jueves, 12 de julio de 2018

SIN PRISAS Y SIN PEAJE.- (MICRORRELATO)


Tengo un amigo con derecho a roce que nada más verme, me amarra a su abrazo y hacemos el amor a todo trapo…Ni siquiera respeta que nos pillen cualquiera…pues…Es tanto lo que me desea que le importa un pito lo que le digo al oído…Date prisa mi vida, que alguien se acerca y alterada no puedo seguir el ritmo de tus prisa y emergencias…Y a la chita y callando remata faena con la sonrisa puesta y el silencio de mis jadeos…y de mis caderas…y en menos que canta un gallo salimos de ese antro corriendo como dos niños traviesos…Feliz y contenta, fuera del alcance de miradas ajenas voy caminito de mi casa como una verdadera jabata de tener una vez más ésta batalla ganada…pues…Quieras o no quieras, seré siempre la mujer de tus entretelas, la única y verdadera que lidia contigo la cosa nostra como una vampiresa, que aún siendo tan sólo tu amiguita de turno, entre tú y yo sabemos que en cuestiones de sexo no hay quien te coma la boca con más descaro y desvergüenza que ésta loca que te descoloca la mente, el alma y la vida entera cuando me acerco a tu vera…Te rozo los labios, te miro a los ojos y te bajo la cremallera…te rindes a mis brazos con furia y sin recato…pues…Cupido lanzó la flecha justo cuando cruzaba la carretera, donde tú y yo nos quedamos unidos con la mezcla de la sangre que corría por las venas, y desde entonces no eres dueño de tu sino…ni yo del mío…Y por eso me encuentro pensando… ¿Qué clase de pócima tenía esa flecha que me tiene envenenada la sangre y seré de por vida su amante? Y aunque en cada encuentro nuestros besos son cada vez más ardientes, salvajes y frescos, a veces las dudas empañan mis cejas…pues… Ayer pasó por mi lado y se hizo el despistado, como si no me hubiera visto y yo que soy tan atrevida le seguí el rastro, lo llamé por su nombre y le pregunté… ¿Porqué no me has saludado? Y él, muy poseído de sí mismo…No te he visto… ¡Será descarado! Tan sólo me busca cuando se le caliente el tarro…y lo de ahí abajo…Me tiene de los nervios…ganitas tengo de cogerlo a solas para decirle todo lo que piensa ésta cabeza que, para mí está más que hueca…Quizás me equivoqué cuando te besé y por eso…Me perdí…Perdí mi identidad, ni siquiera sé quién soy, no me reconozco en esa mujer que un día fui…Siempre esperando algo más que no fueras un simple amigo con derecho a roce…Me cansé de rogarte y suplicarte como si mi vida dependiera de ti… Me tragué el orgullo buscándote por todas partes y por eso jugaste con mis sentimientos…Era tanto lo que te amaba que olvidé mis raíces y la educación que había recibido, ¿te enteras?  Y aunque en mi época se decía que una mujer nunca debía de ir tras un hombre, hacía caso omiso saltándome todas las reglas de honestidad, y por eso te aprovechaste de mi debilidad, sin darle nunca importancia al amor que te prodigaba, pero… ¿sabes qué te digo? ¿Qué, qué? Que…ya no lucharé más por ti…Me rindo, tiro la tolla, de ahora en adelante haré como la que nunca he tenido nada contigo. ¡Fuera de mi vista! No sé quién eres…No daba crédito a mis palabras, claro, como al final, siempre cedía, ¡siempre, siempre! ¡Maldita debilidad que me rinde y me impera a hacer lo que él quería a la hora, momento y cuando le salía de sus estamentos! Apenas hablaba…Lo estaba haciendo otra vez, lo conozco… Sabía que estaba actuando o quizás era su forma de convencerme para que lo dejara entrar en mi alma…pues…Tenía ese don imperativo…Los labios en un rictus prieto gritaban en silencio…Sus ojos gachos para no enfrentarse a la mujer valiente y brava…Sus manos unidas a medias como rezando una plegaria para que le diera otra oportunidad…Toda la vida dándole oportunidades que nunca aprovechó…No, no podía rendirme, tenía el alma quebrada de tantas roturas y baches…Estaba auto convenciéndome de que esta historia había llegado a su final definitivo… Estoy cansada de agachar la cabeza, arrastrarme a tu vera y seguir los apaños de tus razonamientos oscuros, turbios, sin lógica…Y por eso me encuentro aquí, en el templo de Dios donde me encuentro con mis soledades… Señor mío, me postro ante ti pidiéndote perdón por todas las miserias que me esclavizan y sonrojan….tengo el cuerpo podrido de sexo y lujuria…Abierta a tu mirada me descarno y te cuento mi pasado…Me casé con un hombre que nada más casarse se acomodó al sillón olvidándose de la pasión…Apenas salíamos a pasear juntos como antes, todo el santo día viendo la tele, fumando y bebiendo…Entonces lo conocí…Se cruzó en mi camino con un chiflido que me transportó a la juventud, donde los muchachos silbaban a las chicas guapas al verlas pasar por la calle…Mi corazón dio un vuelco y sacó del interior a la mujer que se había quedado rezagada, haciéndome renacer de nuevo a las pasiones ocultas que volaron como si hubieran sido rescatadas de una jaula…Una jaula de hierro oxidada y ése hombre con su silbato impregnó de amor todos los sentidos de mi vida transformándome en una mujer desinhibida y llena de pasión, llegando a atravesar todas las barreras que separaban sentimientos con lujuria y sexo, que allá donde lo oía corría como una desesperada, ansiosa por dar rienda suelta a tener sexo salvaje…pues…Lo amo de una manera infernal y aunque muchas veces he querido parar, no puedo, me lo impiden los sentimientos que me embargan, y por eso se aprovecha…Salí del templo fortalecida…Era como si hubiera nacido de nuevo…Nada podía detenerme, estaba convencida de que nunca volvería a ceder a sus pretensiones…Me encaminé tranquila y relajada donde las piernas quisieran llevarme…De repente lo veo sentado en un banco del jardín, ese jardín donde tantas veces nos habíamos amado…Estaba triste, cabizbajo…Las manos juntas…Las sentía vacías, como las mías…No podía soportar la amargura que me transmitían sus sentimientos que lloraban mi ausencia…Las últimas palabras que le dije le latían en las sienes al ritmo del dolor…Me dirigí hacía él y sin decir nada me senté en sus rodillas dándole la espalda…No quería mirar sus lágrimas…Me abrazó por la cintura y empezó a rodearme el cuello con sus besos…Cerré los ojos sabiendo que sería un viaje al infinito sin equipaje…Una nueva aventura se estaba avecinando cuando sentí el silbato del tren atravesar el túnel…Ese túnel al que levanté las barreras…y traqueteando llegamos juntos al final del trayecto sin prisas y sin peaje…

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