jueves, 31 de marzo de 2016

SEMBLANZAS Y CONTRASTES.- (MICRORRELATO)




Dicen que las palabras te hacen su esclava y verdad debe ser cuando por unas mías, tú me dejaste de querer…pues no me querrías tanto…y ahora ya no sé si hice mal o hice bien, pero que ojalá te las hubiera dicho antes…y me habría ahorrado tanta esclavitud de haberte querido tanto…porque ahora soy la dueña de mi libertad, de mis emociones y de mis encantos…A veces las palabras me seducen de tal manera que tengo que plasmar su esencia…Primero me dicen que las acaricie con suavidad extrema, vaya que se rompan en mil pedazos y luego no pueda pegarlas ni con lágrimas, ni con esa sonrisa pasajera que atraviesa mis fronteras…pero quizás con tus besos no se notaría nada, pues saldrían tan alborotadas por ahí que seguro que conquistaría a más de una frase lisonjera que me dijera…hoy me acordé de ti…Luego me repite que las envuelva en una frase fresca de amor, como si fuera un pañuelito de seda o un velo de tul, como aquél que me regalaste cuando empecé a florecer de niña a mujer…Y me viene a la memoria los primeros roce de tus manos en las mías paseando por ese jardín…nuestro jardín…sentados en un banco bajo la luz de la luna, y entre las ramas altas de los árboles donde apenas podía ver tu rostro, me miraste a los ojos con la chispa encendida de los amores mozos…y me abandoné a tus brazos mientras te besaba los labios…y tú me hiciste tuya mientras balbucías…eres la mujer de mi vida…Pero otras veces me presionan el alma de tal manera que me ahogan y me queman y salen airadas despotricando contra vientos y mareas…Son las semblanzas y contrastes de las palabras que llegan a mi boca para yo gritarlas…Me tentaste, me tentaste a perderte o a quererte y me cansé, eran muchos retos ya…tentaste al fracaso y ahí te dejé…Me perdiste…me perdiste y a partir de entonces encontré la verdadera esencia de tu ser…Era yo la que vivía perdida en el laberinto de tus mentiras escondidas, tras la fragilidad del alma mía, que siempre creía lo que tú me decías, ¡fíjate si te quería! Tentaste demasiado a la suerte, me tentaste a dejar de seguirte, fueron muchas tentaciones como para que ya me alejara de tu lado y ahora, mírate, estás hecho polvo…Pensaste que jamás sería capaz de olvidarte y ahora estas arrepentido…y yo ya no te quiero…no puedo siquiera besarte…ni dejarme besar…ni que me abraces…y por lástima no me sale salir a tu encuentro…y mira que lo intenté, te juro que lo intenté, tú lo sabes, que me fui contigo por ahí. Me di a mí misma la oportunidad de volverte a besar, incluso me empeñé en quererte de nuevo, pero fue en vano…estaba incómoda…me parecías un desconocido...Ya no puedo quererte como antes porque no siento nada…Ni cuando te veo pasar por mi lado, ni cuando te chispean los ojos de pena por mí…no puedo seguir contigo…Mira que te quise más que a mi vida, mira que te lo avisé, ¡más de mil veces! Pero jamás me hiciste caso, me ignoraste porque sabía cuánto te quería, que eras el dueño de mis pensamientos, y ahora que me has perdido te has dado cuenta de cómo te he amado…Con agonía, con arrojo y valentía, con todo el atrevimiento del mundo, con descaro y desvergüenza…y con la furia salvaje de los animales cuando tienen hambre…Y ahora me parece un milagro que vaya a cada paso del camino con la libertad de mis cinco sentidos…Y me siento libre como el viento y eso me gusta, ¿te enteras? Me gusta mucho ésta sensación de libertad…y…¿sabes una cosa? Que me encanta, me apasiona y hasta me alegro de haberte sufrido tanto cuando me dejaste tirada como una perra, porque ahora soy feliz y sé lo que valgo. En éste momento de mi vida la dicha me rebasa, me embarga el alma. Antes estaba esclavizada, sumisa y desesperada…Era enteramente tuya, desde los pies a la cabeza. Tuya de sentimientos y de palabras…te pertenecían hasta las dudas de mis razonamientos…Mis pesadumbres, mis interrogantes ante el espejo de mis ojos llorosos…Te creías que podías jugar con mi amor, te creías el dueño de mis sueños, de mis ilusiones, de mis esperanzas, mis inquietudes, ¡de