viernes, 8 de julio de 2016

COMO MENTA Y REAGALIZ.- (MICRORRELATO)



Pensativa y con la cabeza gacha venía de mi recorrido diario, estaba pensando en ti mi amor, pues aún no te he olvidado, cuando de repente te vi sentado en ese bar…me llamó la atención la tostada tan grande que te estabas llevando a la boca, cuando nuestra miradas se encontraron…no hizo falta decir nada, pues enseguida te levantaste y me ofreciste la mano para invitarme a tomar un café…Y mientras entraste a llamar al camarero no paré de observar esos dos hoyuelos en tu cara, esos ojos lisonjeros y ese ricito moreno que te caía sobre la frente que te hacía tan guapo, madre mía tan guapo, que aún te llevo grabado en la mente…y en el cuerpo cuando tú y yo nos besamos…Andando los caminos no paraba de pensar en él como si me estuviera llamando a voces, desde donde quiera que se encontrara…No sé qué está pasando conmigo…No puedo olvidarte, te llevo clavado en el alma y me duele hasta el pensamiento de tanto como te recuerdo, debe ser que tú estés llamándome desde lo más hondo de tu ser y hasta mí llegue tu voz…Señor mío, por favor, ayúdame a seguir con mi vida, pues me siento perdida…De vez en cuando alzaba la vista hacia el cielo rogándole al Dios de mi credo, esa fuerza que necesitaba para andar tranquila y relajada, pues ya soy muy mayor para estos amores locos, no me pega, y debería estar pensando en cosas más importantes, como por ejemplo quedar con las amigas y hacer un viajecito por ahí, pero ese hombre me tenía hechizada de tal manera que me era imposible echarlo de mi mente, sobre todo en éstos días veraniegos, pues…Tantas veces me dijiste que la ilusión de tu vida era pasear conmigo por la orilla del mar, que hasta te imaginé, y por las noches cerraba mis ojos bajo la luz de la luna, y te soñaba como una silueta encantada que hacia mí caminaba, y antes de amanecer me despertaba con las huellas de tus manos alrededor de mi cara...¡Qué bonito, qué bonito! Y le daba vida a esos momentos de pasión con la sonrisa de mi corazón, y pintaba un escenario imaginario en la distancia de los pensamientos donde no hay límites, ni compromisos, ni edad, atravesando todas las leyes de la sociedad…Si, sí…y luego me metería en el agua y te salpicaría para que me siguieras, y como dos niños traviesos retozaríamos en un juego apasionado de amor…Sigue, sigue…me decías…Te tumbaría en la arena, te abrazaría, te besaría y te dejarías mecer en mis remos como un barco velero…Y te veía sonreír lleno de curiosidad, instándome a seguir con la punta de tu nariz...Sentada sobre tu vientre, coqueteaba contigo insinuando…No sé, no sé qué hacer…Creo que deberías izar las velas para que el viento nos protegiera…me decías…Y prendida en tu mástil navegamos juntos hasta el horizonte, allá donde la vista se pierde entre las olas del mar…Y nos mirábamos sonriendo…Era nuestra mirada cómplice de picardías, donde no había ni un solo momento que se cruzaran, y no se dijeran con la mirada lo que nuestra mente pensaba…No, la mente no…el cuerpo, pues con los gesto ya sabía yo las señales que me enviabas, que hasta de noche cuando me acostaba podía escuchar cada palabra…Y es por eso que me iba a caminar cada mañana para poder encontrarte entre las ramas de los árboles…Al levantar los ojos te vi venir frente a mí, pasé de largo sin decirte nada y tú me seguiste a lo largo del trayecto…No podía soportar tanta presión en el pecho pues a pesar de haberme alejado de ti, te seguía queriendo desde que te conocí…Me giré sobre mis talones y te miré a los ojos…La tristeza te embargaba y sin decirte nada, me abracé a tu cuerpo abandonándome a tu querer…y me besaste como si temieras perderme…mirándome a los ojos me dices…Eres mi mujer ante los hombres y ante Dios…Eres la mujer de mi vida desde que te conocí y si tú me dejas lo habré perdido todo, pues todo eres para mí…sin ti la vida no tiene sentido…No para nada, que tú y yo hemos nacido para seguir toda la vida juntos…hasta la muerte... pues ya son demasiados años el verte a mi lado caminando de la mano…por la orilla y descalzos…Antes de echarnos en cara tantas cosas como nos dijimos, me alzaste la barbilla y más de mil besos me diste en los labios…Eran suaves como las plumas de los gorriones, como si una mariposa se posaran en mi boca...Y apasionados como para volverme loca, que sin esperártelo, te arrastré a un lugar solitario y allí te amé, te amé…Eran nuestros besos dulces como los caramelos, esos que una mañana contigo compartí, saboreándolos apasionadamente, pasando de tu boca a la mía como menta y regaliz…Los más bellos besos que tengo entrelazados en mis sueños…Los mismos que me envuelven por las noches cuando me acuesto, paseando los dos junto de las manos, bajo la luz de la luna, por la orilla y descalzo…y después nos tumbamos en la arena para querernos y amarnos…Y cuando despierto abro mi ventana y le grito al viento…Eres el hombre de mis sueños, el único que me conoce, el único que sabe de mi risa y mi llanto, el que ilumina mis amaneceres y arropa mis anocheceres...Y él que lo sabe todo de mí, me envuelve entre besos de menta y regaliz…



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