sábado, 14 de marzo de 2015

ATRAPADOS EN LA OSCURIDAD DE LA NOCHE.- (MICRORRELATO)



Y ese comportamiento que últimamente tienes hacia mí no lo puedo corregir, pero si lo puedo ignorar, ¡vaya que sí! Te fuiste alejando poco a poco de mí después de conocerme, y yo sigo aquí. Te espero tranquila y con rabia sabiendo que aún sigues allí. No te decides, estás perdido en una maraña de incertidumbre, echándole tiempo al tiempo, como si quisieras que él resolviera tus problemas...No te quedes a la merced mi amor, que la merced soy yo con toda la agonía de mi pasión…A la deriva de mis emociones voy caminando, que yo no quiero tu cuerpo, sino tus pensamientos, ¡tu mente! Tu alma, todas las cosas que se te pasan por la mirada cuando pensándome, no me hablas, permaneces mudo, callado, impertérrito, incuestionable, pero alerta a mi, siempre en mí. Te veo en mis sueños, fíjate qué cosas. Sueños poderosos y luminosos, y es tanto lo que te pienso, que en ellos te veo tal cual y por eso no me quieres conocer, porque te asusta de tu imagen. Aún no te has enterado que a mí eso me importa un bledo, porque yo es que ya te quiero…A veces me despierto hablando entre sueños donde te veo…Los sueños me hablan, me advierten, me dicen cosas de ti y esta noche vi tu nombre escrito en la pantalla de mi ordenador, ¡vaya que sí! Era una solicitud de amistad. Enseguida te acepte... Le dije que estaba cansada y se convirtió en mi almohada, le dije que lo quería y se adueñó de mi vida, le dije que me besara y me llenó la boca de besos y cuando quise abrazarlo se despertó en mi sueño…Había una fotografía tuya, era tu rostro, y ahora ya sé por qué no quieres volver. Te alejaste porque te ves viejo, feo, gordo y arrugado y crees que yo no estoy a tu alcance. Temes no gustarme, y eso te ocurre porque eres tan superficial que sólo miras a las mujeres bellas, guapas, casi perfectas. No te enamoras del interior, de sus sueños locos, ya ves mi amor, te equivocaste. Yo soy diferente y no me fijo en tantas pamplinas, antes si, ahora no…Ahora me siento fuerte, libre, dinámica y poderosa, por eso, cuando camino sola, me bebo el aire de las calles recreando mi cuerpo por dentro, pues después de haberte conocido ya no quiero a otro…Deben ser aquellas ansias que se arrebolaron por tu cuerpo o quizás fueron los locos suspiros que me salieron del pecho cuando me dijiste…¡Madre mía, cuánto te deseo! Y yo me perdí entre los ardientes besos de tu boca con la mía…Libre y abrazada a la libertad de mis pasiones…Libre caigo rendida en la emboscada de mis emociones siguiendo tus besos en la euforia del momento, cuando a tus brazos me encadeno y te digo lo que siento...¡Vida mía...cómo te quiero! Y tú esclavo de mis palabras te deja llevar como títere manejado por las cuerdas de mis adentros…Y por eso te asusta, tienes miedo de mí, porque lo que tú quieres es ser mi dueño, y aún no te has enterado de que soy la esclava de tus besos…Y por eso estás de nuevo como siempre, intentando hacerme daño alejándote de mí…Lo haces de una manera tan descarada y despreciable que quisiera morir. No me entra en la cabeza que nunca te acabes de decidir de enfrentarte a mí, con toda la verdad en la frente, en la mirada, en el semblante…Será que no lo tienes claro y prefieres que el tiempo haga tu trabajo…Ya ves, yo sigo aquí tranquila, dejándome mecer por las olas del mar hasta que me lleven a la orilla de la playa…Si, a la misma orilla para seguir caminando descalza, pues descalza te conocí y descalza voy a seguir hacia otros mares. Hay muchos mares. Vivo rodeada de ellos, y volveré a nadar en otras aguas. ¿Qué te creías que eres el único hombre que puedes entrar y salir en el litoral de mi vida? ¡Te equivocas…! Y por eso me veo caminando y hablando sola por las calles. La gente me mira como diciendo… ¡Ahí va la loca!  Si la loca, pero loca por ti…Toda una vida esperando que te decidieras, pero no, estás demasiado ensimismado en tu propia parsimonia, en una comodidad disfrazada de incertidumbres, por eso me rastreas en la red, me encuentras y me dejas. Me tratas como si fuera una muñeca de trapo, un títere a la que puedes manejar, ¡vaya que sí! Que como un títere me sentí, cuando en tus brazos me rendí aquella noche oscura a las órdenes de tu candil...Manejaste los hilos de mis emociones como buen titiritero, sabiendo a cada momento que me abandonaría al ritmo del tango, suspirando tu nombre en un alocado grito de pasión, y tú al oírme te derrumbaste, derrotado todo tu poderío en ese grito mío que ya no te deja descansar ni de noche, ni de día, y ahora quieres más…Es por eso que te alejas de mí, asustado perdido, acobardado y lleno de temblores cada vez que imaginas mis andares por la calle, pensando siempre que voy buscando guerra sin darte cuenta que la única batalla que quiero es la de llevarte a mi terreno, comerte la boca a besos y entregarme a tu cuerpo para que oigas mis gritos de nuevo…Dime que me quieres, háblame por Dios, dime que todavía te acuerdas de cuando nos quedamos atrapados en la oscuridad de la noche y tus besos y los míos se encontraron en una batalla interminable de pasiones, donde la lujuria se hizo la dueña de mis emociones arrastrándote a un abismo infernal…

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