sábado, 21 de noviembre de 2015

CAPRICHOS DEL DESTINO.- (MICRORRELATO) tercer capítulo




Qué extraña sensación no tenerte a mi lado siempre pegado, será que ya no me quieras tanto…o quizás te asustaron aquellos besos tan apasionados que te di aquél día lejano…y ahora ya sabes de verdad cómo son de ardientes y entregados…Son los besos que a media noche me destapan con el sabor de tu pensamiento, arrebolando mi cara y mi cuerpo con la esencia de tu aliento, y yo que tanto los deseo te lo arrebato con la lujuria de mis sentimientos…Sola y perdida me siento entre la gente que apenas me ven, pues es tal el desasosiego que tengo que me enredo entre los umbrales de mis pensamientos, siempre tan llenos de tu imagen, de tu sonrisa cuando me ves pasear por ahí sin rumbo alguno, tan sólo donde las piernas me quieran llevar…Quisiera decirte cuánto te echo de menos, y por eso he desandado el camino donde tú y yo nos entregamos con la urgencia del desamparo…Quería preguntarle a las huellas qué es lo que ha pasado para que ya no sigas a mi lado, aunque la sombra de tus dudas me acompañan en mis delirios, pues cuanto más te alejas de mí, más te siento en mi vivir…debe ser que en el fondo no me puedes olvidar y me llamas con las voces de tus pensamientos…pues a cada paso que doy en mi caminar, me persiguen los ecos de tus suspiros…al ritmo de mis latidos…¡Corre, corre! Me dicen las palabras que atrapo al viento, o es quizás ese aire que traspasa mi cuerpo y se bebe mis lamentos… ¡Sigue adelante y no mires atrás! Son las hojas de los árboles que se revuelven en mí pasar…Y me soplan al oído los susurros de tu malestar...Esa incertidumbre que empaña y atrapa la triste comodidad, por no saber cómo reaccionar ante las miserias de una aparente felicidad…Quizás sea el momento de enfrentarse a la cruda realidad, y no esperar más que el tiempo solucione esa existencia infernal…O que diga… ¡Basta ya! Rauda como el viento me siento cuando grito mi lamento…y me pierdo por las grandes avenidas, donde siempre descubro algo interesante que llame mi atención, haciéndome olvidar que tú ya no estás aquí, a mi lado…¡Madre mía, qué cabeza tengo! Estoy desvariando al no poder comprender ésta situación inverosímil…debe ser que no gustándome la realidad, imagine una vida fantástica y llena de aventuras y desventuras, pues qué sería de mí si no pudiera seguir así…sin ti…Yo sólo quiero tenerte a mi lado un rato, besar tus labios y decirte cuánto te amo, pero se ve que temes oír los suspiros sin aliento que me apasiona la cercanía de tu cuerpo…y te desborda la agonía de tus deseos…Y por eso te escondes. Quieres hacerme creer que ya no me quieres y que pasas de mí, lo sé, pues últimamente no paro de pensar en ti, y es que yo te presiento, ¿te enteras? Siempre he tenido un sexto sentido para darme cuenta de las cosas, o es ésta sensibilidad tan sumamente poderosa que me hace sospechar ciertas cosas que veo extrañas en tu manera de actuar, y no comprendo el porqué, si ya me dejaste de querer, no me lo dices de una vez...pues lo único que adelantas es confundirme y hacerme pensar que no tienes seguridad, y estás intentando dejarlo poco a poco, como para que no te duela tanto y yo que lo sé, te dejo espacio, incluso si es que te has enamorado de otra, lo admito. Sé que estas cosas pueden ocurrir, aunque me duela a rabiar…A mí me pasó algo parecido, estuve tonteando y te olvidé durante un año, ¿te acuerdas? Pensé que si me iba con otro te dejaría de querer, pero me equivoqué, porque empecé a quererte más…Me conoces tan bien que sabes de lo que soy capaz de hacer, sobre todo desde el día aquél que me mostré desnuda y