jueves, 28 de enero de 2016

EL MAYOR DE MIS SECRETOS.- (MICRORRELATO) 2ª





Volví al pueblo que me vio nacer a vivir con mis padres que ya eran mayores, pero todavía se las apañaban muy bien, lo peor fue cuando a mi padre le dio un ataque al corazón y Dios lo recogió, de tal manera que nos quedamos las dos solitas. Mis antiguas compañeras del colegio eran abuelas, otras viudas viviendo con sus hijas, y otras casadas que se iban de viaje para arriba y para abajo, menos yo porque tenía que cuidar a mi madre que enfermó de repente y sin reconocerme siquiera, ya que mi único hermano estaba trabajando en Alemania, pues en los años sesenta salieron miles de españoles que emigraron hacia el extranjero, sobre todo gallegos, y muchos no volvieron como en su caso, dejando aquí a su novia, y en una de las navidades que vino a verla, la dejó preñada. En aquella época se decía preñada o en cinta, en una palabra, que se casaron y se fueron deprisa y corriendo para guardar las apariencias, pues aquí en los pueblos pequeños, todo el mundo se conoce y hubiera sido el blanco de miradas y críticas…Me sentía sola, aburrida y muy triste y se me pasaban las horas sentada frente a mi ventana, perdida la mirada en la lejanía…Era como si estuviera esperando algo o alguien que me sacara de ésta lasitud…Dentro de mi alma había un vació tan grande que a veces los suspiros salían de mi pecho pidiendo auxilio…Se me atropellaban los sentimientos a golpes de ansiedad…Pensaba que los años se me pasarían y tan sólo la muerte me llevaría sin pena ni gloria, como si yo no hubiera nacido, ni existido…Llegó la primavera y los días eran tan largos que solicité una sillita de ruedas para mi madre. Todas las tardes la empujaba hasta el parque donde me hice con el grupito de solteronas de toda la vida del pueblo, que aunque no eran tan feas como yo, eran poco guapas, además pertenecían al coro de la iglesia y eran más puritanas y beatas que las mismísimas monjas, pero al menos nos hacíamos compañía y de alguna manera, los días no eran tan solitarios. Llegado el invierno quedábamos en casa de una para tomar café con dulces, y luego nos dedicábamos a jugar al bingo, pero sin dinero, con habichuelas y garbanzos, más o menos como se hacía en el año la nana…Y por eso les cuento…Tenía una depresión de caballo, porque la verdad, me aburría un montón con mis amigas que lo único que hacían era cotillear y hablar de los programas de la tele, esos que se llaman basura, o sea todos esos reality showy, que para ser sincera y con todos mis respetos hacia las personas que lo ven, nunca me han interesado, y por mucho que he querido verlos poniendo mis cinco sentidos en que atraparan mi atención, la cabeza se me iba a otra parte del mundo, más o menos como cuando era pequeña oyendo una hora enterita el sermón del señor cura, que con perdón, era lo más aburrido del mundo. Al final tenía que cambiar de canal o apagar el televisor porque a mí lo único que me gusta es leer o dejar mi cabeza soñar…Y siempre sueño lo mismo…que un hombre me abraza y me besa…y me hace el amor…y mi corazón late de una manera que a veces pienso que me va a dar un patatús…se me desboca como si fuera una chica joven…¡Ay Dios mío de mi vida…! ¡Cómo me gustarías probar un beso nada más en mis labios…! Me conformaría tan sólo con un simple abrazo…Mis amigas me preguntan qué me pasa cuando me oyen suspirar tanto, pues aparte del soplillo de aire que me sale del pecho, también se oye el eco de mis quejidos de lo más profundo de mi hueco clamor…y los ojos me brillan de tanto como reprimo las lágrimas, de vez en cuando una se me resbala y baña mi rostro…y es que siempre tengo unas ganas de llorar…Miles de veces he tratado de desahogarme, de contarle mis penas para saber si a ellas también les ocurre lo mismo, pues he llegado a pensar que estoy loca de remate, porque esto que yo siento en mis carnes no debe ser muy normal, y cuando se los hice saber, me dijeron, que ya estamos muy viejas para esos menesteres, palabras textuales de ellas, y se han reído de mi, y me han calificado de…Lo siento, pero me niego a repetir tales comentarios porque me resulta de lo más violento, pero no se cansan de repetirme que eso de leer tantos libros me ha alocado la mente, y que desde que he vuelto de la capital se me han subido mucho los humos y que me doy aires…Quizás tengan razón porque no creo que mi edad biológica esté acorde con mis sentimientos, pues eso de estar todo el tiempo suspirando de amor es demasiado, así que decidido ir al doctor, el cual me ha dicho que me compre un ordenador, porque es la única manera de que se me quite este amargor del cuerpo...y de repente me encuentro solicitando a la gente para obtener amistad…Y es así como empecé a tener respuesta de casi toda España…Y conocí a Rodrigo un jubilado que vive en el sur de España, un pueblo de Andalucía que enviudó hace más de veinte años, pues nunca se volvió a casar por su trabajo de camionero, y porque tenía que mantener a su hermana soltera que se quedó al cuidado de sus tres hijas adolescentes…y no quiso darle otra madre…Ahora tiene sesenta y siete años y es abuelo de unos mellizos que lo tiene embobado perdido…pero está muy solo…Es mi pareja actual y yo estoy como loca de alegría. Es el que me saluda de noche y de día…y nos vemos las cara y me dice los piropos que se quedaron rezagados en la juventud de mi amarga existencia…Guapa, hermosa y bella…y en mi corazón ha brotado una historia de amor que no sé cómo voy a seguir...me da tanta vergüenza, además mis amigas al verme tan feliz y risueña no paran de preguntarme, pues estoy todo el tiempo canturreando, hasta a mi madre se le ha cambiado el semblante y cuando me oye, me mira…y sonríe…lo mismo que yo que no paro de mirarme al espejo y me veo guapa, guapa…debe ser verdad eso de que el estado emocional te cambia la cara, o es posible que sea mi alma…El caso, es que de repente me siento una mujer segura y sin temores, y aunque no me atrevía a revelar el mayor de mis secretos...temía sus reacciones...además pensaba que estaba cometiendo un pecado, el peor de los pecados que una mujer de mi edad pueda cometer, pero ante tanta insistencia, al final les dije que tenía un amigo y que todas las noches chateamos…Y por eso están que trinan y no paran de decirme que éste es un pervertido sexual, que lo único que quiere es aprovecharse de mi ignorancia y de mi debilidad…Continuará…

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