mi vida! Y me arrastraste por terrenos fangosos, me llevaste por rincones escondidos, me obligaste a comerte a retazos desde arriba hacia abajo, en la oscuridad de la noche, entre ramas y matojos, y yo malquerida mujer hacía todo lo que me pedías con tal de que no me dejaras tirada en el andén…Era la esclava de tus debilidades, me tiré al barro por ti pensando que así te tendría comiendo de la palma de mi mano…Yo no quería saber la verdadera esencia de tu mal querer…tenía la certeza que tan sólo me querías para tus juegos carnavalescos…Y ahora me siento como una gaviota volando entre las planicies del viento…como las olas del mar que viene y van y se dejan mecer en ese vaivén tranquilo y sereno a la vez…o…embravecida…que me encantan los embates rompiendo contra mi cuerpo, porque al fin he decidido tomar las riendas de mi vida atreviéndome a saber quién soy…y antes tenía miedo de saberlo…porque sé hasta dónde soy capaz de llegar…pero tú seguías tentando la suerte de perderme y te creías que conmigo estarías hasta la muerte…Yo también lo creía, pensé que estaría de por vida, que te quería, que nunca dejaría de quererte...pero me equivoqué, fíjate cómo me equivoqué, que ya no te siento y voy por la calle gritando mi libertad, derrochando alegría en mi andar…pues…Reaccioné con un beso de terciopelo de un extraño que sin conocerlo me mostró los límites del cielo…Antes estaba muerta de pena y dolor por ti, pero ahora estoy viva y quiero vivir mi vida con el hombre que se merezca mi alegría, que me enamore y que nunca tenga que tentar a la suerte el que yo lo quiera siempre o perderme…de por vida…Tentaste demasiadas veces al fracaso, siempre retándote a ti mismo sabiendo que me tenías cuando querías…y cuando no me querías…Sabías que yo sufría y lloraba…hasta mis lágrimas eran tuyas…y pasabas de mis penas y mis agonías…Y ahora soy yo la dueña de las tuyas, pero ya no las quiero, ni siquiera las siento…ni me duele tu sufrimiento, pero…escúchame bien…que yo no me alegro de tu dolor, ¿te enteras? Que te tengo lástima y por lástima no me voy contigo, ni te doy un beso, porque necesito sentir en mi pecho ese revuelo de serpentinas…que me palpite el alma…y que me baile un tango lento las piernas rodeándote la cintura con el fuego de mis adentros, porque a mí lo que me fascina son los hombres muy risueños, y que cuando me digan te quiero sea con los suspiros de todo su cuerpo… Eso es lo que despierta mis sentires para regalar mis besos, los que me salen del alma, del corazón y no por pena, sino que sean por amor, por pasión y por ilusión…Ilusión por una cita sospechosa en la que me hablen de aventuras con la caída de la mirada chamuscada de ardor…y que cuando pase por su lado, me aspire hasta el aroma de mi melena al viento…Así es como yo te daría un beso, pero besar por besar, no, que los besos míos es lo único que tengo…Y voy por los caminos soñando con él, y me imagino una historia interminable de pasiones locas, aventuras donde la duda se cruza con la rebeldía entre las soledades de mi cuerpo…y la fantasía de mi vida…y por eso...Mi corazón dio un vuelco cuando te vi aparecer entre mis sueños, es tanto lo que te deseo que a veces me pierdo entre mis desvelos de manera que te huelo hasta el aliento…y cuando te acercas para besarme el cuello…me despierto gritando tu nombre…y desapareciste al momento… ¡Ay mi amor! ¡Cómo me enamoré de ti! No sé por qué, pero aún te recuerdo como si fuera ayer cuando te besé con tanto fuego...¡qué atrevimiento…! Son las sombras que van persiguiendo mis ideales…las que imagino entre penumbras…y van desenmascarando cada paso que doy en el camino…esas mentirijillas piadosas que se atraviesan jugueteando con las páginas de mis novelas diciéndome que una vez fui tuya…Semblanzas y contrastes, palabras que parafrasean cualquier historia de amor que revolotea a mi alrededor, quizás sea la única manera que tenga para encontrarte...me invaden de dicha cuando me asaltan la mente con la suerte de tenerte en ella siempre, siempre…




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