domingo, 6 de marzo de 2016

LA VENGANZA ES UN PLATO FRÍO.- (MICRORRELATO)



Qué fuerza poderosa tendrán las palabras tentadoras que amándote de lejos, te imagino que me extrañas…y aunque tú ya te olvidaste de mis besos, yo aún los conservo en mis labios…y los atrapo de nuevo en mi recuerdo…y contra eso, tú no tienes ni una sílaba para arrebatarme los sentimientos míos, porque los retrato con las letras de cada escena…y te despiertas a media noche abrazado a mi cuerpo...y entregado al sueño con mis besos…Deambulando por la calle me encuentro con mis diatribas, hablando sola de esto y aquello cuando de repente creí verte…Todavía no sé si fue ciencia ficción o pura realidad, pero aún no he llegado a comprender el cómo ni el porqué, ni a qué ton yo te besé…Y por mucho que me paro a pensar y a evocar aquellos momentos, tengo la duda de si fuiste tú o yo la que comenzó todo ese juego de los picoteos…deben ser cosas de brujerías, pues algo misterioso me empujó hacia tu boca…y me gustó, ¡vaya que me gustó! Fíjate si me gustó que repetí hasta que me harté…Bueno, no, no me harte porque aún tengo ganas de ti, y eso que ha pasado más de un año y aún siento todos tus besos rozándome el cuerpo, y por mucho que quiero olvidarlo, es imposible, ya ves, ¡qué cosas más extrañas me pasan! Deben ser cosas del querer…del querer mío, porque tú, si te he visto ya no me acuerdo…Será que perdón de Dios no tienes, y tan sólo te dejaste besar para decir…La tengo en el bote…¿Bueno y qué? ¿Crees que me importa un bledo? Para nada…Dime si fue un sueño o no, una pesadilla cruel de esos seres que llamo duendecillos traviesos, esos que les gustan poner trampas a los hombres y mujeres que no quieren madurar, pues a veces me siento morir de dolor…Éste dolor de ausencia que me trae y me lleva a la condena de no poderte olvidar ni un instante siquiera…Quizás fuera sólo una ilusión, un pasaje más de la vida de cualquier ser que pulula a mi alrededor…o un capricho más de la edad…un trofeo para ti…una aventura para mí…no lo sé…pero pasional sí que fue…Y me llevan los demonios como si viviera en el mismísimo infierno, dejándome atrapar por la fantasía que habita en mi interior como si ella fuera yo…Sólo son sueños de mujer apasionada…eternamente enamorada de las palabras que dejo volar con la pluma de mis alas…Imaginándome estaba que me imaginaba que hasta mí tú caminabas, y viendo la sonrisa de tu mirada encandilada, salí corriendo y de un salto me encaramé a tus brazos y te comí a besos…¡Qué escándalo! Patético espectáculo…Alguien susurró al pasar…Eso de dar brincos y saltos es bien visto en los jóvenes enamorados, pero nunca en hombres y mujeres de edad madura, pues dicen las malas lenguas que eso de abrazarse en mitad de la calle delante de la gente, es de no ser muy decente…¡Madre mía! Como si ya no tuviera derecho a compartir besos y abrazos al aire libre…Envidia cochina es lo que tienen de ver dos bocas retorcidas con lengua…y dientes… me da una rabia…me repatean las serpientes…A veces me pregunto el por qué ese dicho popular de que una mujer no debe expresar de modo abierta sus sentimientos, pues según algunos hombres que se las dan den muy letrados, jueces y abogados, demostrar tanto amor, es como mendigar, como si no tuvieran orgullo y que no se dan a valer, que se rebajan y es de no tener dignidad, ¡y un jamón con chorreras! Porque yo suelto por esta boca que Dios me ha dado todo lo que siento, ¿te enteras? Pues para mí no es ningún problema el expresarme y echar fuera todos mis sentimientos, que no tengo inconveniente en decir lo mucho que te quiero y me duele hasta el entrecejo de tanto como te pienso…y tengo tantas ganas de tenerte bajo el mando de mis deseos, que hasta desvarío por hacerte un revoltijo de piernas y brazos con la ansiedad de mis besos…y la agonía