Sé que estás ahí, escondido, alerta,
esperando que dé un paso en falso…ya ves si te conozco…bueno no…En realidad
todavía no nos hemos presentado, ni nos hemos conocido…tampoco te he visto de
frente, en persona, tan sólo por una fotografía…claro que las fotos a veces no
hacen justicia…o puede ser que sea algo antigua y luego una se lleva un
desengaño…o al contrario…pues…Cuantas citas a ciegas se van a la deriva con tal
que se ven los personajes de esas historias que nunca llegaron a más que unas
palabras cariñosas y llenas de fogosidad…Yo estaba muy solita aquella tarde
cuando me lo tropecé por internet por medio de una solicitud de amistad…Automáticamente
la acepté, no sé porqué…Quizás fuera esa la persona que estaba esperando para que
me sacara de ésta monotonía que me abrumaba y de la cual no era capaz de salir
a flote…Toda mi vida se basa en una frustración y en mi cara se refleja la gran
amargura que me oprime el pecho…Y por eso me encuentro aquí, de rodillas,
rezando una oración como siempre, pidiéndole al Cristo del gran poder que me
ayude porque sola no puedo, aunque para ser sincera me he tirado esperando que
cambiara mi suerte desde que tengo uso de razón…Nací en un pueblo costero de
Málaga allá por los años cuarenta y tantos…Me crié entre dos hermanas y siempre
he destacado por mi belleza, cosa que en vez de ayudarme a ser mejor persona,
ha hecho de mí una mujer creída, prepotente y superficial, y allá donde iba,
miraba a las demás chicas por encima del hombro como si fuera la señora
marquesa, por lo que siempre tuve unos delirios de grandezas que al paso de los
años jamás se cumplieron…Mis padres nos educaron de la mejor manera que
supieron en aquellos tiempos, o sea, llegar virgen al altar. Oír misa todos los
domingos y rezar el rosario a diario, costumbre que sigo al pie de la letra…Siempre
estoy rezando y cada vez que paso por una iglesia entro y rezo…Debe ser que en
mi fuero interno esté esperando un milagro, aunque a éstas alturas de la vida soy
consciente de que sólo yo tengo el poder…Poder que imaginaba tener, pero cuando
llegaba la hora de la verdad nunca me atreví…He sido una cobarde toda la vida,
además de vaga y holgazana que faltaba al instituto todos los días haciendo la
rabona porque estudiar me aburría, y por eso apenas tengo estudios…En casa no
sobraba el dinero pero aunque he carecido de muchas cosas, no he pasado
hambre nunca, pero sí de bonitos
vestidos y buen calzado, porque la mayoría eran heredados de mi hermana la
mayor…Será por eso que cada vez que veía a las otras niñas tan bien arregladas
sentía rabia y mucha envidia…pues…Siempre quise ser el centro de atención de
los chicos por guapa…y lo era, ¡vaya que sí! Que cada vez que venían los amigos
de mis padres a casa le decían a mi madre que yo era la más bonita de las tres,
lo cual siempre lo he creído y quizás eso fue lo que me hizo tanto mal…Nunca he
querido estar como estaba, he sido una inconformista total aparentando y malviviendo
en una falsa utopía…Jamás he querido aceptar que soy una mujer normal y
corriente, además siempre he detestado a la clase obrera, y a los hombres
mayores que yo los rechazaba de tal manera, que lo demostraba con los gestos de
mi cara para que se dieran cuenta de lo que sentía, porque realmente siempre me
han llamado la atención los jóvenes altos y guapos, aunque quisiera amar
estando enamorada, cosa que hasta ahora no he sentido en mis carnes, pero la
ilusión de mi vida es que me toque la lotería…pues…Me gusta el lujo, el glamur,
la gente fina y elegante y lo único que me hace feliz es estar en sitios con
caché y prestigio…Siempre he creído que nací para ser rica, por eso mi vida es
una continua contrariedad porque jamás moví un dedo para cambiar mi situación,
sino que me la solucionaran, casarme con un ricachón, vivir en una chalet al
lado del mar y vivir como una marquesa…No acepto mi situación y por eso no soy
feliz…Tengo una vida inventada…He pasado los mejores años de mi juventud
rechazando a pretendientes tan sólo porque no los veía a la altura de mis pretensiones,
y la otra mitad coqueteando con tipos muy modernos y bien vestidos, ignorando
que lo único que buscaban en mí era una noche loca de placer y al otro día si
te he visto no me acuerdo…Al final, viendo que se me pasaba el arroz, me casé
con un militar por las estrellas que lucía y ahí empezó la tortura…pues…No
estaba enamorada y cada vez que hacía el amor cerraba los ojos para no mirarle
a la cara, además bebía mucho y le apestaba el aliento a alcohol, por lo que lo
evitaba, pero con tal de vivir como una marquesa soportaba carretas y
carretones…Y por eso estoy aquí chateando con éste hombre al otro lado del
cristal que me hace soñar…Y ahí empezó mi verdadero martirio…pues…Me enamoré,
¡vaya que sí! Que me enamoré o me lo quería creer para escapar de la vida
inventada con mis sueños rotos…
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