Qué triste y vacua es la vida sin ti…las horas pasan y
apenas siento mi latir…en mi mente siempre tú…tus caricias, tus abrazos y tus
ardientes besos…me gustan tanto… Son los recuerdos que se quedan enarbolados en
ellos y me llegan como suave brisa a través de los cabellos enredándose alrededor
de mi cuello…Me acostumbraste a verte todos los días y ahora, fíjate…han pasado
tres días sin saber de ti y ya tengo el corazón en un puño, como si temiera
perderte, ¿sabes? No sé qué es lo que pasa por mi mente, pero se me desorbitan
las razones y me quiero morir…Quisiera tenerte a mi lado constantemente…vivir
contigo, pasear juntos de la mano como cualquier pareja normal…Quizás entonces
no te desearía de esta manera tan carnal…pues…Te deseo como para estar toda la
vida comiéndote a besos…no debe ser bueno esto que siento, por eso…Quisiera
apartarte de mí, alejarme y no volverte a ver jamás, pero no me dejas, ¿te
enteras? Estás arraigado en mis adentros y no me sueltas…Tengo miedo de éstos
sentimientos míos tan encarnizados porque dicen por ahí que hay amores que
matan y ya no sé si es que te quiero a morir o es que muero por ti…Desvarío, se
me agotan las pasiones y se me escapan de las manos las emociones de mi
cuerpo…pues…No sé ya cómo parar éstos sentimientos tan fuertes que dominan la
fortaleza de mi mente, y eso que dicen que es poderosa…No, no…para nada, que está
en ruinas…desbaratada…ella no piensa ni recapacita…ni siquiera reflexiona en
dilucidar el bien del mal, sólo se deja llevar por el aire de su
arbitrariedad…Siente y actúa al libre albedrío de los avatares diarios, como si
tuviera el mando de mi existencia…pobre mujeres, que como yo, se dejan abatir
por los delirios apasionados de las emociones de sus sentires…pues…Mis latidos van
a mil cuando te veo y si no te veo también…Tendré que hacer algo rápido porque
la nostalgia invade mi entorno, y el desánimo oprime mis brazos, que inertes,
caen a los lados como si fueran dos palos sin sangre que circulen por las venas,
dejándome inánime…Te tengo clavado en el alma desde que te conocí… Tu sonrisa
siempre en mí, allá donde mire te veo sonreír como si quisieras decirme
algo…dime…¿qué quieres? ¿Por qué no te vas de mi pensamiento? Si ya sé que no
estás aquí…Lo conocí a través del chat cuando me envió una solicitud y nos
hicimos amigos, sólo amigos, sin pretensiones a llegar a algo más que una
simple y mera amistad, y cosas del destino, me llegué a enamorar como una
adolescente…Tenía esa sensación inocente cuando una llega a besar por primera
vez a su chico… ¡Dios mío, cómo me gustaron sus besos…! Me encantaron y desde
entonces lo tengo grabados en el sentimiento como si fueran eternos…no se
olvidan nunca, ¿te enteras? A veces parece que los siento en la boca de nuevo
cuando el aire se lleva mi melena al viento y los atrapa sin consentimiento, o
puede ser que tú me pienses en ese mismo momento…no sé…misterios inexplicables
de las pasiones ocultas que aún están por descubrir…Secretos de los amantes
infieles…Recuerdos, simples recuerdos de los amoríos que se hacen dueño de los cotilleos
que pululan por los tejemanejes que tiene el eco en su avatar… Es tu recuerdo
mi amor, ese recuerdo que tengo de ti cuando te quedaste prendido de mí al
verme aparecer por primera vez…No esperabas que fuera tan bonita, me dijiste,
¿te acuerdas? Quizás lo olvidaste…puede ser… ¡Ay los hombres…! Sois tan poco
románticos…y menos cuando llegáis a cierta edad…pues…Siempre entráis a matar y
poco más, además ha pasado tanto tiempo ya, pero a mí no se me olvidará nunca
la expresión de tu cara, y menos la sonrisa de tus ojos, que sin palabras, me
lo dijiste todo y yo no pude menos que sonreír…hacía tantos años que no me decían
un piropo tan lindo e inocente…Me enlazaste por la cintura y sentí el temblor
de tus manos al arrimarme a ti…y el fuego que emanaba de tu pecho que me
traspasó todo el cuerpo y apenas me salía la voz…¡me vino un calor! Me puse
colorada como un tomate y por un momento me quedé sin saber qué decir…me puse
nerviosa, ¿te enteras? Debe ser por eso que al cruzarse los besos de cortesía en
la cara, los labios se rozaron, ¡madre mía de mi vida! Me quedé sin respiración
y un cosquilleo relámpago me atravesó desde los pies hasta el último pelo de la
cabeza… Enseguida te diste cuenta de mi nerviosismo y al momento te hiciste
dueño de la situación como diciendo…La tengo en el bote… ¡Vaya que sí! Que me
dejaste hecha polvo, caos…y nos hartamos de risas y de besos…Y ahora ya ves,
tus besos siguen aquí, grabados en mi pecho a fuego lento quemándome por fuera
y por dentro… Debe ser que con el roce se tus labios se hubiera detenido el
tiempo en mi boca…y en mis adentros…
No hay comentarios:
Publicar un comentario