de mi cuerpo…¿Qué pasa? ¿Acaso eso me hace ser menos mujer? Y eso que dicen muchas y muchos…pasando de arrobas…que cuando más reservado es un hombre, con más fuerza e intensidad aman. No, no y no. No estoy de acuerdo y me niego a admitirlo, porque lo que yo quiero es que me digan lo que sienten por mí. Odio la frase de algunos que se quedan calladitos, pero te dan la puñalada trapera con cuatro palabras terribles…Prefiero reservarme, tengo mis motivos…¡Jolines! ¿Qué motivos ni ocho cuartos? ¿Acaso crees que soy adivina? ¡Pues no me conformo! ¡No y no! Que quiero saberlo todo aunque me hagan daño, pues más daño hace el que deja caer la frase creando la duda, dando a entender algo que parece y no es, ¡por Dios! Que me encantaría que me llamaras y me dijeras palabras libres y ardientes de amor, que te desesperas por verme de nuevo, que me necesitas y que me quieres hasta morir…Dime…¿acaso te hace ser menos hombre? Pues estás muy equivocado, porque hay que ser muy valiente para decir todo lo que un corazón siente y es lo que a mí me enamora el alma y los sesos…Pero eres tan condenadamente orgulloso… ¿verdad? Pues orgullo te voy a dar, que ahora te vas a enterar de lo que es una mujer orgullosa de verdad, que tengo que verte de rodillas ante mí mendigando, porque te voy a ignorar y te voy a esperar…Pienso cambiar de táctica hasta que se te acabe la paciencia y al final tendrás que ceder y echar fuera todos sus sentimientos hacia mí, ¡lo juro por mi santa madre! Esta vez te tocará a ti sufrir por mí, pues dicen que la venganza es un plato frío que se come despacio…Y siento tu condena, esclavizado al silencio correcto y reservado cuando me ves caminar…pobre de ti, reflejo del sin vivir…es como si me quisieras abordar cada día que pasas junto a mí sin mirar…pero me ves a través de mis pasos que te cautivan…y te arroban…









jueves, 3 de marzo de 2016

ENTRE LAS SOLEDADES DE TU LLAMADA.- (MICRORRELATO)




Dicen las malas lenguas que cuando una persona piensa en sus seres queridos ya fallecidos, es que ellos vienen a nuestro encuentro…Quizás estén en una dimensión extrasensorial que aunque no los puedas ver físicamente, su aliento se impregne en el halo de tu cuerpo de una manera abstracta, y yo me pregunto…Si es tan poderosa la fuerza que atraviesa la ley divina, tú que estás vivito y coleando, imagino que tendrá que ver con la percepción extrasensorial, vamos ese sexto sentido que dicen por ahí que está en algunas personas muy sensibles, si no…¿por qué pienso tanto en ti? Será que tú estás viviendo en mi interior y no quieres irte del todo, pues siempre una duda pendulando ahí…¡Ojalá sea mutuo el recuerdo y el olvido! Y es que me perdí entre los sentimientos de tu vida y ya no sé regresar…debe ser que no encuentro el camino para salir de éste laberinto de pasión donde la llamada de tu voz clama dentro de mi corazón…A veces creo que vives en mi interior y me lloras y me suplicas que te diga algo…te quiero, ¡qué cosas me ocurren! Aún te recuerdo y no te he olvidado por completo, ¿qué misterio será? Es tan simple como estar en un rincón un rato sentada tomando el sol, un rayito de luz en un día frío de invierno, y es tan agradable que aún lo llevo y lo siento en mi cuerpo…Estaba caminando por la calle y sentía como si tú me acompañaras, me estuvieras pensando desde lejos y me dijera en un mensaje…¡Hola cielo! ¿Cómo estás? ¿qué es lo que me has dado que no te puedo olvidar? Que te veo de día y de noche y aunque he puesto tierra y mar por medio, más cerca te siento…Lo mismo que yo…Deben ser cosas de los sentimientos y emociones que permanecen en una constante obsesión…Apenas puedo pensar en otra cosa que no sea en ti, en tu imagen mirándome de manera atrevida y descarada…quizás eso fue lo que me enamoró, ese sarcasmo como pidiendo guerra pronto