sin piel, no como tú que te muestras a medias, te guardas de mí, como si temieras algo que te supera y supedita...y por eso te sublevas contigo mismo, escondiéndote cada día tras de ese caparazón que llevas puesto...pero eres esclavo de tus sentimientos...y de la libertad que muestra mi alma…en mi cuerpo...Estás acostumbrado a llevar la voz de mando, sabiéndote querido y amado...hasta ahora...pues aunque yo esté enamorada de ti, puedo controlar mis emociones con la seguridad que tengo en mi aliento y en mis devaneos que sueño…Apenas duermo en paz, me tienes la mente bloqueada y no paro de pensar  en ti…quizás te planteaste que es posible que no me quisieras tanto como decías y  pensabas…quizás…Pero no seré yo la que te haga cambiar de idea, aún me queda algo de dignidad que bastante me he arrastrado buscándote por todos lados, espiándote, incluso una mañana me escondí y te seguí, ¡vaya que sí! Que parecía una rata callejera husmeando comida, ¡anda y que te den! Quizás hayas encontrado a otra mujer que atrape tu atención más que yo, es posible, ¿por qué no? El amor es así de caprichoso y nos pone trampas tan seductoras que caen hasta lo más fuertes de los mortales, y tú amigo mío…no iba a ser menos…te comprendo…son los caprichos del destino…por eso te alejas, pues…tantas veces me has dicho que somos iguales, que ahora te has dado cuenta del porqué seguí contigo adelante…hay tanta falta de comunicación entre las personas…y una es tan romántica que sólo piensa en buscar un amor eterno…como si eso pudiera existir de verdad…Y por eso te vas, te alejas y cuando pasas por mi lado…ni me miras siquiera…alas para tus pies…no pienso consentir que dirijas los hilos de mis emociones…y por eso te vuelves con la pregunta pintada en la cara llenita de interrogaciones…¿de dónde vendrá tan contenta? Y yo que lo sé…alas para mi cuerpo desnudo y sin piel…

miércoles, 11 de noviembre de 2015

ESAS DUDAS RAZONABLES.- (MICRORRELATO) segundo capítulo




Son esas dudas razonables las que me hacen pensar mal de ti, pues ¿qué será que vi en aquellos momentos cuando me crucé contigo y con ella para que saltaran todas las alarmas de mi cuerpo? Algo me inquieta, algo me avisa de que estás con esa. Es la mujer de la limpieza del centro donde tú trabajas, y sé que hay algo en ti o en ella que yo veo y me traspasa el alma. No me equivoco nunca...o será que ya no me fío de ti. Las mujeres tenemos unos duendecillos traviesos alrededor nuestro que son muy especiales, y las cazamos al vuelo. Es la intuición femenina, que nos alerta de que hay inquilinos fraudulentos al acecho, o una arpía de esas que se interpolan sin darse cuenta en tu camino. Yo sé que la buscas, que la rondas, pero lo que no comprendo es por qué sigues conmigo, pues no tienes obligación y nada ni nadie te ata a mí. Lo que pasa es que tienes miedo de algo, por eso cuando te comenté que tenía la sensación de que estabas con ella, enseguida me dijiste que a ver si por mi culpa la echaban del trabajo, y a mí eso, la verdad es que me descuadró bastante y por eso sigues conmigo, como si yo fuera capaz de proclamar a los cuatro vientos mis malos pensamientos. Estás muy equivocado. Te conozco como a la palma de mi mano y además que eres un poco torpe, como la mayoría de los tíos que intentan engañar a sus parejas, ya que son muchos años juntos, y empezaste conmigo con la misma técnica, o sea, rondándome, buscándome por las calles, quedándote enfrente para que te viera bien, cruzándote en mi camino, lo mismo que estás haciendo ahora con ella, hasta que caiga rendida a tus pies, como hice yo, además que cuando te conté mis dudas razonables, me dijiste