jueves, 24 de marzo de 2016

ENTRE LAS TEMPESTADES DEL OTOÑO.- (MICRORRELATO)



A menudo me encuentro hablando con el cielo sin rumbo fijo, es tanto lo que te recuerdo que creo que es un castigo por tu osadía y mi atrevimiento…Quizás estábamos pasando un mal momento los dos, y por eso el destino nos cruzó en el camino…O para poner a prueba mi debilidad o fortaleza…Muchas veces pienso que tan sólo soy una niña encerrada dentro de la mujer, una débil mujer que nunca madurará, pues a través del tiempo, echando la vista atrás, aún estoy más allí que acá…Debe ser que mi corazón se debate continuamente con la razón, perdiendo siempre ésta mentalidad mía llena de burdas fantasías, porque es tanto el miedo que me da la realidad, que me parapeto tras ellas con las letras de mis cuentos sin acabar, recordándome aquél de Pan y Pimiento que de niña me contaba mamá…Suspirando por tus besos voy caminando…no quisiera nunca olvidarlos…me están matando de la cómo los deseo y tú ni siquiera te acuerdas de mí…Hay días que me duele tanto su recuerdo que las lágrimas no me dejan verlo…Pasaste como una nube en el cielo de mis vicisitudes, como un rayo…un trueno…Un relámpago que acabó con la tormenta que estaba viviendo dentro de mi alma…¡Ay mi amor! No dejes que la duda te atrape del cuello y no pueda verte más entre mis sueños… Apagaste aquella llamarada corrosiva que me estaba envenenando el alma, y se estremeció el volcán que llevaba dentro explosionando todos mis sentimientos de una manera tan poderosa, que ya no hay retroceso y su lava sigue resbalando en cascada por cada recoveco de mi cuerpo…Me quema, me arden las entrañas por ti…Sólo quiero darte otro beso para que apacigües las ansias que me están devorando por dentro…Vuelve a mí, regresa a mis brazos, no me tengas en el olvido ni en tu rechazo…Ven que te necesito para seguir sabiendo que existo, que mi vida se la lleva la apatía y el sin sentido de seguir caminando como si fuera una autómata…un reloj…tic, tac, tic, tac…Eres la fuente que sacia cada movimiento de mi acaecer…Necesito el calor de tus ojos para saber que un día me dijiste…guapa…¡mira que eres guapa…! Me arrebataron el alma esas palabras, simples y cotidianas pero me inundaron de gracia alegría…me parecía que me querías…Y tu sonrisa, me gustó mucho tu sonrisa, esa sí que era bonita y ahora quisiera ponérmela de camisa para sentir que tus brazos me arropan del frío…Necesito esos calores tuyos para saber que existo con tus labios junto a los míos…Esos labios ardientes, sumisos y complacientes que enamoraron mis sentidos…mis hombros, mis espaldas…y me acariciaron los sentidos…cada escondrijo de mi esencia pura y serena… Y ahora tengo frío, estoy desangelada…como si estuviera en la pendiente de una montaña, justo en la cima, con las manos abatidas y vacías…y el mentón de la mejilla clavado en el hueco de mi cuello, en el esternón, como si fuera un puñal atravesándome el corazón…Tengo los ojos cerrados observando el precipicio con la mirada escondida de aquella niña…y las palmas de mis manos hacia abajo y yo quiero alzarlas al cielo, llenarlas de tus requiebros…y que me digas suspirando…te quiero…Llenarlas de mis gritos diciéndole al eco…Hoy es el día más bello de mi vida, hoy al fin fuiste mío…como la prosa que escribo al libre albedrío de mis sentimientos cayendo al vacío…Recoge mis palabras, abrázame en silencio y escucha mis latidos…Alza tu mirada al cielo y verás el sonido del eco recorriendo el espacio infinito de mis lamentos…y ven corriendo…Llévame a tu casa, preséntame a tus amigos y dile que soy la mujer por la que estás loquito, la que te arrebató todo el sentido y la que te ha devuelto el brillo…Brillo que tenías apagado por un mal querer que no supo de tus quejidos…Quejidos llenitos de sangre y ahora están repletos de latidos…los míos…Mírame a los ojos, dime que me necesitas y háblame de pensamientos locos…No me digas mentiras, ni me cuentes tropelías, ni ese cuento de Pan y Pimiento que me contaban de niña…Mira que soy mujer enamorada y lo único que quiero es que me beses la boca y el cuello…Y que me acaricies los ojos con la mirada encendida, como la mía…Como cuando te veo pasar como un rayo por mis recuerdos y se me alborotan las hormonas, formando una tormenta de relámpagos que saltan chispas de fuego por los cielos... y me transformo en pura dinamita, y sólo me sale de la garganta…te quiero, te quiero…No sé por qué, pero te quiero y tengo tanta necesidad de decir te quiero, que no lo paro de repetir…y es que el querer sale de mí…porque siento que se me van los suspiros cuando te recuerdo entregado a mi cuerpo fogoso…tus manos…tus manos recorriéndome las caderas, rodeándome la cintura…Manos de palmas ardientes y crujientes al tocar los sentidos de mi carne desesperada y sedienta de ti…Deben ser las trampas que ponen esos duendecillos traviesos en la fantasía de mi poesía…y aunque haga lo indecible por alejarte de mi vida…ahí sigues anclado como si fuera el faro que guía los vaivenes de mis desvaríos, y por eso me hago mil preguntas, hasta me sorprendo maquinando entre mi cielo y tu infierno…¡Qué fuerte que yo haga por no verte y tú siempre me encuentres! Debe ser que insistes en quedarte a mis pelambreras a pesar de hacerte el indiferente, porque no es posible que allá donde me llevan los pies estás tú ahí, siempre ahí, como esperando una respuesta a la pregunta que lanzaste al aire…Y yo no sé qué contestarte…no sé mentirte…que yo no sé más que llevarme por los impulsos de mi alma salvaje…no sé quererte como tú te mereces, sólo sé saborearte con la agonía del amor más fuerte…egoísta…el más grande de los amores ocultos…los de los bajos fondos…lo siento, pero no me controlo cuando mi corazón se enamora desbocándose todo loco...dando trompicones contra viento y marea, abriéndose paso entre las tempestades del otoño…de mi vida…


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