sábado, 7 de diciembre de 2019

EN MEDIO DE LA TORMENTA.- (MICRORRELATO)


Era un deseo desenfrenado el que sentía, por lo que me prohibía a mí misma caer en sus brazos ya que volvería a estar unida a él sin remisión, que evitaba constantemente verlo yéndome por lugares diferentes y a horas que no pudiera coincidir con él…pues…Temía perderme entre sus brazos de nuevo, ya que sería su perdición y la mía…Dos preguntas barruntaban en mi cabeza como si fuera una tormenta…¿Lo quiero por el roce del cariño o estoy verdaderamente enamorada de él? Últimamente no paraba de hablar sola pensando en voz alta si hacía lo correcto en evitarte o seguirte hasta que lo decidiera el tiempo, pero…Me vienes al recuerdo y los ojos se me llenan de lágrimas, es como si no pudiera arrancarte de mi alma y temo caer en una tristeza infinita, y por eso…Prefiero perderme por calles que no me hagan recordar tus besos…pues…Sería como estar muerta en vida y no quisiera, ya que todavía soy joven y quisiera enamorarme de nuevo, y por eso…Me urgía ir al encuentro de ese hombre que tan sólo me atraía por un rato, apagar el fuego que me consumía por dentro y si te he visto no me acuerdo…Estás muy perdida, me dijo mientras corría…Enseguida me di cuenta que echaba de menos el verme pasar a diario…Seguí caminando sabiendo que había latente entre los dos, algo que tarde o temprano tenía que explotar, aún a sabiendas que podría ser mi perdición, pero…¡Qué me importaba a mí si estaba deseando de saber a qué sabían otros besos en mi boca loca siempre sedientas de él! Sea lo que sea, tenía que estar preparada ya que mi última relación fue un desastre total, cayendo en una rutina que hacía pensar que pronto se iba a acabar, y por eso…Antes de hacer más daño, lo hablé con él y cada uno por su lado…Lo malo es que éste hombre que se cruzaba en mi camino de vez en cuando, por no decir a diario me hacía presagiar algo más que un capricho de mujer fatal…pues…Una sensación cargada de erótica morbosidad embargaban mis entrañas cuando me sonreía, era como si quisiera agarrarme por la cintura y restregarse contra mi trasero…Éste lo que quiere es verme en cuclillas y sin tanga…Pensaba mientras me alejaba…Dios me libre de un gallo de pelea…son de los más peligrosos que hay sobre la faz de la tierra, lo que ignoran es que una usa camisolas de seda transparentes que insinúan más que muestran…No hay nada peor que doña perfecta, y en la cama la mujer de las mil y una noches, y es que…Éstos hombres son como los piratas de los siete mares, que aparte de tener a sus esposas encerradas bajo doscientas llaves, están naufragando con una polizona al mando del timón, y otra enarbolada en el mástil, mientras ellos bucean por el fondo del mar en busca del tesoro perdido…Según iba caminando, me preguntaba hasta cuando duraría esa fusión entre los dos…pues…Tenía ansiedad en la vista, le ardían los sentimientos y el pecho vacío de soledad…estaba deseando meterme mano, porque era verme y volverse del revés, quería abrazarme, sí, sí…lo presentía en sus silencios rotos, su cuerpo tenso y los ojos llenos de inquietud…Como siga coincidiendo con él, en un par de encuentros me lo llevo a mi terreno, me importa un bledo lo que piense de mí, lo único que sé es que me atrae una barbaridad y lo quiero tener, y si no puede ser, me alejo de su vista y tan campante…Esos eran mis pensamientos ayer cuando estaba mirando los escaparates del centro de la ciudad, cuando de repente un rostro conocido, reflejado en el cristal me hizo volver la cabeza…Últimamente no paraba de tropezarme con ese hombre que, sin ánimo de buscarlo, de alguna manera me robaba el pensamiento como si lo hubiera conocido tiempo atrás, o así me lo parecía a mí, pero…Por la expresión de su rostro, sobre todo por la mirada de admiración de sus ojos abiertos como platos, deduje que estaba encantado de haberme visto tanto como él a mí…pues…Una sonrisilla delatora en su cara me dijo todo lo que su boca callaba…Se quedó observándome de arriba abajo extrañado, al mismo tiempo que me saludaba, y antes de darme cuenta, se acercó a mí y me plantó dos besos en la cara como si fuéramos amigos de toda la vida…No te había reconocido, me dijo titubeando…Bueno, es que así tan arreglada…le contesté sonriendo algo nerviosa…Por un segundo me quedé como la que está en la edad del pavo y el chico más guapo de la pandilla se la queda mirando con ojos de cordero degollado…¡Madre mía de mi vida! No sabía si decirle adiós rápidamente o colgarme de su cuello y darle un besazo de tornillo con lengua y todo o gritar, ¡tierra trágame! Opté por salir por piernas diciéndole chao como si fuera una mujer de mundo…Le di la espalda y seguí caminando sintiendo dos ojos como clavos ardiendo detrás de mi trasero hasta que me perdí entre los transeúntes…pues…Perdida estaba hasta que te divisé en medio de la tormenta…
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario