de mis entrañas…Una fuerza demoníaca me tenía atrapada desde lo más profundo de tu ser al que yo no me podía resistir… Eras el camino de mi perdición y aún sabiéndolo, te seguía hasta el infinito de mi amor, traspasando los límites de la traición…Cada minuto, cada segundo, cada átomo de mi piel, estaba dedicado a ti como si fueras el dueño y señor de mi vida, siempre atada a tus órdenes y a tus ansias de saciar tu apetito sexual… Era tan simplemente​ mortal, tan débil y apasionada en aquellos tiempos, que perdí hasta la poca dignidad que me quedaba. Ni siquiera tenía el orgullo de ser una mujer de principios, tan sólo me guiaban tus besos y abrazos por cada rincón de mi cuerpo… Aquella inocente y romántica juventud en la que hubo un momento de euforia de ser inmortal, fue la que me llevo a enamorarme de ti pensando que nunca me dejaría… Me arrastré hasta la locura, la perdición de mi dignidad… Hoy he desandado cada paso, me he metido entre los cañaverales, donde tú me hacías tuya con las garras de tu perfidia, luego he pisoteado las ramas, único testigo de los amores prohibidos, y una leve brisa ha recorrido mis sentidos como arrancando tus gemidos…y mis suspiros…Las lágrimas caían sobre mi rostro de manera desconsolada, pero al mismo tiempo que limpiaban mis ojos, se aliviaron los rescoldos que me abrasaban el alma…Poco a poco, tus besos y abrazos se desvanecen y un nuevo amanecer aparece ante mí como un milagro divino. Aquella elocuente frase empezó a pendular sobre mi cabeza y, como una bombilla pintada en la frente de los dibujos de los tebeos que leía de niña, una iluminó mi mente, y gritando Eureka, empecé a acariciar la idea de darle la vuelta a esa frase que en un momento de mi vida leí por ahí que decía…A quien ames, dale alas para volar y un motivo para volver… Me rebelé, haciendo caso omiso a ese consejo…pues…Yo era una mujer eternamente enamorada del amor y me equivoqué…Te quise erróneamente, olvidándome de que más me amaba yo… Y por eso me las coloqué en el corazón, y empecé a soñar escribiendo con las alas de mi libertad… hasta que te conocí…Tengo la leve sospecha que tarde o temprano me volveré a enamorar…pues…Hay alguien por ahí que no para de insistir…me dice que le gustan mis aficiones, mis poesías, mi vida…y que le encantaría pasear de la mano conmigo por las calles del centro de la ciudad, e invitarme a tomar un café en cualquier bar…que le gustaría hablar conmigo en un rinconcito apartado y darme un beso en los labios…y eso a mí me vuelve loca perdida…y mira que no quería, que le daba de lado, que lo ignoraba…pero tiene un no sé qué, que no paro de pensar en él de noche y de día, y en los atardeceres, me asomo a la ventana y se me pierde la mirada tras las montañas y me pregunto…¿Dónde estarás que me viene a la mente los ecos de tus palabras y me tienes arrebatada el alma…?



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