y enseguida, y es que me gusta a rabiar ese pícaro que habita en tu interior…y yo que te conozco tan bien, me paseo delante de ti provocándote de una manera insidiosa y sutil, y te desarmo por completo…y hago lo que quiero con tu sarcasmo…y tu cuerpo…A veces desatino de una manera tan extraña y vital, que ya no sé si soy yo, o son las voces de cualquier ser que necesita expresar sus sentimientos a través de mí…Y se me desatan las pasiones cuando en mi caminar las flores, los árboles y la tierra me atrapan de una forma tan sensual, que no puedo más que seguir las andaduras del acaecer…Es el hechizo del amor o el desamor que sienten algunas mujeres y se van a buscar nuevas experiencias…o puede ser que necesiten estar continuamente enganchadas al encantamiento, pues la vida sin esa sensación no signifiquen más que sobrevivir al devenir…Y de repente oigo una voz en mi interior que me dice…A menudo la tristeza me embarga tanto que si no fuera porque echo todas mis penas fuera me ahogaría entre ellas…Ni siquiera puedo quejarme porque me humilla tachándome de poco a valer…¿Qué sabrá él lo que duele el desprecio en la estima de una mujer de edad madura? ¡Te odio, te odio…! No, no te odio, que te quiero y por eso me empeño en encontrar un hombre bueno…Un hombre que me comprenda, me escuche y me sienta…Un hombre que se dé cuenta de que no soy de piedra y lo mismo que él, siento rabia y cólera cuando me utilizan como si no tuviera sentimientos…Un hombre que se identifique conmigo en la sinrazón de mis desvaríos por calor o por frío…y cuando la ira fecunde en mi alma la soberbia, se pregunte si no fue porque me echó a los infiernos del desconsuelo y me sacó todos los demonios al vuelo…Adiós mi amor, ya sabes de qué manera te quiero…Tú vuelas alto, demasiado alto para mí…y yo vuelo bajito, a ras del suelo y cuando llego a casa me enredo fantaseando entre rimas y pareados, y me lío a escribir sobre todos mis sueños como si de un verso se tratara la poesía de mi vida…Palabras, son sólo palabras que cazo al vuelo…o quizás son ellas las que me capturan…Me dicen que siga mi camino, que no mire atrás y me encuentro plasmándolas en mil aventuras de pasiones ocultas de mujeres enamoradas del amor…pues dicen que un clavo saca otro clavo… y verdad debe ser cuando te vi aparecer en el momento que clavado en el alma tenía el clavo aquél…y tú lo sacaste con tus besos de pasión, que me enamoraste…y me abandonaste después…Y ahora resulta que voy buscando como loca otro clavo que te saque de mi cabeza…y no me rompa el corazón… ¿Dónde está ese clavo? ¡Pronto, rápido! Que necesito que me saquen uno que tengo clavado en el pecho, y me está desangrando por dentro, el alma y el cuerpo…y tengo los sentimientos rotos de tanto como lo pienso…Y ese hombre paciente, que nunca se rinde y que me mira con ojos ardientes…ese hombre al que temo por la fuerza de su deseo…ese hombre que sacó todas las ansias de mi piel me busca y me espera a todas horas…Ese hombre al que un día tanto amé y dejé por tu querer…ese hombre es el que al final me llevará a su terreno porque me gusta la aventura y el desenfreno…debe ser que sea una mujer llenita de fuego y me guste vivir en su infierno…porque es el demonio que habita en mi cuerpo…Y por eso hablo con el cielo…¡Estrellas del universo, ayúdame al momento! ¡Luces de la naturaleza hacerle que me recuerde y siga en su cabeza! Ilumina mi rostro y mi mente…que se haga presente la escena de mis besos en su boca y siga latiendo siempre, siempre…¡Qué daría por volverte a ver! Porque si yo te viera en éste momento, ¡madre mía de mi vida! No sabría si tirarme para ti en forma de pantera hambrienta o me dejaría querer…y te diría tantas cosas que mejor me callaría, porque las palabras se tropezarían unas con otras y tan sólo saldrían un murmullo de soplos