miércoles, 6 de noviembre de 2019

ALMA DE FUEGO.- (MICRORRELATO)




Alma de fuego tengo, sí, sí, no lo voy a negar…pues…No quiero que me hagan daño ni dueño para apagar las chispas que me arden por dentro, y por eso…Me dices que soy mala y cruel...Me llamas mala mujer, dime, ¿porqué? Anda repítelo y dime porqué…no te atreves, ¿verdad? Eres incapaz de decírmelo en la cara, mirándome a los ojos y de frente…Bien sabes por qué…Cierro los ojos, me lagrimean al recordar tu rostro marcado por la culpa…Te vi, ¿te enteras? Estuve observándote varios días seguidos…lloré, lloré mucho en lo alto de la cama tragándome el llanto para que no ardieran las cortinas de las ventanas, y saltaran chispas por los aires y te cayeran como rayos sobre tu cabeza…pues…Temía la furia de las llamas que salían de mi alma y te quemaran las entrañas de tan poderosas que eran…Estoy perdida, mi cabeza desvaría…el dolor me enturbia la mente y me siento morir…Es como volver a revivir la misma historia del ayer…Señor mío, ante ti me arrodillo y te pido perdón por ser tan débil, tan humanamente frágil e imperfecta…Mi vida es un error, siempre tropiezo con la misma piedra y no sé ya ni qué hacer…pues…Ese error me ha perseguido desde que me enamoré por primera vez, sin darme cuenta que en una pareja de amantes, la entrega tiene que ser mutua…Quizás por ignorancia o por mi educación… quizás esa sumisa forma de ser, en la que muchas jovencitas se criaron en la aceptación de los deberes cuando se casan accediendo a todo, 

aunque la mayoría de las veces fuera a la contra 

de sus sentimientos, temiendo siempre al 

abandono si no se entregaban en cuerpo y alma…

Dios mío, te suplico que me escuches…ayúdame 

a ser fuerte y valiente…No aprendo, no 

escarmiento…a veces pienso que me gusta caer 

una y mil veces en la misma red…Me siento 

como si estuviera caminando por la cuerda 

floja…¿Qué pasa conmigo? Un lapsus en medio 

de los pasadizos oscuros del tiempo, se retuercen 

entre las directrices del destino y se revuelcan 

conmigo…pues…Me buscaste como alma del 

diablo…estabas tan perdido como yo andando 

entre las catacumbas del perdón…Me encontraste 

tanteando las paredes de mi habitación y te amé…

Te amé con todas las fuerzas del querer y cuando 

la razón volvió a tu sien, me dejaste tirada en el 

andén, y por eso...Ahora me dices que soy mala 

mujer... sólo porque te estoy pagando con la 

misma moneda de cambio... Duele, ¿verdad? Si 

que duele…Duele dar tanto y saber que no estás a 

mi lado, si no en los brazos de otra...así que ya me 

dirás cuánto duele... ¿Creías que jamás me iba a 

dar cuenta? ¿Que nunca iba a reaccionar? Callas…

el silencio te delata…Dicen que quien calla 

otorga…o no…pues sí…Ya ves que al final 

desperté de esta entrega incondicional…esa 

entrega total de la desnudez de los sentimientos 

en estado puro y duro que siempre he pensado 

que era la mejor manera de amar, la auténtica 

prueba de amor para lo bueno y lo malo... ¡Qué 

gran error…! ¡Qué locura de pasión…! ¡Qué 

desfachatez por tu parte recibir tanto y dar tan 

poco...! Más bien nada, sólo te limitabas a 

disfrutar de lo lindo y dejar en mí una sensación 

de vacío, que no me dejaba más que una triste 

condena a seguir con tu vida y mis penas...pues…

Nunca te pedí nada, ni siquiera que me llamaras 

por teléfono si no ibas a venir ese día...Tampoco 

te exigí explicaciones cuando desaparecías varios 

días seguidos, sólo me limité a esperarte en casa 

sola y con el corazón en cal viva, ¡llamas rojas e 

incendiarias que me salían del alma! Llamas que 

me achicharraban las espaldas y que suavemente 

apagaba con las lágrimas que derramaba sobre la 

almohada...Lágrimas que me hicieron reaccionar 

con la quietud de la realidad cuando abrí los ojos, 

pero...Era demasiado tarde para mí porque me 

había enamorado locamente de él, y tan sólo 

pensar que pudiera perderlo, accedía a todas sus 

pretensiones, hasta que…Estuve a punto de 

sucumbir a los infiernos al que me quería 

arrastrar…pues…Un verdadero infierno es lo que 

pasé por culpita de su querer, y ahora que vago 

sola y segura…Me angustia el recuerdo de tus 

besos…los echo de menos, ¿te enteras? Me estás 

arrancando los quebrantos que salen como 

suspiros de llantos… Tengo tu dolor grabado en el 

cuerpo a fuego lento…estás gritando te quiero al 

viento…tus manos me arañan el rostro y la 

espalda se me rompe a pedazos…eres tú, lo sé…

Las lágrimas me estaban acechando como si me 

hubieran clavado puñales en el pecho…No 

arranques más palabras de mi alma que está 

ardiendo y no quiero, que quiero seguir mi 

camino hasta que lo decida el destino…Volví la 

cabeza y ahí estabas tú… ¿Estás bien? Le 

pregunté…No, no estoy bien, estoy mal, muy 

mal…Me vine abajo, no pude contenerme y lo 

abrace con todos los besos de mi alma de 

fuego…y juntos nos perdimos entre llamaradas de 

pasión y deseo…



No hay comentarios:

Publicar un comentario