Yo tenía una vida cómoda y regalada
hasta que te conocí… Hoy te vi, ¡vaya que te vi! Te vi caminando por la calle
arrastrando tu pena como si no pudieras con ella…Eras todo tristeza y
pesadumbre, lo sé…Sé que estás deprimido y sin ganas de vivir, pero…A mí me
duele el alma, los sentimientos los tengo destrozados y no sé qué hacer…me
siento morir de dolor cuando pienso en ti…pues…Te imagino pensativo, callado, triste
y apenado…vacío en mi interior con un millón de preguntas que salen al aire en
una ventolera de pasión…Me dice que me quieres, que me necesitas, que deseas
abrazarme para saber que aún te pertenezco y que no hay nadie por medio…Y no lo
hay mi amor, que en mi vida tan sólo existes tú, y lo sabes, ¿verdad? Dime que
lo sabes, que te pertenezco en cuerpo y alma, que estás seguro de la fidelidad
de mis pensamientos…No llores, no pienses, no sufras por favor, no merece la
pena…Sí, sí…tú sí que mereces la penas porque lo eres todo para mí…Dicen los
susurros del viento…Y yo que los atrapo los recojo al momento y le digo…No
merece la pena seguir luchando por causas que escapan de las manos…pues... La
vida sigue marcando sus pasos por grandes avenidas y atajos... No, no, para mí
no sigue, si no que se acorta y me rompe a pedazos los días que no estás a mi
lado…Te quiero, te necesito...mi vida es triste y vacía sin ti...no sé cómo
vivir sin tus besos y abrazos… Dicen los susurros de nuevo... Me di la vuelta y
me fui a dormir... Soñé que estabas a mi lado, abrazado a mi cuerpo y diciéndome
te quiero... Tenía los ojos abiertos... No quería cerrarlo por temor a perderte…Tengo
miedo de que te vayas, y por eso no los cierro... Escúchame, ten paciencia, no
desesperes, ya sabes que tenemos una relación serena y tranquila…relajada, segura…estamos
hecho el uno para el otro…pues…Soy el agua que apaga tu fuego…Ese fuego que
arrasa en las entrañas cuando no te veo, pero a veces…Te veo cerca aunque estés
lejos... Son los sentimientos que atan y desatan el aliento en una nebulosa
latente que pende de un hilo sobre los enamorados…Le dije a las sábanas blancas
que te cubrían las espaldas…Tranquilo, espérame, no te preocupes, pero…Mírame a
los ojos y escúchame…escucha bajito, escucha cerquita, escucha sosegado…No hagas casos a rumores
malintencionados, despéjalos de tu mente, airea las ideas que llegan por ahí y
escucha tu corazón…Sé que me necesitas y que estás desesperado por abrazarme
de nuevo…pues…Me lo dicen los revuelos de mis cabellos al viento que recogen
los suspiros de tu pecho y los trae alrededor de mi cuello, que los miro, los
escucho y susurran…Me queman los labios de la ausencias de tus besos…Ven
rápido, sal de tu encierro y dime qué ocurre para que te sienta alejada de mi
cuerpo…no me dejes que tengo miedo…temo perderte y estoy llorando en silencio…me
estoy tragando las lágrimas del pecho…se están alojando en la garganta y me
ahogan con susurros de palabras…cuéntame tus iras, compártelas conmigo por Dios…pues…Hay
una raspa macabra en mi corazón que me pincha y envenena la mente diciéndome
que ésta aventura se acabó… Y yo que atrapo los susurros del viento, te busco
por calles ocultas, y al momento te veo en tus ojos llorando y sufriendo por
mí… No me vengas con dudas y lágrimas encendidas que yo te quiero y te amo con
todas las fuerzas de mi alma fundida... No te asustes mi vida que yo sigo aquí,
callada y dormida junto a ti…pues…Siento necesidad de tu pecho sobre mi piel,
echar la cabeza en tu hombro y decirte al oído…Barrunta la tormenta sobre mí…Estoy
perdida entre tinieblas oscuras que me aturden y tiran de pena hacia ti…Truenos
y relámpagos estallan en los cristales de ésta ventana con mil tintineos de luces
y sombras…me abruman y atormentan como esa culebra que se enrosca en mis
piernas y no me dejan dormir... que muero de ganas de verte y abrazarte, y me
duele el pecho de tantos susurros al viento que se alojan en mi garganta,
gritando con estas palabras que echo al aire… que las deje volar hacia atrás y
adelante…
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