Hay que ver esta calentura
que tengo por todo el cuerpo, me está quemando por dentro, todo el pecho
ardiendo. No duermo ni de noche ni de día, ¡maldita sea su estampa! que quiere
acabar conmigo, te juro que cuando acabe con esta agonía me voy corriendo a la
calle a recuperar cada momento perdido en éste pedazo cuerpo que tengo… Menudas
nochecitas que estoy pasando, dando vueltas de derecha a izquierda, con unos
dolores… Parecen mordiscos de perro, clavándoseme los dientes como puñaladas en
el pecho, no paraba de pensar pero… ¡Dios mío! ¿Por qué me martirizas tanto?
¿Será la edad? ¡Seguro! Tengo una edad muy peligrosa y dicen las malas lenguas
que con los años una se vuelve recelosa y duda de todas, si, si de todas ellas,
es como si se estuvieran ensañando conmigo, porque vamos que ya llevo unas
pocas noches sin pegar ojo ¡eh! Anteanoche era como si me abrieran las
costillas de la parte derecha, así, como si me las arrancaran de cuajo, tirando
unas manos de mis caderas hacia abajo, ¡ay madre mía de mi vida! Hacia abajo es
por donde más me quemaba el cuerpo, unas calenturas… eran como tijeretazos en
toda la carne y en la misma barriga unas garras con uñas atravesándome las
vísceras, ¡no sabía ni qué postura poner! Mira que he dado vueltas esta noche,
bueno, y por las mañanas ni te cuento… Llevo más de cuatro días que no paro de
pensar locuras y dicen que esto con la edad es peor porque se pone una ardiendo
como una olla Express, vamos que estoy escocida y me pica a rabiar, y yo aquí
más sola que la una conteniendo las ganas de rascarme, porque ganas me dan de
coger algún objeto por ahí y ponerme como una moto, me hincharía, lo juro que
me rascaría como una verdadera energúmena, pero a ver, no puedo, eso sería peor
todavía, porque me ha dicho mi marido que no lo haga, que ya soy muy mayor para
hacer tantas tonterías y que debo contener esos impulsos, pero es que no se
pueden imaginar los escozores que tengo, llevo toda la tarde como abrasada
viva, me siento carbón en llamas, ¡por Dios de mi vida! Hasta cuando voy a
aguantar, me escuece una barbaridad, me picotean como si yo fuera un
alfiletero, siento que de un momento a otro voy a reventar porque hasta me
siento arder, tengo un volcán dentro de mi cuerpo que de un momento a otro va a
entrar en erupción y voy a armar una… la fogata de San Juan no se puede
comparar, la madre que me parió, mira que pasarme a mí estas cosas tan raras…
pero esto, qué es por Dios, que ya soy muy mayor y que estoy muy sensible, que
ya no me pega a mí estar tantos días aguantando éstos irresistibles picores por
delante y por detrás, y encima ahora me ha brotado como unas ampollitas
pequeñas en medio de los senos que parezco una sandía abierta en canal, y me ha
dicho la doctora que éste Herpes Zoster da mucho qué hablar, que hay una
invasión ahora en Córdoba y me ha tocado la más dolorosa de toda la ciudad, ¡me
cachis en la mar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario