Un día más sin ti, sin
tus besos...sin tu amor... Y yo aquí esperando, siempre esperando que tengas
tiempo para mí... La vida me puso la zancadilla de la muerte...pues... Por ti muero
cada día que no logro verte ni tenerte junto a mí… Ya ves, soy así de infantil…debe
ser que nunca crecí, me quedé prendida en una nube, siempre volando…No me gusta
la realidad, prefiero soñar…fantasear con cuentos y novelas de amor…Me gustaría
estar allí, en esa edad llena de libertad…despreocupada, tranquila, relajada…No
como ahora que vivo sobresaltada, con el corazón en un puño pensando en ti,
muriendo un poco por ti, y es que aún no me he dado cuenta de que nadie muere
por nadie, que todo se supera y que la naturaleza sigue su ritmo…No debe ser
natural éste sentimiento mío tan fuerte e inmortal, como si continuamente se estuvieran
renovando las etapas rebeldes de la vida, esos amores prohibidos, imposibles…Romántica
niña mujer que nunca va madurar…Pura esencia de la pasión en su más ferviente
ardor…Me sonrojan mis palabras, me asustan y asombran mis propias conclusiones…
Quizás me equivoqué al fijarme en él…no sé…tal vez me quedé en la edad juvenil,
esa época en lo que todo se engrandece, en la que cualquier roce duele como
puñales clavados, dándosele una importancia mortal, como si se acabara el mundo
cuando a una la dejan por otra, ¡vaya que sí! Todavía me acuerdo lo que sufrí
cuando a los dieciséis años mi chico se fue con otra, ¡madre mía lo que lloré! ¡Me
hinché de llorar! ¡Qué cosas por Dios! Y ahora ni siquiera recuerdo su cara…han
pasado tantísimos años…En éstos momentos en los cuales me encuentro, con ésta
edad que llaman por ahí, edad madura, me he enamorado y estoy como si no
hubiera pasado el tiempo por mis sentimientos. Estamos igual…pues… Deshojando
una margarita estoy como cuando era una jovencita, perdiendo el tiempo, ¿te
enteras? ¿Quién yo? Sí, sí tú, y…¿sabes que te digo? que la edad del pavo la
pasé hace años, ¡vaya que sí! Que una está ya de vueltas de tantas miserias,
que yo lo quiero todo o nada, que a mí las medias tintas ni hablar…Y dejándole
con la palabra en la boca seguí mi camino mascullando entre dientes…Éstos
hombres son unos inmaduros que no saben lo que quieren, no tienen decisiones
propias, están ahí como niños perdidos, esperando que una tome las riendas y
los saquen de esa nebulosa de algodón…Éste hombre no me quiere de verdad, lo
único que soy para él es un desquite ante la situación sentimental que
vive….pues…En el fondo le gusta estar ahí, acomodado en su sofá, claro que le
avivo el fuego que lleva en sus adentros porque se lo apago con ansiedad y deseo,
ese deseo voraz e insaciable que siente por mí o por cualquier otra mujer que
le hubiera seguido en sus devaneos…y por eso…Me siento tan triste, tan apenada
de ver cómo pasan las semanas y los meses y sigues estando en mi corazón como
si fueran los latidos…pues…Late por ti…para ti…No sé qué debo hacer para
olvidarte, no sé…Incluso he coqueteado con otros hombres para ver si así te
ibas de mi cabeza, pero no, sigues en ella anclado como áncora al fondo del mar
y yo barquichuela mecida al vaivén de tu amor, porque me tienes bien pillada, ¿te
enteras? Y lo sabes muy bien…Sí, sí…Sé que lo sabes porque hoy sentí todo ese
poder que tienes sobre mí, ¡vaya que sí! Que me fulminó como un rayo de luz…Fue
sólo un segundo, pero enseguida lo capté…pues…Pasaste por mi lado todo seguro y
sonriente, ufano diría yo, así como muy poseído de tu gallardía…estabas guapo a
reventar, ¡madre mía, qué guapo! Que me quedé sin respiración…Estabas como para
darte un revolcón de los míos y dejarte desarmado…Tenías una chispita en los
ojos que tililaban con la brillantez de las estrellas…Y yo que te conozco tan
bien te dije cuánto te quería y cómo te amaba con la sonrisa enmascarada…Y tú
sorprendido perdido te quedaste boquiabierto pensando si salía o entraba…pues…Por
mucho tiempo que te alejes, pases de mí y te vayas con otra, al final siempre
estaré en tu corazón…Más o menos como yo, que estuve un año enterito liada con
un tipo sólo para poder olvidarte y no hubo manera, y mira que puse empeño,
pero se ve que hay algo más fuerte que yo que no me libera…Y por eso me
encuentro aquí, llorando a lágrima viva, arrepentida de todos los besos que le
di a ese hombre que sin darme cuenta me arrastró con palabras ardientes de pasión…Las
mismas que utilizaste tú cuando me conociste, ¿te acuerdas? ¡No, no me acuerdo!
¿Cómo que no? ¡Claro que las recuerdas! Lo que pasa es que no te está gustando
todo lo que te estoy contando, lo sé, en el fondo eres tan celoso como yo y
nada más que pensar que a otros entregué mis caricias te llevan los demonios…No
me llores mi amor, no me llores que se me rompe el corazón... Te siento, te
oigo, veo lágrimas rodar por tu rostro y la tristeza te empaña la mirada...
Tengo las manos vacías, sin las caricias de tu piel... Tengo el alma rota de
tanto querer y no poderte tener... Me duele el pecho, los brazos me tienen
oprimida, cruzados sobre mí... Te quiero, lo sabes, sé que lo sabes porque me ves
en tu piel, tus sentimientos, tu voz... Tus quejas que son las mías, las que
nos arrastran a seguir esperando que pasen los días…Días tristes y amargos para
mí son los que no me dejan vivir, y por eso me encuentro…deshojando margaritas…
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