miércoles, 30 de julio de 2014

NO ME DEJES DE QUERER.- (MICRORRELATO)


No me dejes de querer, por Dios, no me dejes de querer que moriré. Te quise desde el primer momento que supe de ti, de cómo me mirabas, ¡madre mía qué mirada tan profunda! Si, si, fue eso lo que me enamoró de ti, esa fuerza chispeante que echabas por los ojos, porque echabas fuego de pasión, ¿sabes? Después no pasaba un día que no me tropezara contigo en el camino, creo que te hacías el encontradizo, si lo sé, ahora estoy más segura que nunca, ¡vaya que lo sé! Eres tan pertinaz, no te cansabas nunca de abordarme, ¡cuanta paciencia madre mía! Mira que eras pesado, siempre esperando una señal mía, una sonrisa, cualquier gesto de la cara para continuar al acecho…No me pude contener, no pude aguantar tanta presión diabólica por parte de los dos, era como si jugáramos al gato y al ratón, perdón a la gata, ja, ja, ja…porque cuando quise darme cuenta te lancé la zarpa al cuello y te comí la boca a besos…te desarmé enterito, casi te comí vivo, ja, ja, ja... y caíste en mis brazos como un niño y cuando pudiste desasirte de mi, balbuciste te quiero, te quiero y te quiero…Lo mismo que ahora…¡Mira que fui atrevida…! Me dejo llevar por mis impulsos y ya no tengo manera de parar, apenas puedo sujetarme y eso que quiero olvidarte, pero no, tu no me dejas que lo haga, siempre estás ahí, y ahora ya es imposible porque te quiero…Ya no sé vivir sin verte aunque sea un momento, pero al menos cuando te veo sé lo que sientes por la fuerza de tu deseo, lo leo en tus ojos, si en la mirada que me echas desde lejos y aunque no estés cerca, te presiento en los adentros de mi alma…Si amor mío, como el otro día que caminabas delante de mí y yo con la mente te dije, vuelve la cabeza, vuélvete y ven hacia mí, y lo hiciste, fíjate qué poder tengo sobre ti, ¿por qué será? ¡Qué cosa más extrañas…! Me ocurren unas cosas más raras...A veces creo que es la fuerza del amor, no, del amor, no, porque éste sentimiento mío traspasa las fronteras de la naturaleza, si, si, es demasiado carnal y sólo las personas muy enamoradas lo presienten. Creo que a ti te pasas lo mismo, pero no me lo dices porque te guardas, siempre te guardas, no te abres a mi del todo porque temes que yo me lo crea demasiado y tienes como un caparazón, me da una rabia…yo que me descarno ante ti sin vergüenza alguna, que te abro el corazón y te cuento todos mis temores, mis secretos más íntimos, ja, ja, ja…. Y tu me escuchas como alelado, como diciendo…¡menuda mujer, qué atrevida es! ¿Qué más da mi amor? No tiene ninguna importancia, ya sabes como soy y por eso, porque me conoces demasiado me temes cada día más y no confías en mí…Reconócelo, ¿verdad? O quizás es que no tienes seguridad en ti mismo, ¡qué tontería! Yo en cambio tengo tanta seguridad en mis sentimientos, en mi proceder, no tengo miedo de nada porque me tengo a mí misma, me conozco y me acepto tal cual… ya no podría echar marcha atrás…No me cambies nunca tu mirar, porque esa mirada tuya es la que me hace avanzar en la vida con éste bello caminar, si, me vuelve loca todos los sentidos y me quedo sin razón, ¡vaya que sí! que me quedo toda tontita perdida, ja, ja, ja…¿para qué sirve la razón? Para nada, sólo es un obstáculo más para no dar rienda suelta al amor, aunque sea bajo la sospecha del pecado…¿pecado? No, no, que las cosas del querer saben muy bien y es sagrado…

No hay comentarios:

Publicar un comentario