mascullando a tropel…Serían como el eco de voces ansiosas por dejarse mecer entre las caricias de tu piel, y yo como gata celosa ronronearía a la vez…y te besaría poquito a poco parándome en los recovecos que sé que te gustan tanto y te miraría a los ojos para ver tus gestos de placer, porque a mí me gusta, ¿te enteras? ¡Vaya que sí! Pero sobre todo lo que más me gusta es que tú me mires a mí, te pone a cien…Porque aquí no hay otra historia, ni tira ni afloja, que aquí lo que impera es que me vuelves loca, y con mis locuras te anulo todo entero, y eso es lo que te envilece y atrapa los cinco sentidos de tu mente, y te quedas a la merced de mis caricias y mi boca maquiavélica…que no deja ni un trocito de tu cuerpo sin recorrerlo…que me lo como a mordisco y a besos…Hay que ver la capacidad que tiene ésta mujer en la manera de querer…Y te suelto al oído lo que te gusta oír…y estás asombrado perdido del atrevimiento de mis insinuaciones tan tentadoras que ya no sabes ni qué responder, pues tan sólo te dejas hacer…¡Madre mía…eres una loba…! Mi loba…¡maldita loba que no me dejas que me coma otra oveja con ganas…! No mi amor, que los lobos están al acecho…Y me pierdo entre las soledades de tu llamada cuando me susurras…Quisiera emborracharme del manantial de tu cuerpo, siempre tan lleno de deseo por mí...porque tú me llamas desde tu corazón, sé que me amas hasta dolerte el no tenerme ahí…y de tus ardientes palabras que aún me queman en el oído aquellos suspiros de pasión…hasta me estremezco de ardor…y me duele el pensamiento de quererte y no tenerte…y echo fuego cuando te recuerdo entregado a la merced de mis abrazos…

jueves, 18 de febrero de 2016

CLAMANDO AL CIELO.- (MICRORRELATO)




¡Ojalá que todas las fuerzas de la naturaleza de mis apasionados besos que te di, puedan más que tus razones multiplicadas por mil! Es tanto lo que te deseo y ansío que no habrá en el mundo poder más absoluto y grande que el mío… que te tengo que ver arrastrado a mis pies por un solo beso, antes que me olvide por entero de ti…¡Ojalá no me puedas olvidar ni un momento de tu vida! Porque si tú estás deambulando en la cabeza mía será porque no te quieras marchar, y para recordarme que un día fui tuya…que si llego a saber que desde aquél beso maldito, yo estoy para enloquecer, sigo caminando para adelante y no te vuelvo a ver…Despotricando por la vida como la peor de las bichas, iba echando sapos y culebras como malquerida y despechada mujer…Yo sabía que estaba dirigiendo los hilos de mi querer desde los adentros de su ser y no estaba dispuesta a dejarme manejar como un títere más en sus manos, así que le presenté batalla en una lucha encarnizada sin cuartel y desde mis más recónditos pensamientos lo atraje a mi encuentro sacando todos los demonios que llevaba dentro en aquellos momentos…y me lo llevé a mi terreno…¡Ojala mis húmedos besos no te dejen vivir ni un solo momento en paz por culpa de tu mal querer! Y clamaba al cielo y al viento con toda la rabia y el odio que me estaba consumiendo por dentro, que me salvara de sus garras y me enviara un ángel de la guarda, para salir de la trampa de sus palabras enmarañada con leves matices de pasión… De repente lo veo caminar hacia mí tranquilo y seguro, con una mano en el bolsillo metida, la cabeza hacia un lado y una ceja para arriba… y bajo la mirada, tenía escondida una socarrona e irónica sonrisa que lo delataba de mujeriego y ligón… Y yo que lo esperaba expectante, pensaba para mí…Como sea ese que llega ahí, veremos la que puedo liar porque me gusta a reventar…Y al ir acercándose se afirmaron todas mis expectativas…no pudo disimular el gesto de admiración al ver mi boca de cerca…y me lancé a por él… Quizás mi estado anímico y la soledad de mi alma, o el poco tiempo que llevaba desde que me había separado, me