muy engreído, que si me creía que todas las mujeres eran igual que yo, tan fáciles y que me abalancé sobre ti y te arrastré por el cuello y te besé…¡Claro que te besé! Si al final de tanto verte me enamoré...Pero lo que a mí me ha dolido es que parecía que lo decías arrepentido…Y eso me hace dudar todavía más de ti…Y por eso estoy pensando mal…El caso es que si quisiera, podría cogerte infraganti, pero no. Yo no soy de esas que persiguen a los hombres para pillarlos con las manos en la masa, eso te lo dejo a ti, que no has parado de espiarme con tal que tenías una duda…¿Te das cuenta? En el fondo somos iguales de posesivos y celosos, pero yo en ese aspecto soy muy antigua, me doy a valer y no te voy a dar el gusto de ir tras de ti como una perra apaleada, pidiendo limosna de amor, ¡para nada! ¡Jamás se me ocurriría! ¡Vamos hombre! Que está ya una muy mayor para ir por la calle como una gata en celo, buscando a esa rata de alcantarilla montándoselo con un gusano torpe y viejo...Y encima te crees el rey del mambo del lugar donde trabajas, que estás siempre pendiente de las alumnas jovencitas, tan lindas y guapas que van con sus pantaloncitos cortos y tú ahí mirando como un baboso, pendiente de los culos, ¡mirón, que eres un mirón…! Yo sé que tú no eres feliz con esa, no sientes nada por ella. Para ti es como una más del montón, una amiga con derecho a roces, eso es, todo eso menos una mujer que te arrebata el alma y te atrapa el corazón, como yo…La vida se te está escapando de las manos y buscas sexo puro y duro en cualquier mujer que te lo ponga fácil, en una comodidad física pero vacía de emociones e ilusiones, como el simple hecho de ir caminando conmigo por la orilla del mar, los dos juntos riendo y gozando del agua, de la luna y de los besos apasionados que nos damos revolcados en la arena…Eso es lo que tú me dices y yo te sonrío porque son los mismos sentimientos los que nos une en ésta locura nuestra de amor, una aventura sin principio ni fin…Pero la aventura más emocionante de la vida que hombre y mujer, como pareja, puedan sentir en su alma y en sus carnes llenas de fuego siempre…Porque yo te deseo mucho, ¿te enteras? Y tú a mí también, lo que pasa es que temes algo superior a ti, que no te deja dar el paso a ir más allá de las leyes de la sociedad. Por eso tratas de buscar por otros caminos a otra que no te tenga tan atado como yo, pero esa mujer jamás podrá llenar tu vida como lo hago yo, no, y tú lo sabes, así que me da igual que estés con ella, porque al final te arrepentirás cuando veas que ni fu ni fa, y aunque tenga estas dudas razonables, siempre te querré, desnuda y sin piel...Escucha bien lo que te digo…Te quiero de una manera irreal...porque imaginándome la vida sin ti, apenas quiero estar aquí…Sólo existir en tu vivir, aunque sea deambulando por los recovecos de tu corazón, tan desorbitado como está por las dudas razonables de tu cómoda estabilidad, que no te deja en paz…renqueando entre ese devenir que tienes pintadas en mi alma como si fuera un avatar…y yo esperando un beso tuyo nada más…y tú queriendo traspasar los límites de la realidad…Porque tú necesitas llenar tu vida con abrazos de mujer... los míos que están llenos de amor...Y besar unos labios ardiente... los míos que están suspirando de pasión...y escuchar en tu oído esas cosas que te susurro yo...como cuando te pregunto…¿quién besa tu boca como yo? Y tú…nadie, nadie…y ¿quién te hace gritar de placer? Y me respondes…tú, tú…apenas sin voz...nadie más que tú…y ¿quién juega con las caricias en tu cuerpo mejor que yo? Y tú...sólo tú mi amor…mujer loca...mi mujer ante los hombres y ante Dios...

