¡Hola! ¡Aquí, estoy aquí…!
¡Vaya, parecen que no me oyen o no me ven! Mirar hacia arriba, alzad la mirada
hacia el cielo…Sí, sí…en el cielo… ¿Qué os creéis que no existe el cielo? Qué equivocados
estáis…pues…El cielo existe para todas esas personas que tienen un contratiempo
en sus vidas terrenas…o…Quizás ya tiraron la toalla por tantos desengaños,
dolores y sufrimientos…es verdad, lo comprendo, pero bueno, ¿qué os parece si
les cuento una bella historia de amor entre un hombre y una mujer? Apenas puedo
hablar, se me atragantan las palabras…palabras de amor, de ternura y emoción…Estoy
emocionada, muy emocionada y al fin hoy puedo llorar y reír de alegría y
felicidad…Antes no paraba de llorar…estaba tan triste viéndolos tan apenados…pues…Desde
aquí se ve todo lo que ocurre allí abajo, especialmente a los tuyos, a los
hijos pasándolo mal, claro que cada uno tienen su familia y poco a poco la
herida va cicatrizando, pero cuando se reúnen alrededor de la mesa y ven un
plato vacío y la silla ausente, lloran un poquito, es normal, me echan mucho de
menos, lo mismo que yo a ellos, pero mi marido…pobre marido mío y padre de mis
hijos, está muy solito y no hago más que pensar en él…pues…Quisiera que
rehiciera su vida, es joven aún y me gustaría que encontrara una mujer que lo
amara como yo lo amé en la tierra…eso me haría descansar en paz, porque aquí
una no duerme bien hasta que ve a los suyos felices y contentos allí…¡Ay amiga mía! ¿Quién yo? Sí, sí, tú…Voy a pedirte
un favor muy grande…bueno, tampoco es que sea demasiado grande, es más bien
pequeñito…Quiero que le digas a ese hombre que tú y yo conocemos tan bien, que me
siento feliz sabiendo que esa mujer lo va a querer lo mismo que yo, y que sepa
que desde el cielo les doy mi bendición…pues…En la época estudiantil, ella y mi
marido se gustaban, cosas de adolescentes, eran tan sólo un chico y una chica
de trece y catorce años que empezaron a tontear pero nunca llegaron a más, y fíjate
las vueltas que da la vida, estando ya casadas las dos, nos hicimos amigas a
través de los hijos en la puerta del colegio, pero luego ya cada una su camino…caí
enferma…Y por eso estoy aquí…No sabes cuántas lágrimas he derramado viendo a mi
marido solo, durmiendo solo, en una edad muy peligrosa…pues…Ni demasiado joven
ni demasiado mayor, pero es muy triste ver al hombre que tú has amado solo en
casa…una casa grande y vacía, que lo único que hacía era fumar, ver tele, comer
y estar sentado…Estaba muy enamorado de mí, y el pobre ha guardado luto hasta
la saciedad, y con mucho respeto, pero es lo que le vengo diciendo desde el
cielo…Busca una mujer que los hijos tienen su vida…deja de fumar, anda que es
bueno para la salud, mira que va a llegar el momento que no vas a poder ni
calzarte…Todos los días se lo pedía a los ángeles del cielo…pues…Esto está
inundado de ellos y de vez en cuando alguno baja, son los mensajeros que se dedican
a susurrarles muy bajito que tienen que cuidarse un poquito…Y he ahí el
milagro, obra divina de los vínculos del amor ese tan grande y tan fuerte como
era el que sentíamos los dos…Una mañana se levantó y se fue a caminar, y como
veía que se ahogaba dejó de fumar, y estando andando por esos caminos se cruzó
con aquella chica de trece años con la que en sus años mozos tonteó… Después de
cincuenta años sin verse el destino hizo de las suyas en éste precioso reencuentro,
donde se pusieron al día hablando de los hijos, los padres, la familia al
completo y de su ex… ¡Era libre lo mismo que mi marido! Me dio una alegría tan
grande que pensé que me iban a oír, imagínate si me ven, estaba como en una
nube, flotando de entusiasmo, cuando los vi despedirse prometiéndose tomar un
café…Café que tardó un año en hacerse realidad…pues…Estando una mañana andando
la vio cuando iba a trabajar…De ahí vinieron cafés, cenas y paseos…Al momento
envié a un mensajero para que susurrara a mi marido en el oído mientras dormía
que le diera los buenos días y las buenas noches, pero sobre todo que le
escribiera poesías de amor, que eso es lo que más enamora a una mujer…quizás le
moleste…pensó su subconsciente…No, no…mándaselas y ya verás lo feliz que la harás...Hoy
en día son una pareja de enamorados en la intimidad, aunque nuestros hijos son
conocedores de sus entradas y salidas…Nuestras amistades los apoyan y yo,
querida amiga, desde el cielo te agradezco que ames a mi marido como yo lo amé…pues…Ha
cambiado, lo veo súper feliz...La vida os ha cambiado a los dos a mejor y yo ya
puedo descansar en paz...
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