indujera a trabar amistad con cualquier tipo, y mira por donde había ido a parar en un lugar donde jamás se me hubiera ocurrido pensar, y estaba harta de tanta pena y soledad…Hacía más de tres meses que lo habíamos dejado después de más de una década de convivencia infernal…Habían sido muchos años de locura y pasión, y ahora, después de haberme tropezado con éste hombre en el camino, no creo que aquello que sentíamos el uno por el otro fuera auténtico amor. Éramos esclavos de nuestras propias debilidades, donde casi siempre imperaba un mal querer de encuentros y desencuentros desesperados y pocos buenos… Ese pulso que se echan las parejas sobre el poder el uno sobre el otro…Quien deja antes a quien…Y estando en ese pensamiento, lo abandoné hechizada por otro querer…Tengo el corazón arrebatado desde que tropezamos en la esquina y me robó un beso en la caída…y no sé si fue él quien lo buscó, o yo me dejé encontrar…quizás ese beso se entrometió entre su boca y la mía y desde entonces lo siento de noche y lo pienso de día… ¡Ay diosa del amor! ¡Duendecillos traviesos, Cupido…! Traérmelo de nuevo a mi lado para que me harte de besarlo y no pueda olvidarme ni de cerca no de lejos, que lo siento en el pecho, en mi alma y en mi cuerpo, pero donde más lo siento es en ese lugar que no me atrevo a nombrar por lo grave… y porque es pecado…pero se me están quemando hasta los arrabales del mismísimo infierno y echo fuego desde que amanece…hasta que me acuesto… Y aparece ante mí sonriéndome como si me conociera de toda la vida, y lo peor de todo es que yo tengo la misma sensación…quizás su cercanía, su modo de mirarme y la actitud, pidiéndome disculpas, ofreciéndome la mano y yo al quererla coger, se me acerca y me planta dos sonoros besos en la cara…Eso fue lo que me encandiló por completo y sin darme cuenta empecé a coquetear como si tuviera quince años, y él, típico sabedor del percal, jugueteó con mis labios de una manera tan sutil que ya no sé quién conquistó a quién pero fue un momento tan mágico, que la palabra flirtear se instaló entre los dos, embaucándome a un coqueteo desbordantes de pícaras palabras e inocentes gestos de pasión…Y ahora mi ex no me deja ni un segundo de espiar, que me busca por todas partes y lo que era antes un desasosiego por verlo, ahora hasta me molesta y me escondo con tal de no pasar por su lado, dándole mil vueltas para no cruzarme con él, pero a veces siento como si me llamara de lejos y es tanta la insistencia que hasta me parece que lo veo a mi lado, que me abraza y que me besa en los labios…y me dice al oído…Vuelve a mis brazos, que aún te llevo en la sangre que me corroe por dentro el pensar que te hayas enamorado de otro…que te conozco…Y me estremezco clamando al cielo…Me estás martilleando la mente como un demonio eufórico y demente, traidor impío y sin piel, que lo único que quieres es revestir tu alma con la mía, diablo venenoso e infiel, y no te das cuenta de que mi boca ya no puede besar otros labios que no sean los de él…Y estando ahí, en mis tristes cábalas y ansiada soledad conocí a ese hombre por la calle, antes de llegar al circuito donde solía hacer mi recorrido diario de dos horas andando… Fue todo tan inesperado, tan sin pensarlo, ni calcularlo ni nada parecido, que todavía no me explico el cómo, el por qué, ni a qué ton te cruzaste en mi camino, me miraste y yo te sonreí…Ni siquiera sé el motivo por el que tú te giraste y yo te besé con descaro, con ganas…y con sed…Había algo bajo esa máscara de frivolidad que me hacía pensar que escondía algún secreto inconfesable, pero como tampoco me interesaba mucho no le daba importancia…Sólo quería seducirlo para volverme a enamorar…Quizás lo estaba utilizando de una manera maquiavélica, sin darme cuenta de que estaba cayendo en mi propia trampa…De vez en cuando, mi