Ya no puedo soportar más que te duela
mi ausencia, no puedo…Sentía en mi pecho unas punzadas que me atravesaban el
alma…¡cómo me dolía madre mía la garganta…! Apenas veía a las personas que me
saludaban cuando se cruzaban conmigo, tan sólo lo buscaba…pues…Podía sentir en
su boca mis ausentes besos…me ardían los labios…yo sabía que estaba perdido
entre la gente con ganas de mí…lo conocía tan bien…Y por eso salí enseguida en
tu busca, tenía que encontrarte para decirte cuánto te quería…y te quiero,
¡vaya que te quiero! Que ando como loca por la casa hablando sola con las
paredes…y con tu sombra, ¿te enteras? que no pasa un sólo momento que no estés
tras de mí persiguiéndome en los pensamientos…No sé qué hacer ni cómo salir de
éste embrollo que no tiene ni pies ni cabeza, no hay quien lo entienda…El caso
es que andando los caminos, de repente me encuentro con tus brazos rodeándome
la cintura, presionándome en un vaivén de cautividad a la que no me puedo
resistir…pues…Me encantaba sentir toda la pasión que transmitían sus atrevidas
caricias hacia lo más profundo de mi ser…Era de lo más provocador y excitante a
la vez, al mismo tiempo que su boca y la mía se balanceaban en un requiebro de frases
ininteligibles, de las cuales tan sólo me despegaba para respirar aire…¡Aire,
aire! Necesito aire fresco para mis pulmones que estan llenos de fuego y me
quema hasta las puntas de los cabellos…Toda yo soy una mecha ardiendo cuando siento
tu aliendo alrededor de mi cuello…¡qué besos tan ricos…! me encantan…¡Cómo me gusta que me lo recorras susurrándome palabras de
hombre enamorado…! Entregado…hechizado por las ansias que despiertas en mí…en
mis carnes…me conoces ya tan bien…Sabes perfectamente qué decirme en cada
momento y qué tecla tocar de mi cuerpo…Eres como ese encantador de serpientes que
se ven en las calles de Oriente…pero…yo soy la única que te pervierte tocando
la flauta…tu flauta…Parecíamos unos adolescentes en sus primeros roces
sexuales, donde las pasiones se disparan hacia lo prohibido…Nunca me cansaré de
ansiarte, mi amor, de quererte hasta que te arranque de mis entrañas y me lleven
al olvido…hasta que se paren los latidos de mi corazón…yo siempre ahí…Me dice
entre sueños las voces del anochecer en el silencio apagado por la oscuridad…Estamos
locos, somos unos pervertidos, incansables e indómitos amantes de lo
prohibido…No, no…eso no…pues…Tan sólo nos necesitamos para seguir viviendo como
cualquier pareja normal y corriente, como si eso pudiera ocurrir alguna vez, que
ni siquiera por casualidad se daría ese caso normal…Estábamos a la merced de
los deseos persistentes de nuestro cuerpo que sin poderlo evitar nos hacían
preso, y como en una cadena de circunstancias prohibidas, saltábamos a la
deriva del amor que sentíamos tú y yo…Y por eso me hallo aquí, clamando
justicia para mis cuentos, mis relatos que le dice al sueño…No quisiera despertar
jamás de esta eterna juventud que siento en mi existir…Ten piedad de mis
humildes versos rotos con la sangría que hago de ellos destrozando la prosa
narrativa de la poesía cuando le grito al tiempo…Te imagino buscándome como ese
eterno enamorado, joven o entre cano, con arrugas en el rostro y andar pausado,
lo mismo que yo, que a pesar de los años, mi corazón late como mocita en la
edad del pavo por un beso de mi amado y así, como en aquellos cuentos de hadas
que leía cuando me creía princensita encantada, sigo esperando a mi caballero
armado con escudo y espada para que me alce en volandas a la grupa de su
caballo, apoyada mi cabeza a sus espaldas, escuchando las palpitaciones de su
pecho en las sienes de mis sueños que me traspasaban el alma, y me lleve
trotando donde no se oiga nada más que los suspiros de la noche oscura bajo la
luz de la luna…¡Oh madre mía! ¿Cuándo dejaré de ser una niña? Todavía creo que
mi amor será para toda la vida y aún no me he dado cuenta de que los años se me
echan encima y que hay que ser realista…Me niego, me niego…todo mi ego ancestral,
desde los pies a la cabeza se niega a madurar…pues…Soy la causante de sus locuras
y aventuras pasajeras llenitas de frases frescas, donde no hay mención a las
palabras honestas, tan sólo una socarronería de halagos y caricias desde la boca
hasta las piernas pasando entre ellas…pues…Gritos, suspiros y gemidos se
mezclan en un variopinto mestizaje de lujurias y besos salvajes…Bésame,
bésame…le dijo junto al oído atrayéndole a lo fiera…y él me abraza con fuerza y
me contesta…reina mía…mi reina…y me amarra a su cintura y me hace suya…y yo que
lo quiero tanto me entrego sin reparos…y sin verguënzas…en un abrazo infinito
de tirabuzón…
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