Vuelvo a reverdecer de nuevo…no
sé…cosas del destino...Quizás me equivoqué cuando te dije todo aquello y te
dejé marchar para volver con él, y ahora, ¡fíjate cómo estoy…! No, no…estaba,
porque mi corazón empezó a latir cuando te vi por aquí... Será que el buen Dios
quiso darme otra oportunidad para rectificar y encontrar la felicidad...
pues...Estaba triste, apenada, sin ganas de nada, sólo quería estar encerrada
en casa deseando que anocheciera para cerrar los ojos y llorar sin que nadie me
viera…Quería que el tiempo pasara deprisa... ya ves, qué absurdez…Cuando era
jovencita todo mi afán era tener la mayoría de edad para hacer lo que me diera
la gana, y lo hice, ¡vaya que sí! Que me dio por salir con unos y con otros con
tal que me gustaba un poco, y aunque no perdí la virginidad hasta los
veinticinco, me hinchaba de bailar abrazada en las discotecas pegada,
pegada...Hasta que conocí a uno que pasaba por allí y porque se me echaban los
años encima, y eso de pensar que me quedaría para vestir santos me obsesionaba
de tal manera, que cuando le pidió la mano a mis padres ni me lo pensé…Era
un buen hombre, pero en lo único que pensaba era en trabajar y ganar mucho
dinero…y se olvidó del amor…y de mí…Ya me lo dijo mi hermana la mayor que las
cazaba al vuelo y no le hice caso, y bien que me arrepentí, que me ha costado
lágrimas de sangre hasta que decidí tomar las riendas de mi libertad y como no
había hijos por medio, le dije que lo nuestro había sido un error por mi parte
desde el principio, y me fui a la capital a vivir donde me coloqué en una
residencia de ancianos. Gracias a Dios que estaba preparada, y la directora con
tal que me observó una semana, enseguida me puso de jefa de ordenanza. La
verdad es que gozo de una independencia económica que me da para pagar el
alquiler del apartamento y para mi sustento, ya que mi ex marido no me pasa ni
una peseta de las antiguas, ya que fui yo la que lo dejó tirado. El caso es que
cuando por fin empecé a ver un poco de luz conocí a un tipo que era de lo más
elegante y educado que me podía imaginar, pero algo egoísta e interesado, que
lo único que buscaba en mí era darse un buen revolcón y presumir delante de sus
amigos de llevar del brazo a una mujer de buen ver...pues...Sin ánimo de
presunción ni pecar de vanidad, es que estoy joven, guapa y hermosa, y claro a
su lado, parezco una rosa, aparte de que me lleva diez años…Entonces estaba en
una edad delicada, más de cincuenta pero menos de sesenta, no sé por qué me dio
por tener miedo a la soledad y eso de compartir los fines de semana enredados
entre sábanas, y luego cada uno en su casa, para mí era muy satisfactorio y me
hacía mucha ilusión ir acompañada de un señor, además es que me gustaba mucho
por su caballerosidad y elegancia, siempre tan bien vestido, tan pulcro y refinado…Quizás
fuera eso lo que me llevó a enamorar de él, que tan confiado estaba conmigo,
que aparecía y desaparecía cuando le daba la gana…Ya me lo decía una amiga
íntima que tengo desde la infancia, que lo conocía de toda la vida, que era un
chulo al que le gustaba rodearse de mujeres mucho más jóvenes y con buena
presencia física…En una palabra, que me tenía de mujer florero…El caso es que
en una de sus ausencias bastante larga lo dejamos…pues...Según él, se sentía
agobiado ya que llevaba muchos años separado y viviendo solo, por lo que le
dije que no se preocupara de mí…Me dio una depresión de caballo y volví a
quedarme otra vez encerrada en casa, hasta que te conocí mi amor…Tenía tres
años más que yo, estaba separado y no estaba mal físicamente, como decía mi
madre, era buen mozo…Lo malo es que vivía en la otra punta del mapa, por lo que
intercambiamos los móviles y todas las noches me llamaba…Estaba tan necesitado
como yo de compañía, y una cosa llevó a otra…Una mañana se presentó con un ramo
de flores y estuvimos una semana saliendo juntos como si fuéramos esposa y
marido…pero…Seguía pensando en él, por lo que cuando se fue le dije que lo
nuestro no tenía sentido…Se marchó triste, reconozco que lo utilicé para que
llegara a oídos de él, que nada más que enterarse que me habían visto con uno
volvió a mis brazos arrepentido y yo que estaba tan enamorada lo recibí en mis
brazos como si nunca hubiera pasado nada, pero ya lo decía mi madre…La cabra
siempre vuelve al monte…Y por eso me veo de nuevo contigo, al fin he
comprendido que nunca me quiso, si no que me tenía de mujer florero y el buen
Dios ha querido darme otra oportunidad de conocerte mejor…pues…En éste momento
de mi vida…Te quiero relajada y sin prisas, con pausa…y sin medida…Te quiero
como se quiere a esta edad tardía, con toda la serenidad de la noche y la
celeridad del día…Te quiero como para pararme en cada abrazo y quedarme quieta
a tu abrigo, mirarte a los ojos, reírme contigo y vivir un mundo de pasiones
desbocadas escondida tras las retamas de la juventud cercana…y es que te quiero
como nunca he querido…pues…Ya no tengo temores, ni dudas, ni sobresaltos, ahora
te quiero con tranquilidad absoluta, como si estuviera navegando por aguas
bravas y mansas a la vez…y durmiendo bajo la luz de la luna hasta un nuevo
amanecer…
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