mente me atraicionaba y aparecía mi ex hablándome otra vez… Tú sabes de qué manera te deseo, que me estoy volviendo loco de tanto querer y no poderte tener, que me ahogo de deseo agonía por ti, y me estoy muriendo poco a poco de sufrimiento, de dolor, que es como si me prendieran fuego…Vuelve a mí que te necesito abrazar, tocar tu piel, tu cuerpo, repasarlo con la yema de los dedos, que lloro por ti cada instante... Me no duermo de pensarte y tú lo sabes porque me estás dictando las palabras que  me salen del alma como lágrimas de sangre…Me hacía dudar… Pero éste hombre tenía un no sé qué, que me atrapaba, y era tanto lo que ansiaba sentirme de nuevo enamorada, que con la habilidad de una gata, intercambiamos nuestros móviles…No hacía más que un minuto que nos despedimos, cuando sonó el silbato de un mensaje…Que si me apetecía tomar un café con él al otro día, y sin dudarlo acepté la invitación…Tenía una curiosidad morbosa por conocerlo, sin saber el porqué…Quedó conmigo a las diez y media en la puerta de la estación y lo esperé hasta hartarme, así que después de dos horas yendo de un lugar a otro, regresé a casa y antes de llegar al portal me llama al móvil disculpándose, contándome un rollo de muy padre y señor mío, pero que estaba allí…No sé qué es lo que pasó por mi mente, pues por más vuelta que le doy, aún no sé si era yo o era él, porque sin pararme a pensar, me giré y corrí…Corrí hacia allí mientras iba clamando al cielo con todas las fuerzas de mis deseos…¡Ojalá mis húmedos besos lo arrastre hasta mi cuerpo y jamás pueda vivir sin ellos…y sin el tacto de mis cabellos…! Era una fuerza superior a mí, sintiendo como si él me atrajera…algo misterioso estaba ocurriendo en mi interior, como si de un hechizo o encantamiento se tratara… Llegué exhausta, nerviosita perdida…Estaba como si fuera una cita con mi amante al que conociera y llevara mucho tiempo sin ver. No comprendía mi actitud hacia una persona que no conocía de nada, pero al que tenía unas ganas impresionantes de besar… me ardían los labios… De repente apareció por la esquina con una sonrisa lasciva que tenía escondida bajo la chispa de su mirada perdida…y yo que lo esperaba segura y desinhibida, desató en mí una sensación pecaminosa de poder, que me lancé derretida a sus brazos y lo besé…con ganas y con sed… y con la boca encendida…



domingo, 14 de febrero de 2016

ANTES DE ACABAR LA NOCHE.- (MICRORRELATO)





Estaba caminando con mi cuadernillo de notas, cuando algo llamó mi atención, era como un flas de las máquinas fotográficas, que de repente cegaran mis ojos, pues a veces me pasan escenas extrañas pero al mismo tiempo cercanas, como si yo las hubiera vivido en otra dimensión o lugar de mi existencia…quizás un alma errante que desde el más allá acude a mí para que la retrate con palabras…Fue en ese mismo instante que me di cuenta que tenía que cambiar de aires, buscar un retiro para seguir escribiendo y aunque mis letras no traspasaran fronteras, sí que alegraban mi existir llenando ese hueco vacío de mi corazón. A veces me desbordaban tanto las palabras que tenía que echarlas fuera para que todo el mundo las leyera en el viento, pues para mí eran como lágrimas derramadas de almas desesperadas por salir a vivir un poco de amor por ahí…Eran las limosnas de amores que mendigaban mujeres y hombres… Algunas personas piensan eso de que una mujer se tiene que dar a valer sin declarar su amor a un hombre, sin ir en su busca, sin luchar, ese dicho tan generalizado que la mayoría de la gente suelta por su boca…Hay que darse a valer…O sea, que si una mujer llora por el amor de un hombre y lucha por él, ya no vale nada, ¿no? Te tienes que dar a valer quedándote esperando que el que te quiera que te busque…Hasta ahí lo puedo entender, pero como decía mi madre, los novios no