Yo estaba separada con
un solo hijo y él tenía una novia en su país que lo esperaba con los brazos
abiertos…Jamás había visto hombre más guapo en mi vida. Alto y ancho de
hombros, me encantaba…parecía un gigante…mi gigante. Una mañana nada más vernos
quedamos fulminados de amor… Era enorme a mi lado, y cuando lo veía con su
uniforme militar caminando hacia mí, mil mariposas revoloteaban en mi estómago
haciéndome vibrar de emoción…Esas alitas de mariposas que revolucionan los
sentidos de las adolescentes y que las hacen reír y llorar a la vez…esas que te
hacían sonrojar cuando un chico te miraba con ojos de enamorados…esas que sentí
cuando a los quince años me enamoré por primera vez…Era un año mayor que yo,
medía uno setenta y cinco por entonces, y cada vez que salíamos juntos, los
amigos se guaseaban llamándonos la una y media, y después de tres décadas lo
conocí y éramos la misma pareja de una y media…Debe ser que me persiguen los
altos, porque me enamoran los sentidos de una manera que me hacen sonreír…Venía para una misión
secreta a mi país que duraría tres meses, los mejores meses de mi vida y que
jamás olvidaré…Pobre de mí y pobre de él…y de ella…pues…Ahora que han pasado
los años pienso que nunca sería el mismo al regresar a su país…Lo sé, ¡vaya que
lo sé! No sé por qué…pero algo en mi interior me lo dice como si en éste
preciso instante, él en la lejanía de la distancia, estuviera instigándome a
pensar en los días que pasamos juntos…hasta se me aceleran los latidos del
corazón, y me pongo tan nerviosa que me tiemblan las piernas de la fuerza de la
pasión que nos atrapó sin poderla detener, y…En éstos momentos
que mi vida ha dado un giro de noventa grados, y se podría decir que al final
encontré la paz y la serenidad en mi alma, aún se desvanecen por espacios de
segundos cuando…Esa liviana sensación me atrae hacia ti con tal intensidad que
hasta te oigo andar cerca de mí…oigo tu respiración en mis cabellos y siento tus
brazos cruzados en mi pecho, me besa el cuello y me dice…Todavía estás en mi
recuerdo…Me vuelvo para verlo, y una sonrisa se pinta en mi rostro y le digo…yo
también te quiero mi bello adonis...mi amante…mi todo…pues…Me salvaste de las
garras del infierno…Yo estaba separada con un hijo pequeño al que tuve que
sacar adelante sola y sin ayuda de nadie, gracias a Dios que estaba preparada y
jamás me faltó el trabajo…Mi marido me dejó justo cuando cumplió dos añitos,
así que no me quedó más remedio que llevármelo a la guardería donde ejercía de
maestra docente, y aunque por entonces me sentía amargada perdida, hacía
esfuerzos sobrehumanos para que no me lo notaran los niños, y menos las madres
a las que, por entonces, envidiaba con toda mi alma y en mi fuero interno las
veía gordas y charlatanas…pues…Toda yo era un arma de doble filo…estaba
enfadada con el mundo y lo único que les deseaba eran que estuvieran pasando
por lo mismo que yo…No soportaba verlas tan felices y despreocupadas de todo lo
que concernía a tener una vida holgada y bien acomodadas, además sabía que
hablaban a hurtadillas de mí y cada vez que las miraba se hacían señas y
disimulaban bajando la voz…Poco a poco me fui adaptando a mi nueva situación
dejando de lado los malos pensamientos, las iras y los rencores…pues…A fin de
cuenta no había nada qué hacer, los años pasaban y tenía un hijo precioso, el ser
más bello y guapo del mundo al que quería con locura, que no hacía más que
estudiar en su habitación, y cuando me quise dar cuenta estaba hecho todo un
hombrecito…Empecé a salir con las compañeras y lo conocí…Nos vimos una mañana y
nuestras miradas se cruzaron en una interrogante continua de ardor…fue
fulminante…Era la sensación más extraña y placentera que podía sentir en cada
poro de mi cuerpo, sabiendo que a él le ocurría lo mismo…pues…Un hilo magnético
nos arrojó al mismo abismo de pasión cuando nos vimos por primera vez… Empezamos
sabiendo que tarde o temprano se acabaría, y que cuando pasaran tres meses regresaría
a su país…Aún así no lo podía detener…No hubo engaños ni mentiras por medio…desde
un principio, estaba conforme y si volviera a nacer lo volvería a hacer…pues…Ha
sido lo más intenso de mi vida… Día y noche amándonos con pura pasión carnal,
la más carnal que una persona se pueda imaginar... Me reía…me reía como
una jovencita apasionada cuando me recorría la oreja con su lengua… su boca no
paraba de mordisquearme el cuello a besos lentos, echando fuego por su garganta
llena de deseo…me apartaba los cabellos y me decía... Para, para ya de reír y
yo lo miraba... Era tan guapo, ¡madre mía tan guapo…! ¡Cómo me gustaba mirarlo…!
Su mirada ardiente y bella sonrisa…era su
entrega total mi universo...Entonces era una adolescente, tenía quince años
cuando me enamoré por primera vez y era alto, muy alto y yo bajita, muy baja…éramos
la una y media…Y ahora estoy con un hombre que es un gigante a mi lado y después
de tres décadas siento la misma risa de pasión… Salíamos todos
los días y en cada encuentro una fogata terrible... Hicimos las peores locuras como
si fuésemos a morir…Pronto se acabaría nuestra historia y no quería
desaprovechar ni un instante junto a él…pues…Sabía hasta qué día sería el final…Se
fue un sábado por la tarde… Lo adoré y él a mí... Fueron los tres meses más
lindos y locos de mi vida que jamás olvidaré…Con el tiempo nos fuimos alejando…
El tenía familia allá y yo acá… Hoy sólo es el más bello recuerdo…Para mí,
después de mi hijo, es el hombre más guapo del mundo… Seguro ya no estará igual
pero en mi cabeza sigue siendo mi amado gigante…mi adonis…Nunca le pregunte si
se había casado... Después de cinco años de aquella historia me volví a casar y
todo quedó en el recuerdo…
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