Y ese comportamiento que últimamente
tienes hacia mí no lo puedo corregir, pero si lo puedo ignorar, ¡vaya que sí!
Te fuiste alejando poco a poco de mí después de conocerme, y yo sigo aquí. Te
espero tranquila y con rabia sabiendo que aún sigues allí. No te decides, estás
perdido en una maraña de incertidumbre, echándole tiempo al tiempo, como si
quisieras que él resolviera tus problemas...No te quedes a la merced mi amor,
que la merced soy yo con toda la agonía de mi pasión…A la deriva de mis
emociones voy caminando, que yo no quiero tu cuerpo, sino tus pensamientos, ¡tu
mente! Tu alma, todas las cosas que se te pasan por la mirada cuando
pensándome, no me hablas, permaneces mudo, callado, impertérrito,
incuestionable, pero alerta a mi, siempre en mí. Te veo en mis sueños, fíjate
qué cosas. Sueños poderosos y luminosos, y es tanto lo que te pienso, que en
ellos te veo tal cual y por eso no me quieres conocer, porque te asusta de tu
imagen. Aún no te has enterado que a mí eso me importa un bledo, porque yo es
que ya te quiero…A veces me despierto hablando entre sueños donde te veo…Los
sueños me hablan, me advierten, me dicen cosas de ti y esta noche vi tu nombre
escrito en la pantalla de mi ordenador, ¡vaya que sí! Era una solicitud de
amistad. Enseguida te acepte... Le dije que estaba cansada y se convirtió en mi
almohada, le dije que lo quería y se adueñó de mi vida, le dije que me besara y
me llenó la boca de besos y cuando quise abrazarlo se despertó en mi
sueño…Había una fotografía tuya, era tu rostro, y ahora ya sé por qué no
quieres volver. Te alejaste porque te ves viejo, feo, gordo y arrugado y crees
que yo no estoy a tu alcance. Temes no gustarme, y eso te ocurre porque eres
tan superficial que sólo miras a las mujeres bellas, guapas, casi perfectas. No
te enamoras del interior, de sus sueños locos, ya ves mi amor, te equivocaste.
Yo soy diferente y no me fijo en tantas pamplinas, antes si, ahora no…Ahora me
siento fuerte, libre, dinámica y poderosa, por eso, cuando camino sola, me bebo
el aire de las calles recreando mi cuerpo por dentro, pues después de haberte
conocido ya no quiero a otro…Deben ser aquellas ansias que se arrebolaron por
tu cuerpo o quizás fueron los locos suspiros que me salieron del pecho cuando
me dijiste…¡Madre mía, cuánto te deseo! Y yo me perdí entre los ardientes besos
de tu boca con la mía…Libre y abrazada a la libertad de mis pasiones…Libre
caigo rendida en la emboscada de mis emociones siguiendo tus besos en la
euforia del momento, cuando a tus brazos me encadeno y te digo lo que
siento...¡Vida mía...cómo te quiero! Y tú esclavo de mis palabras te deja
llevar como títere manejado por las cuerdas de mis adentros…Y por eso te
asusta, tienes miedo de mí, porque lo que tú quieres es ser mi dueño, y aún no
te has enterado de que soy la esclava de tus besos…Y por eso estás de nuevo
como siempre, intentando hacerme daño alejándote de mí…Lo haces de una manera
tan descarada y despreciable que quisiera morir. No me entra en la cabeza que
nunca te acabes de decidir de enfrentarte a mí, con toda la verdad en la
frente, en la mirada, en el semblante…Será que no lo tienes claro y prefieres
que el tiempo haga tu trabajo…Ya ves, yo sigo aquí tranquila, dejándome mecer
por las olas del mar hasta que me lleven a la orilla de la playa…Si, a la misma
orilla para seguir caminando descalza, pues descalza te conocí y descalza voy a
seguir hacia otros mares. Hay muchos mares. Vivo rodeada de ellos, y volveré a
nadar en otras aguas. ¿Qué te creías que eres el único hombre que puedes entrar
y salir en el litoral de mi vida? ¡Te equivocas…! Y por eso me veo caminando y
hablando sola por las calles. La gente me mira como diciendo… ¡Ahí va la
loca! Si la loca, pero loca por ti…Toda
una vida esperando que te decidieras, pero no, estás demasiado ensimismado en
tu propia parsimonia, en una comodidad disfrazada de incertidumbres, por eso me
rastreas en la red, me encuentras y me dejas. Me tratas como si fuera una
muñeca de trapo, un títere a la que puedes manejar, ¡vaya que sí! Que como un
títere me sentí, cuando en tus brazos me rendí aquella noche oscura a las
órdenes de tu candil...Manejaste los hilos de mis emociones como buen
titiritero, sabiendo a cada momento que me abandonaría al ritmo del tango,
suspirando tu nombre en un alocado grito de pasión, y tú al oírme te
derrumbaste, derrotado todo tu poderío en ese grito mío que ya no te deja
descansar ni de noche, ni de día, y ahora quieres más…Es por eso que te alejas
de mí, asustado perdido, acobardado y lleno de temblores cada vez que imaginas
mis andares por la calle, pensando siempre que voy buscando guerra sin darte
cuenta que la única batalla que quiero es la de llevarte a mi terreno, comerte
la boca a besos y entregarme a tu cuerpo para que oigas mis gritos de
nuevo…Dime que me quieres, háblame por Dios, dime que todavía te acuerdas de
cuando nos quedamos atrapados en la oscuridad de la noche y tus besos y los
míos se encontraron en una batalla interminable de pasiones, donde la lujuria
se hizo la dueña de mis emociones arrastrándote a un abismo infernal…
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