vienen a buscarte a la casa, una ha de salir para dejarse encontrar… Aquí no se trata de tener más o menos orgullo o dignidad, no. Aquí de lo que se trata es de querer o no querer, amar o no amar y punto…En el amor no hay orgullo, en el amor hay entrega y ganas, muchas ganas para todo lo que conlleva la fuerza de la pasión cuando una está enamorada, porque parece ser que aquí los hombres son los que llevan la voz cantante, y los únicos que tienen derecho a decidir el que una mujer sea feliz con él o desgraciada sin él, pero vamos, ¿en qué mundo vivimos? ¡Pues no me da la gana y no me conformo! Tantas comeduras de coco, que lo único que hace es obstaculizar la vida de cualquier mujer, sea joven o mayor, sobre todo las que estamos en una edad peligrosa como por ejemplo yo, tantas trabas y temores como si fuéramos niñas pequeñas y tengamos que pedir permiso para todo, ¡jolines, que estoy harta ya de tanta mediocridad! ¡Porras! Que yo soy la dueña de mis actos…y…esclava de mis palabras…así de simple…Y por eso me lié la manta a la cabeza y les cuento…Estaba harta de todo y quería encontrar la felicidad y triunfar en uno de los mayores retos que una mujer enamorada como yo se había planteado, pues no estaba dispuesta a tirar por la borda la oportunidad que el amor me había ofrecido como una oferta de vida, para mi alma y mi corazón, pues al fin y al cabo había nacido para amar y ser amada tal como mi mente y mi cuerpo deseaba, y estaba pidiendo a gritos desde que lo conocí…Me di cuenta que aquí en la capital ya no me ataba nada. Era completamente libre y me encontraba en un momento de mi vida tan crucial, que tenía que decidir, si seguir atada y sin nada, o arriesgarme e irme lo más lejos del mundo y conocer a fondo al hombre que me había robado el corazón. No lo dudé un instante, me compré una maleta gigantesca, más bien parecía un baúl, lo llené enterito y me encaminé hasta la estación de autobuses…Me presenté en el pueblo aquél, en la otra punta del mapa sin pensar siquiera lo que me iba a encontrar, pues después de un año sin saber nada de él, para mí era una aventura a la deriva y sin retroceso…No había marcha atrás, además con el riesgo que hubiera conocido a otra y estuvieran viviendo juntos, pues para mí, que a éste le iba la marcha en cantidad, pero por lo poquito que lo conocía, necesitaba estar enamorado, más o menos como yo, que jamás hubiera estado con un hombre sin amor, porque a mí eso del sexo por placer, no me va...Ni me lo planteé, ahora o nunca…No estaba dispuesta a perderlo, tenía que luchar por el amor de mi vida y mi felicidad...Cuando llegué a la estación, según iba bajando los escalones del autocar, sentí mil ojos clavado en la figura de mi piel…Llegué a la plaza central arrastrando el maletón y todas las personas que estaban sentadas en los bancos de alrededor, se me quedaron mirando de arriba abajo como si nunca hubieran visto a una señora…Quizás las maneras y andares me delataban como mujer de mundo…no lo sé…puede ser que allí se conocieran todos los vecinos y creyeran que era una turista perdida…Pensaba liarla y armarla, así que como la que no quiere la cosa, pasé por delante de ellos, y entré en el bar donde sabía de antemano, que estaría jugando al mus o al dominó con sus cuatros amigos de la infancia. Todas las cabezas se giraron hacía mí, pues iba vestida con unos vaqueros y camisa a cuadros rojos y blancos tan bonita que hasta me rejuvenecía y estilizaban la figura…Después de tantas clases de Pilates para éste cuerpo, algo haría…Me había dejado crecer el pelo, y aparte de tenerlo rizado, me hacía guapa, guapa, en una palabra que estaba como para darme un buen revolcón, bueno, eso es lo me dijo uno antes de subir al autocar, y me hizo tanta gracia...Al momento nuestras miradas se cruzaron, pero me hice la