FANTASÍAS ERÓTICAS.- (MICRORRELATO) primer capítulo




 Me encantan los hombre grandes, fuertes y altos…¡bien criados! Porque a mí los canijos no me van…Veras…no es que los prefiera gordos, gordos que no puedan ni verse los pies…No, pero que tenga sus musculitos, sus brazacos y un hermoso torso, en una palabra, que sean tíos cachas, buenorros y guapetón, porque ¿a qué mujer le atrae un tío feo de escándalo?…¿A ninguna no? Pues eso...Lo mismos que a ellos les encantan tener a su lado una tía buena, con hermoso culo, amplias caderas, cintura pequeña y dos enormes tetas…o… ¿no?  Y lo dicen a bocas llenas, con derecho a proclamarlo a los cuatro vientos, tan campantes y tan frescos, y quedando muy machotes…Como si el desearlo, sentirlo y gritarlo sin pudor fuera patrimonio exclusivo de los hombres, ¿a que sí? Pues yo también lo pienso y lo digo con toda mi boca. Lo que pasa es que estoy en una sociedad muy machista todavía, y con tal que una es francamente descarada, frívola y atrevida en el pensar, sentir y decirlo…y…pregonarlo a los cuatro vientos, escribiéndolo con las alas del pensamiento…ya queda una como muy guarrindonga y punto pelota…¡Me indigno! ¡Soy una indignada! Y pienso montar palabras en medio de las frases y que vuelen mis letras con las alas de mis pelambreras…A veces tengo fantasías eróticas, ¡vaya que sí! Y no me avergüenzo de decirlo…Y ese hombre ya madurito que se cruza cada día en mi camino, se me queda mirando de una manera tan intensa…que me desnuda el alma…Y yo que lo sé coqueteo con ese interrogatorio infinito de traspasar más allá, y me dejo seducir con las dudas en su piel y le dejo entrever que quizás…ahora...o después…Tendrá un par de años más que yo, es delgado y serio y le recorre todo un misterio alrededor de su cuerpo que…y yo me pregunto…¿Qué tendrá éste hombre que sin conocerlo me provoca y me incita a besar su boca? Y andando por esos caminos de Dios o del diablo, ¡y yo qué sé…! Pues ésta mente lujuriosa me desboca a traspasar los límites de la sociedad…Y es que en el fondo me encantaría que me siguiera, me saludara y me sonriera…Que entabláramos una conversación distendida y nos perdiéramos por callejuelas y grandes avenidas…Entre la multitud…en cualquier mercadillo…Coquetearía con su mirada y los gestos de mi cara para llevármelo bajo la sombra de alguna  terraza, no sé…quizás mañana o entre sábanas después...desayunando tostadas y una tacita de café…Y es que hay algo indeciso en tu andar cuando te miro…que saltan chispas ardiendo por mi cuerpo…que emanan de la lujuria de tus pensamientos…y a mí que me encanta ese leve aire de fuego, te suspiro el aliento con la picardías de mis besos…para que se avive la llama de tus deseos…hasta mis adentros…Porque cada vez que te veo me dan ganas de darte un buen pisotón…Quizás tú no lo sepas, pero esa era la manera que teníamos las niñas cuando éramos pequeñas para demostrarle a un niño que nos gustaba…Y tú me gustas mucho, ¿te enteras? Me encantas…sobre todo cuando me miras…y me destapas…pero lo que tú no sabes es que yo salgo desnuda para que me tapes con los abrazos de tu alma… ¡Cómo me gustaría perderme en tu abrazo y dejarte abandonado a mis sentidos…! ¡Te quiero y te deseo! Eres el hombre de mi vida y ya no tiene vuelta atrás, y si yo te viera en éste mismito momento en medio del camino, doy un brinco y me arranco por bulerías y te doy un mordisco en el cuello que te dejo seco, sequito, seco…vampiro mío, que eres un chupa sangre de los que se cuelga a una y no la suelta en toda su vida, pero no te olvides nunca que yo soy la reina del condado de las tierras vampiresas…y que de mí ya nadie te aleja…Y por eso salgo desesperada a buscarte por todas partes donde tú y yo nos podamos abrazar, sin