Te esperé mi amor, bien lo sabe Dios del cielo que estuve
esperando durante meses y años, y ahora que has aparecido, no sé qué hubiera
sido mejor, haberte conocido o haber pasado de largo…Si tú supieras lo que te echo
de menos vendrías rápido como el viento…Si tú supieras lo que estoy pensando en
éstos momentos, te enredarías entre mis pensamientos y te quedarías prendidos
en ellos…pues…Son tan fuertes los sentimientos que brotan de ellos, que hasta
los suspiros se me agolpan en el pecho y salen echando fuego…¡Ven a mis brazos!
Ven pronto a mi lado, mira que mis labios desesperan por tener tus besos en mi
boca y en mis caderas…Y vino a todo gas presentándose ante mí con casco de
motero y gafas negras al escuchar mis quejas, y aferrada a su cintura nos
perdimos como ángeles del infierno a lo largo de la carretera… pues… Somos
iguales mi amor, ¡vaya que sí! Para el bien y el mal somos tal para cual…Sé de
tus necesidades que son las mías, necesitas constantemente que te presten
atención, como a mí, que te mimen y te digan palabras bonitas verdes de oír y
besos carmín…Eres tan presumido como presumida yo…Te gusta coquetear con la
mirada de las mujeres guapas, como coqueteo con jóvenes, maduros y tíos buenos,
sobre todo ahora que estamos en edad peligrosa…Esa edad en la que los
sentimientos sucumben a un souvenir de aventura y alocado corazón, o un buen
plan sin conjeturas que ni viene, ni va…pero…están…pues... Tú estás ahí
ahora…Latente, sensible y sentimental…Te enamoras fácilmente de cualquier
señora que te mire con interés, te sonría y poco más…Y por eso hoy estoy triste
mi amor, porque hace días que no sé nada de ti y temo perderte, que me
olvides…pues…Dicen por ahí que cuando la cosa está hecha, el amor se va y digo
yo…¿No será que te cansaste de mí? ¡Malditas dudas que arrasan con las formas y
maneras de señorita educada a la antigua usanza de los guateques, la bamba y
bailes de salón! Me duele…me duele el alma pensarlo mi amor, nada más que
imaginarlo se me abren las entrañas de rabia y dolor al quererte con ahínco,
ansiedad y algo de rubor…Temo estar a la deriva de tus antojos, tus deseos
desorbitados por mi…y por otras, que como yo, escuchan la ansiedad de tu
voz…Tengo miedo que lo nuestro se acabe, mucho miedo, por eso te pido que me
digas qué es lo que está pasando a tu alrededor…Dímelo de una vez por favor, no
me dejes con ésta inquietud que me aterra el alma y me oprime la garganta…Mira
que me conozco y me pierdo entre catacumbas infernales…pues…Los demonios de mi cuerpo
ya están en cónclave de malas artes y escupen sobre ti el peor de los venenos,
gritándome al oído que te han visto rondando a una rubia de hermosas caderas y
posaderas redondas y gruesas, esas que tanto te gustan mirar de reojo, rozar
con tus manos y estamparte contra ellas con ganas y con eso que llaman deseo…Como
la última vez que hiciste conmigo, ¿te acuerdas? Que me sentaste sobre tus
rodillas con las faldas hasta arriba, y me amarraste por la cintura mientras me
pasabas la lengua por las espaldas, que cada vez que la sentía húmeda en cada
vértebra me sacudían unos cosquilleos que me recorrían por todo el cuerpo
haciéndome temblar, y suspirando te decía…¡Ay madre mía…ay madre mía…! Y ahora
fíjate cómo me has dejado, ¡más sola que la una! Nunca aprenderé, y... ¿sabes
por qué? Porque te quiero con la sinrazón, sin lógica, solamente por eso y
contra esa irracionalidad, no hay fuerza humana que la convenza de lo
contrario, pero…escucha…¿Quién yo? Sí, sí, tú…No te hagas el desatendido que
nos conocemos y sabes perfectamente que te estoy hablando a ti, vayas a pensar
que se lo estoy diciendo a otro…que podría, que una no es de piedra y edad
tengo como para haberme enamorado de unos cuantos, que la vida es muy larga y
las personas somos como las serpientes, lo mismo mudamos de piel como de
sentimientos y una va evolucionando con los años, ¿te enteras? Lo que antes
veía negro, ahora lo veo blanco, y si me paro bien, el gris aparece en menos
que canta un gallo, pero a lo que iba, que…Me importa muy poquito que me dejes
tirada como una perra porque no me siento como tal, sino que en lo más profundo
de mi espíritu, me siento como una mujer amada de verdad…Con garras, con deseo,
con vehemencia y espontaneidad, con pasión…como a mí me gusta…pues…Parejas
perfectas pocas hay, que haberlas haylas, ¡seguro que sí! Pero qué poquito
duran madre mía…Además que me gusta, me encanta y me enardece, me estimula para
seguir amándote, y…¿sabes que te digo? Que más feliz es el que ama que el
amado, aunque pase noches oscuras y en desvelos, mil temores acechen mis
sueños, y se me enturbien los sentimientos con malas artes… pues…Los demonios
de mi cuerpo se sublevan entre sí escupiendo veneno contra ti y esos cambios de
actitud que tienes podría entorpecer la relación que nos mantiene vivo e
imperfectos… Tengo miedo que lo nuestro se acabe y que a otro hombre ame...
pues…Son amores imperfectos pero llenos de fuego, calenturas invernales,
sentimientos descontrolados, dominantes, esos que me empujan a gritar al mundo
entero…Estoy viva porque quiero con denuedo y rebeldía…
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