Estás ahí, lo sé, no te escondas, ya sabes que te siento y te
veo…Venga, sal ya de tu escondite, mira que al final no aguantas y te
rindes...Mil caras, mil caras tenía regalada dentro de su ser cuando lo conocí
a usted, pero que yo no las quería, ¿te enteras? pero con ellas me encontré,
¡vaya que sí! Que están invadiendo mi espacio emocional con hambre y con sed,
pero…Escucha…¿Quién yo? Sí, sí tú…No pienses que estoy hablando con ese o
aquél…No, no…para nada, que sabes bien que me refiero a ti, así que no te hagas
el tonto ni disimules tanto, que para actuar ya estáis bastantes tipos
invadiendo éste espacio de la red donde abundan tal cantidad de solicitudes de
infieles, que entre risas y lágrimas se aceptan por entretener las largas
tardes de septiembre…pues…Dicen las malas lenguas que es en ésta época cuando
más depresiones atacan las soledades en edades otoñales, y chateando se
espantan todos los males, sobre todo personas que viven solas, pero hay algunos
tipos que, con argucias y buen trato, se valen de éste medio para seducir a
jóvenes inocentes o a mujeres desencantadas de sus maridos, que pasado de los
cincuentas, las ignoran para buscar carnes fresca por otro lado, como si sus
esposas ya no tuvieran sentimientos y deseos de amar y ser amadas…pues…Estando
metida en mis quehaceres cotidianos, me encuentro a uno de esos tíos cachas,
guaperas, todo atlético de los pies a la cabeza, típico buitre cuarentón…Sí,
sí…esos que están siempre oteando desde lo alto a la presa fácil y se lanzan en
picado a por ella…En un mensaje privado me dice con mucha sutileza que le
habían encantado unos versos míos, ponderándolos de geniales y sensuales como
si fuera una obra de arte, y a lo bajini saca su hacha de guerra adulándome,
¡vamos que estaba tanteando el terreno para seducirme…! Hasta se atrevió a
preguntarme la edad, para seguidamente soltarme a lo bestia si me gustan los
hombres más jóvenes…¡Jolines! ¿Es así cómo se liga ahora? Claro que una está de
vuelta de toda esa parafernalia barata y paso palabra…pues…Éstos hombres que
van por la vida muy gallitos, en el momento que dan con una mujer rebelde, que
se ha hecho a sí misma, defensora empedernida de las causas perdidas y que ha
pasado por tantas calamidades, la verdad y sin ánimo de presumir, es que me los
zampo con patatas fritas…pero a lo que iba…Que sepas que ya no te deseo tanto
como antes, ¿te enteras? Debe ser esta edad tan dúctil que tengo, que todo lo
suaviza y me lleva a pensar que lo mejor siempre estará por llegar…pues…Le
estoy dando vida y aliento a la idea de dejarme encontrar, porque sí tú cuando
me ves te vas hacia otro lugar…yo haré lo mismo para que me vea ese o
aquél…y...¿Sabes qué te digo? ¿Qué, qué…? ¡Hala! Ya le salió la osadía
patriarcal como si una no hubiera tenido nunca padre…que lo tuve, ¡vaya que lo
tuve! Que por cierto, era muy intransigente, bastante dictador y machista hasta
la saciedad, que nos tenía a las tres chicas reprimidas y nada de hacer
manitas, en cambios a los chicos, alas y a volar…pues…A las mujeres de mi
generación nos educaron a llegar vírgenes al matrimonio, y una no se comía una
rosca antes del altar, ¡vamos! Como si las ranas que habitan entre cañaverales
tan sólo sirviera para sentarse en las rocas y ponerse a croar…Y es que me
tienes aburrida tío…¿Ahora me llamas tío? Sí, ¿pasa algo? No, pero como ayer me
decías muy acaramelada…Eres el único hombre de mi vida…¿Y? Le contesté
plantándole cara…Se quedó callado sin decir nada…¡Míralo! Ya lo he dejado
caos…¡A mí, a mí me la va a dar…! ¡Venga hombre ya con tantas pamplinas y escusas
baratas! ¡Que no me la das y punto! Que te has dado la vuelta cuando me has
visto pasar para no estar conmigo…pero…¿Tú qué te has creído que soy yo? Una
muda de quita y pon…pues…Así es como me has tratado, como una camiseta o un
pantalón, como si no tuviera corazón…Y lo tengo, ¿te enteras? Que soy muy
sensible aunque parezca lo contrario…Se quedó sin habla, más callado que en
misa…Lo que ocurre es que estás acostumbrado a verme siempre fuerte y
valiente…y lo soy, ¡claro que lo soy! Pero porque yo misma me planto cara ante
el espejo y me doy fuerzas para seguir adelante, porque si no, ya me habría
derrumbado con tus desquites, tus desprecios y salir corriendo cuando te hartas
de mis besos, porque bien que te hinchaste el otro día, ¿te enteras? Que estuviste
buscándome como un loco hasta que me encontraste, ¿te acuerdas…o ya lo has
olvidado? ¡Una semana entera siguiéndome el rastro hasta que me encontraste! Y
muy sutilmente me arrastraste detrás de aquella pared para comerte mi boca…y mi
piel…y claro, una es tan débil, porque…No sé qué es lo que tienes que me
debilita tanto y a la primera de cambio me derrites como si fuera un helado
expuesto al sol…debe ser que estoy enamorada hasta las trancas de ti, porque es
verte y volverme loca de pasión…pues…Me encantas, ¿sabes? Me gustas un montón,
y mira que hago por olvidarte en los brazos de otros hombres, pero se ve que
no, que no me sacas de la cabeza…ni de mis pensamientos, que estás ahí todo
clavado como un puñal incandescente en medio del pecho lacerándome las ansias
de sexo, porque realmente es puro sexo lo que a ti y a mí nos mantienen vivos,
que somos como esos perros callejeros que andan buscando carne fresca para
saciar ese insaciable apetito carnal…
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