Llegaste a mi vida sin esperarlo por una solicitud de amistad
que ansiosa acepté…Estábamos necesitados de besos y abrazos cuando nos cruzamos
en éstas redes sociales tan poderosas, que viviendo separados empezamos a
chatear… Y te siento en mis amaneceres…pues…Cada vez que te veo por aquí se me
encienden los pensamientos…y el cuerpo, ¡vaya que sí! Que se me nubla la vista
con imágenes pornográficas y las escenifico al instante hablando sola, ¿te
enteras? Y la lengua se me desata con frases insinuantes que dejo caer sobre el
teclado para que lleguen a tus oídos...y a tu sien...Y tú que estás siempre
compuesto y dispuesto a no perder ocasión alguna, la llevas a cabo in situ y al
momento arrastrándome hacia los arrabales, y me acaricias el cuerpo sin dejar
un pedacito de carne sin rastro de tu sed... y es que…Me conoces, ¡vaya que sí!
Que percibes mi estado de ánimo en la forma de dar los pasos cuando voy caminando,
intuyendo las dudas que empañan la telaraña que ensombrecen mis pestañas, ¡fíjate
si me conoces bien! Hasta los suspiros que me salen del pecho lo sientes
pululando por tu piel…Pero…escucha…que yo también te conozco, ¿sabes? Que tengo
miedo de los pensamientos tan atrevidos y deshonestos que me sonsacas cuando me
ves…pues…Merodean por las teclas antes de imaginarlos en la lectura de los
presagios, esos que atrapas como si fueras tú el que los vaya reclamando…y es
que…Te has convertido en la sombra de mis latidos, mis exigencias y mis devaneos…hasta
de los dimes y diretes que me afectan los malos designios de tus locuras y las
mías…pues... Estamos hechos de la misma pasta amor odio de los indómitos
mortales, siendo simples y normales como cualquier persona de una sociedad intransigente,
enmascarando los sentimientos tras los muros de la realidad, que no conformes
con el ritmo natural de las relaciones sexuales, tantean sigilosos por los
infiernos consumidos y devorados por las tempestades del alma…y por eso
somos…Presa fácil para las emociones furtivas que se fugan tras los cambios
hormonales, cuando la juventud y la edad madura se enfrentan en una batalla
infinita de deslices platónicos…o…pasionales…pues…Dicen las malas lenguas que
la locura no tiene cura, y verdad debe ser cuando... No hay nada más
apasionante que subsistir a las terribles hordas de la apatía sexual sintiendo
brotar en el espíritu esa semilla inmortal… Y estando en estas tesituras, me
veo sentada en horcajadas sobre sus rodillas, chocando mi pecho con su panza
brava…y él observando los gestos de mi cara estupefacta, me sonríe diciendo...
Orgulloso estoy de ella...Y riéndome de su guasa, le muerdo el cuello y al
momento me siento envuelta en una fogata de llamas que desprendía el rastro de
sus manos por cada vértebra de mis espaldas, que…Entregada como estaba al
laberinto de sus entrañas, le susurro muy bajito todo aquello que tanto me gustaba…y
él…Solícito y obediente se deja mecer por la osadía verbal de mis palabras, que
con…Sibilina y suspicaz plegaria se iba enroscando por los pliegues de su oreja,
arrancándole suspiros que su garganta estrangulaba con la saña de mi avidez… ¡Ay
Señor, Señor…! ¿Por qué me hiciste tan terriblemente carnal? ¿No ves que ya no
le pega a las canas ni a las marcas de la edad? Pero es que… Estás como para
perder el sentido y cometer mil locuras cuando te veo balancearte entre mis
piernas…pues…Eres el lazarillo que guía las emociones de mi desequilibrio
sentimental, perdiéndome en los gemidos que salen de mi alma con tal que te
dedicas a merodear por el monte del oscuro canal… Debe ser que eres experto en
el arte del buen amante que paciente espera, o quizás…Sea yo la que
sigilosamente te vaya indicando el camino a seguir tras las teclas del sentir,
hasta que me derrites con leves gemidos mordiéndome la garganta a través del
cristal…Y tú, alerta a cada sonido del eco de tanto espionaje que hay por éstos
antros…Tapas mi boca acallando los gritos que me arrancas del pecho cuando te
abalanzas a todo gas sobre ellas abriéndose de par en par…y…Esa danza del
vientre que bailotea contigo haciéndote remar para adelante y atrás como
barquero perdido en alta mar, se embravecen en aguas arremolinadas cuando me
escribes…Juguemos amor mío a los médicos y prepárate que te voy a auscultar…y…
Como niños traviesos nos liamos a investigar por aquí y por allá hasta que
desnudos de palabras y sin ropa nos quedamos al aire libre de carnes…y de
pensamientos que atraviesan la mente cuando se está navegando a
contracorriente, entregados a la lujuria que ata y desata la aventura de la
locura pasional, que antojadiza y caprichosa, nos empuja a caer en ese abismo
infinito de pasión, donde tan sólo estamos tú y yo dejándonos mecer por la
fuerza de la corriente…y del vaivén extrasensorial…
No hay comentarios:
Publicar un comentario