que nadie nos pueda molestar…Es tanto lo que te deseo que apenas puedo respirar, lo mismo que te ocurre a ti, pues todas las noches de madrugada me visitas y me hablas al oído…Me dices que te gusto mucho, que te has enamorado como un chaval y que tienes ganas de mí…Que no desesperes, que estás muy ocupado y que cuando tenga un rato nos iremos lejos de aquí…Por los campos, por los montes, y entre árboles y ramas altas nos perderemos con los besos que nos salgan de nuestra alma…Esos besos locos que están pendientes de nosotros dos cada vez que nos cruzamos, y que aletean a nuestro alrededor…Son como pajaritos en el aire y uno me ha dicho en el oído…Ese hombre que es delgado y serio, le recorre todo un misterio alrededor de su cuerpo, que me provoca e incita a besar su boca...o algo...más...y yo me pregunto…¿Qué tendrá éste hombre que sin conocerlo me induce a coquetear con su mirada? Será que los pensamientos se cruzaran aquella mañana...cuando me desnudó el alma con su mirada...Y por eso estoy yo aquí dejando mis palabras volar con las alas de la libertad…o…quizás…sólo sean pajaritos en el aire…o una fantasía más…


domingo, 1 de noviembre de 2015

HÁBLAME DE AMOR.- (MICRORRELATO)



Me acostumbraste a tenerte todos los días a mi alcance, y ahora que llevo una semana sin verte los demonios me asaltan las carnes con el fuego de los celos…Echo de menos nuestros encuentros secretos, todos bordados de palabras ardientes de amor y muchos besos…Te dije una mentira, soy una mentirosa y lo sabes, pero no sé si tú me has mentido, ya no sé qué pensar…Una vez me dijiste que nadie me conocía mejor que tú, así que ya deberías saber que te mentí…por eso no puedo comprender que me creyeras infiel…Quizás quieras pensar que es verdad para justificarte, para no sentirte tan mal cuando te acusé de que estabas con otra, quizás hasta te convenga para irte de verdad porque en el fondo lo deseas…¿Qué tengo yo que justificar…? ¡Tus cosas, sé que te gustan todos los culos femeninos así que no me vengas con cuentos baratos! Y él seguía todo eufórico...¡Mentirosa, teatrera…! Te conozco y como te conozco, sé que esas tres veces que me dijiste que me habías engañado es verdad, me lo dice corazón…Lo vi en las chispa de tus ojos, en la sonrisa burlona de tu rostro y en el gesto de tu boca…¡Ya no te creo! No te creo y sé que me has engañado con otro y eso no lo soporto, ¡siempre dudaré de ti!…Me siento rota por dentro, mis carnes desfallecer, me duele el cuerpo desde que apenas te veo…Ya no sé cómo olvidarte, no sé cómo alejarme de ti, lo único que sé, es que desde el día que te conocí, ni duermo, ni vivo, ni quiero mi existir…Sólo quiero tus besos y que tú quieras los míos…Tenerte a mi lado, y tú al lado mío…Caminaba sola, pensativa, hablando con las paredes, como suelo hacer cuando me siento triste, es como si pudieran oírme y aconsejarme qué hacer, pues cuando las dudas empañan mi alma me pierdo por las grande avenidas para poderme encontrar…Los celos me estaban cegando y sin darme cuenta lo estaba ahogando acusándolo de esto y lo otro…Reconozco que a nadie le gusta sentirse tan espiado, ni perseguido, más o menos es lo que me ocurre a mí, que me encanta disfrutar de libertad, así que no sé por qué actúo con tanta incoherencia.  