desentendida, como si no lo hubiera reconocido, me di la vuelta y me dirigí a la barra del bar…Por favor, un cortadito…El camarero se quedó mirándome el rostro con una sonrisa insinuante…Yo sabía que todos los ojos estaban clavados en mi trasero…Había una máquina de esas que ya no existen ni en sueños, pero en ese pueblo tan pequeño sí…dejé caer una moneda adrede para agacharme, coqueteando con la mirada de los hombres que en ningún momento dejaron de observar mis vaqueros, y yo descaradamente, no paré de moverme provocándolos con toda la intención del mundo, y luego me di la vuelta echándome el pelo hacia atrás con una coquetería de lo más exagerada, pues ante todo quería llamar su atención…Acabé mi café y me dirigí hacia la puerta con unos andares de lo más bamboleantes que se pueda uno imaginar. Estaba decidida a llevármelo al huerto, aunque sabía que se estaba haciendo el duro de pelar, pero nada que yo no pueda conseguir...Tenía mucho que perder, toda una vida que dejé atrás, y esas perversas artimañas de mujer que cuando una se lo propone, no hay muro ni malecón que no derrumbe…Ese día me dediqué a supervisar la casa, que por medio de una vecina mía había alquilado a muy buen precio, y después me lié a ordenar toda la ropa…Al otro día era sábado…y en ese pueblo todavía se solía decir aquella frase tan antigua de…Sábado sabadete, camisa limpia y polvete…Ante todo quería impresionarlo, provocarlo de manera que le temblaran hasta las pestañas…No se lo iba a poner nada fácil, me tenía que ganar a pulso, ya que me dejó tirada como una perra al otro día de haber desayunado conmigo en aquella pensión, donde nos fuimos el mismo día que lo conocí…Fue un amor a primera vista…Así que me encaminé hacia la plazoleta donde pregunté por un lugar donde pudiera una bailar un sábado noche...Me puse una falda estrecha de tubo con una abertura que me llegaba hasta la mitad del muslo, todo hermoso y carnoso, como para hincarme el diente y empecé a andar delante suya, toda sigilosa, con unos movimientos de caderas de lo más sugerente y sexis, muy sexis…con unos botines de cordón que con mucho disimulo desaté, de manera que al pasar por su lado, hice como la me tropezaba y me agarré en la silla de enfrente…levanté la pierna y la apoyé en el filo para atarme los cordones justo delante de un tío más o menos de su edad, que desde que entré por la puerta no dejó de mirarme descaradamente y muy seguro de sí mismo, como diciendo…La tengo en el bote…E hice como la que no podía hacerme el nudo, por lo que un caballero muy galante se ofreció a ayudarme, pero él de un codazo a lo bestia, lo empujó a un lado para anudarme el cordón…Sus manos no atinaban de los temblores ante la raja de mi falda, clavándome la mirada por detrás de las ingles y más allá…Estaba tan nervioso que me agaché para ayudarle y nuestras manos se rozaron como si estuvieran deseosas de sentirse acariciadas…y un escalofrío me recorrió por todo el cuerpo, que se me salieron todos los suspiros del pecho, y al oírme, alzó la mirada y se quedó clavada entre las pestañas de mi falda…Miles de lucecitas rojas, azules y verdes parpadearon por la oscura la sala, donde las parejas bailaban agarradas al compás de la balada…Me rozó el codo y me abandoné a su brazo, dejándome llevar justo en medio para esconderme de las miradas de la gente, y entre vueltas y vueltas, su cuerpo iba y venía en un balanceo infinito de pasión…Le di la espalda, y me enlazó por la cintura contándome al oído todas sus aventuras, mientras mis manos le rodeaban el cuello al ritmo de mis besos, y entre los giros de aquél tango tan lento, pierna alzada y ese sube y baja, rozándole con el trasero de mi falda desde sus rodillas hasta su barriga, le dije te quiero con la piel desnuda de mis deseos…y antes de acabar la noche…me lo llevé al huerto…