De ahora en adelante cambiaré de táctica, y dejaré que corra el aire entre los dos, y si tú quieres tener espacio, ahí lo tienes...No sé qué es lo que pasaría por mi cabeza para haber decaído de esta manera tan descarada y ruin, porque antes, cuando más joven tenía muchos temores e inseguridades, pero ahora con la edad debería ser más prudente y no dejarme llevar por lo primero que me viene a la boca, soltando lo que no hay en los escritos, y esto va a ser mi perdición, pues a ningún hombre le gusta sentirse tan acorralado…Quizás algo que vi en ti me hizo sospechar y tener tanto miedo…y es que te quiero tanto…De mil maneras…de mil maneras es como te quiero, lo mismo revolcados en la arena del mar que bajo un cielo negro…En verano y en invierno te quiero, y en primavera, ¡ay, ay cuando llega la primavera! Cuando llega la primavera la sangre se me altera y me dan ganas de cantar y de bailar y de gritarle al mundo entero, ¡madre mía cuánto te quiero…! Hoy tenía la esperanza de verte, de contarte todas mis penas, desahogarme contigo, y de poderte abrazar. Quería arrojarme a tus brazos y llorar sobre tu pecho, quería sentirme comprendida y protegida...Oír de tu boca que me has perdonado, que me quieres más que a tu vida y que sin mí mueres…Sólo quería estar contigo para recordarte todo lo que te he querido, que no he podido olvidarte y todavía espero encontrarte…De repente te vi entre la gente...Me puse a tiro, para que me vieras y me viste, ¡vaya que me vistes! Pero pasaste de largo…Salí corriendo y me dirigí al lugar de siempre, allí donde tú y yo nos encontramos y nos atracamos a besos. Te esperé dos horas dando vueltas para ver si aparecías, pero no…Enseguida volví a pensar mal de ti…Pensaba que vendrías tras de mí, que me buscarías como has hecho otra veces…Debe estar muy enfadado, pues me dijo bien clarito que, ¿qué me creía yo que era él? Encima orgulloso…Me enderecé bien derechita, y me sacudí la melena al viento como si quisiera echar todos los demonios que me invadían por dentro...Estaba inquieta y no sé porqué…Y mientras caminaba de regreso, mi mente empezó a limpiarse y a despejarse, diciéndome completamente convencida que ya no me importaba tu manera de proceder, porque seguro de que tendrías un motivo poderoso…En el fondo sé que eres mío…Son los malos pensamientos que me invaden el corazón y le doy vida a cualquier situación, debe ser el otoño que pone a las personas tan tristes…Hay tantos recuerdos tras de mi corazón…Quizás son éstos días grises y lluviosos…Ya no voy a pensar mal de ti, te dejaré volar, no quiero oprimir tu pecho, ni que te sientas espiado ni perseguido por mí, creo que te estoy ahogando y es por eso que ni apareces por mi lado…Quizás necesites tiempo, tu tiempo y yo estoy aquí estorbando, lo mejor será que me dedique a mis cosas y deje las horas correr porque si no te perderé…No quisiera estar como un perro guardián dándote la lata, no, no, yo no soy así…¡Espacio libre!…Y por eso ahora me río de mí misma, gracias a Dios que he vuelto a coger las riendas de mis sentimientos, aunque no de los pensamientos, pues ellos van a su libre albedrío y no hay quien los pueda detener, pero no, ya no, voy a ser fuerte y segura, además no hay que obligar a nadie que te quiera…De repente te vi y mi corazón empezó a latir a mil cuando pasaste de refilón, y con la mirada me dijiste las ganas que tenías de pillarme sola y desprevenida, y yo que lo sabía me dejé hacer lo que tu cuerpo te pedía…y mientras me abrazabas te dije con la voz entrecortada...eres el dueño de mis noches y de mis mañanas...Me derrumbé y me eché a sus brazos y como en un baile lento te entregué más de mil besos, y entre el vaivén del tango aquél...se cruzaron tus piernas con las mías y me quedé enganchada a tu vida...Háblame como si quisieras seducirme, háblame como si me acabaras de conocer…háblame con amor...como si no lleváramos tantos años casados…háblame como te hablo yo, porque así parecerá que los años no han pasado y todavía estamos en la senda de la seducción…Enamórame con la mirada, cortéjame con tus palabras, dime que me quieres y regálame una flor...Arrópame entre sábanas, bésame con pasión, pinta una sonrisa en tus labios y háblame de amor…